Cuando de tomar medidas desesperadas se trate

Es una realidad preocupante el hecho de que la actual gestión del gobierno nacional y de los gobiernos regionales y municipales estén perdiendo el control en materia de seguridad ciudadana. Es de miedo saber que esta situación acrecienta diariamente y de modo organizado. Al mismo estilo de México y Colombia, el Perú tiende a ser un país con elevados índices de delincuencia urbana. Quizá esta situación sea la consecuencia de elevados índices de violencia familiar (tanto física como psicológica) de años anteriores, tal vez estamos cosechando en la calle la violencia que se gestó en muchos hogares deprimidos.

Pero de lo que si estamos seguros, cuando de seguridad ciudadana se trata, es que a la policía nadie la respeta, por ser una institución desmoralizada por sus bajos sueldos y minada con el cáncer de la corrupción de unos pocos “vivos” que se aprovechan del uniforme que visten. Asimismo, es nula la acción política de nuestros representantes en el congreso, esa suerte de “nuevos ricos” de la sociedad peruana a quienes poco parece importarles la actual situación de violencia urbana porque simplemente piensan en términos electorales, y en un discurso interesado que busca un voto ingenuo, desinformado y poco exigente. En cuanto al gobierno central, causa estupor que exista tanto gasto público en obras con facturas y precios inflados, y no se invierta en los sueldos de nuestras fuerzas armadas y policía nacional como debería ser. Posiblemente se esté jugando con la mente de los ciudadanos cuando, desde ya, sabemos que existe una alianza con un gobierno pasado que nos trae reminiscencias del mismo a través del caos y violencia anteriores a dicho gobierno (sí, ese que salvó al Perú del terrorismo = caos social y político de antaño).

Como consecuencia de ello, en menos de un mes se han producido mas de 30 asaltos, algunos con consecuencias mortales y cuya inacción por parte de las autoridades causa indignación desde que se aplican penas benignas para los responsables y con el plus de beneficios penitenciarios por “buena conducta”. Así, la cárcel, señores, se convierte en una universidad del crimen, de modo que existen individuos que han hecho de la delincuencia su profesión y su modo de vivir, convietiéndose en graduados con honores al demostrar la ineficiencia de las autoridades ante sus acciones delictivas.

Es una lástima que nuestro país muy pronto se convierta en la sede de la delincuencia organizada por simple falta de voluntad política. La ciudadanía no puede continuar soportando esta situación y ante esto sólo cabría tomar medidas desesperadas. Así, cabría una ofensiva radical que enfrente esta situación de irrespeto por la propiedad y la vida ajenas.

Así, si tomemos el ejemplo de la polémica Ley Antiinmigrantes SB 1070 del Estado de Arizona en los EE.UU. nos parecerá una completa injusticia porque discrimina a los latinos o a cualquier ciudadano que no tenga su situación migratoria en regla. Sin embargo, esa es una cara de la moneda porque también debemos pensar en lo que piensa la otra parte. Es harto conocido que Arizona es un estado colindante con la frontera norte de México, más precisamente con el estado de Sonora, cuna de las más radicales bandas de narcotraficantes norteños entre ellas los carteles de sinaloa y otras que estan reorganizándose pero ahora en Estados Unidos. De pasar a ser un estado pacífico, con bajos o nulos índices delincuenciales, Arizona corre el peligro de que el cáncer del narcotráfico y la delincuencia la corroa. Ante esto se toma una acción radical: Una ciudadanía temerosa de que las calles por donde caminaba normalmente y sin preocupaciones se conviertan de pronto en un hervidero de narcos y asesinos a sueldo, tenderá a proteger tanto su vida como su calidad de vida a cualquier precio. Es, al parecer, ésta la principal motivación para la promulgación de una ley tan polémica como la SB 1070: la protección de la sociedad. (Ver: http://elcomercio.pe/noticia/500696/gobernadora-arizona-vinculo-inmigrantes-narcotrafico)

Aquí en Perú, no vendría mal un poco de rigidez en el trato a los delincuentes que organizadamente atentan contra la propiedad y la vida de personas inocentes, cuyo único pecado ha sido la mala suerte de haber trabajado duro y por años y haberse topado con estos criminales carentes de escrúpulos. Una medida radical que corte esta tara que se cierne sobre toda una población inocente que sólo busca el progreso y la realización personal.

Para mayor información ver y hacer click sobre las imágenes:
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&idE=884&idS=263

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