Archivo por meses: mayo 2007

¿Como va el gasto del canon en las regiones?

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Por Nilton Quiñones*

Según la Ley del Canon 27806 y modificatorias, el canon se debe utilizar en la ejecución de proyectos de inversión pública, comprendido además proyectos intangibles como el desarrollo de capacidades de gestión gubernamental. Adicionalmente, con las Leyes de Presupuesto Publico del 2006 y 2007, se puede destinar hasta un 20% para el mantenimiento de infraestructura generada por los proyectos de impacto regional y local, y un porcentaje para los gastos de los procesos de selección y para la elaboración de perfiles de proyectos.

De acuerdo al Reporte Nacional 5 sobre la Vigilancia de las Industrias Extractivas, del Grupo Propuesta Ciudadana, periodo 2004-2006. Las transferencias de recursos por la extracción de recursos naturales a los gobiernos regionales se ha incrementado más de 2 veces, pasando de S/ 300 millones a S/ 820 millones. No siendo todos los GR beneficiados por igual, concertándose el 50% en 4 GR: Loreto, Cusco, Cajamarca y Ucayali. Además, el Canon financia más del 40% de las inversiones en los GR, seguido por los Recursos Ordinarios (transferencias propias del gobiernos central) con 33% y Donaciones y Transferencias (acá se incorpora los excedentes del reparto de utilidades de las empresas mineras) con 15%.

Respecto a los tipos de proyectos que financian los GR con los recursos del canon. A nivel agregado (todos los gobiernos regionales), tres son las funciones que concentran más del 64% de las inversiones, para el periodo 2004-2006: Transportes; Educación y Cultura; y Salud y Saneamiento. Es preciso señalar, que las cifras agregadas solo nos dan una idea global del tipo de proyecto que se ha programado invertir, encontrándose comportamientos heterogéneos entre gobiernos regionales.

Además, para el 2006, el 85% de los proyectos corresponden a montos menores a S/ 1 millón. En cambio, solo el 1% de los proyectos corresponden a proyectos con montos mayores a los S/ 8 millones. Destacando los GR de Piura y Arequipa en tener más de 3 proyectos de envergadura regional. Lo que demuestra el poco interés de los GR por proyectos de envergadura.

En cuanto a la ejecución de las inversiones del canon, entre 2004-2006, a nivel agregado, la ejecución en términos porcentuales ha disminuido de 61% a 54%, lo que demuestra las dificultades que tienen los GR al igual que el gobierno central para la ejecución de las inversiones. Pero hay que resaltar que en términos absolutos el canon gastado por los GR se ha mas que duplicado, pasando de S/ 232 millones a S/ 571 millones, lo cual no es suficiente para los montos disponibles.

En suma, de los gobiernos regionales con importantes sumas de canon que tuvieron una mejor performance en la ejecución del presupuesto de inversiones financiados con Canon fueron: Ucayali (84%) y Loreto (66%). En el caso del GR de Cusco, presenta el nivel de ejecución (39%) más bajo, pero hay que rescatar que su gasto ha pasado de S/ 2.1 millones a S/ 61.8 millones.

Respecto a ¿Cuáles son los factores que explican el retraso en la ejecución de las inversiones? Podemos señalar que inicialmente un cuello de botella era la escasez de proyectos con viabilidad del SNIP, luego fue los problemas en la elaboración de los expediente técnicos. Finalmente, en la ejecución de la obra están los problemas asociados a las licitaciones (trámites engorrosos, impugnaciones, incumplimiento de contratistas).

A esto hay que añadir que el marco legal vigente no ofrece mecanismos de incentivo para el ingreso de profesionales competentes y con deseos de hacer carrera pública. La ausencia del sentido del merito y desempeño, falta de orientación a resultados, la existencia de diversos regimenes de empleo, hacen que la rotación de profesionales sea muy alta. Es por necesario la Ley del Empleo Publico.

Además, durante el gobierno de Fujimori, la poca capacidad de planeamiento que tenía el Estado fue prácticamente desmantelada, reemplazándola por organismos centralizados (tipo Pronamachs, Infes y Foncodes) y los CTAR fueron meros ejecutores de proyectos sin planeamiento.

Finalmente los proyectos que la población prioriza en el Presupuesto Participativo, muchas veces no cuenta ni siquiera con estudio de perfil, lo que originaba una primera trabaja para la ejecución de dichos acuerdos.

* Grupo Propuesta Ciudadana
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SEGUIMIENTO DE JESÚS Y OPCIÓN POR EL POBRE. Gustavo Gutiérrez, teólogo de la liberación

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Tomado de http://www.redescristianas.net/2007/03/04/seguimiento-de-jesus-y-opcion-por-el-pobre-gustavo-gutierrez-teologo-de-la-liberacion/
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La Quinta Conferencia del Episcopado Latinoamericano tendrá lugar en Brasil. El tema escogido para dicha asamblea es el seguimiento de Jesús, punto central en el mensaje evangélico, sobre el que hay que volver constantemente, porque hablar de discipulado es hablar de algo dinámico, cambiante en sus opciones y vertientes concretas.
Seguir a Jesús
Ser cristiano es caminar, movido por el Espíritu, tras los pasos de Jesús. Ese seguimiento, la sequela Christi, como se decía tradicionalmente, es la raíz y el sentido último de la opción preferencial por el pobre.

Un sentido global y cotidiano

Esa opción -la expresión es reciente, el contenido es bíblico- es un componente esencial del discípulado. En el núcleo mismo de ella hay una experiencia espiritual del misterio de Dios, que -según decía el maestro Eckhart- es, simultáneamente, el “innombrable” y el “omninombrable”. Hasta ahí es obligado ir para captar el sentido profundo de esa opción por los ausentes y anónimos de la historia. El amor gratuito y exigente de Dios se expresa en el mandato de Jesús: “Amense como yo los he amado” (Jn 13,34).

Amor universal, del cual nadie está excluido, y, a la vez, prioritario por los últimos de la historia, los oprimidos e insignificantes. Vivir, simultáneamente, la universalidad y la preferencia revela al Dios amor, y hace presente el misterio escondido desde todos los tiempos y desvelado ahora: la proclamación de Jesús como el Cristo, como dice Pablo (cf. Rom. 16,25-26). A ello apunta la opción preferencial por el pobre, a saber caminar con Jesús, el Mesías.

Puebla recuerda, por eso -de alguna manera lo hizo igualmente Medellín-, que “el servicio a los pobres es la medida privilegiada aunque no excluyente de nuestro seguimiento de Cristo” (n.1146). La vivencia tenida por muchos cristianos, en los diferentes caminos emprendidos en la solidaridad con los marginados e insignificantes de la historia, hizo percibir que, en última instancia, la irrupción del pobre -su nueva presencia en la escena histórica- significa una verdadera irrupción de Dios en nuestras vidas. Es así como la han experimentado, con las alegrías, vacilaciones y requerimientos que ese hecho implica.

Decir esto no quita a la presencia del pobre su carne histórica de sufrimiento, su consistencia humana, social, cultural y su reclamo de justicia; no es una “espiritualización” de corta mirada y olvidadiza de esas dimensiones humanas. Hacer ver, eso sí, lo que está en juego en el compromiso con el prójimo según la Biblia. Justamente, porque valoramos y respetamos la densidad del acontecimiento histórico de la irrupción del pobre, en tanto que tal, estamos en condiciones de hacer de ella una lectura de fe. Vale decir, comprenderla como un signo de los tiempos que debemos escrutar a la luz de la fe para discernir la interpelación del Dios que ha puesto su tienda en medio de nosotros, como dice Juan (1,14). La solidaridad con el pobre es fuente de una espiritualidad, de un caminar colectivo -o comunitario si se quiere- hacia Dios. Ella sucede en una historia que la inhumana situación del pobre muestra en toda su crueldad, pero que permite también descubrir en sus posibilidades y esperanzas.

El seguimiento de Jesús es una respuesta a la cuestión del sentido de la existencia humana. Es una visión global de nuestra vida, pero que incide en lo cotidiano y menudo de ella. El discipulado permite ver nuestras vidas en relación con la voluntad de Dios, y nos plantea metas que se viven, y hacia las que nos encaminamos, a través de lo diario de la relación con el Señor, que implica la relación con otras personas. La espiritualidad se mueve en el terreno de la práctica de la vida cristiana, de la acción de gracias, de la oración y del compromiso histórico, de la solidaridad, especialmente con los más pobres. Contemplación y solidaridad son las dos vertientes de una práctica animada por un sentido global de la existencia que es fuente de esperanza y de alegría.

Reconocer el rostro de Jesús en los rostros de los pobres

El sentido más hondo del compromiso con el pobre es el encuentro con Cristo. Haciéndose eco del pasaje del juicio final en Mateo, Puebla nos invita a reconocer en los rostros de los pobres “los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela” (n.31). Y Santo Domingo afirma que “descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Señor (cf. Mt 25,31-46) es algo que desafía a los cristianos a una profunda conversión personal y eclesial (n. 178). El texto mateano es, sin duda, capital en la espiritualidad cristiana y, por consiguiente, para comprender el alcance de la opción por el pobre, de allí su carácter central en la reflexión teológica latinoamericana y caribeña. Nos proporciona un elemento fundamental para discernir y encontrar el camino de fidelidad a Jesús.

Monseñor Romero decía en una de sus homilías: “Hay un criterio para saber si Dios está cerca de nosotros o está lejos; todo aquel que se preocupa del hambriento, del desnudo, del pobre, del desaparecido, del torturado, del prisionero, de toda carne que sufre, tiene cerca a Dios” (5/2/1978). El gesto hacia el otro, la aproximación al más desvalido, decide la cercanía o lejanía de Dios, hace comprender el porqué de ese juicio y lo que el término espiritual significa en un contexto evangélico.

En su primera encíclica, acerca del amor como fuente de la vida cristiana, Benedicto XVI se expresa en términos netos acerca de este punto: “El amor se convierte en el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana. Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados”. Así, el “amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios” (Deus caritas est, n. 15). La identificación de Cristo con los pobres lleva de la mano a percibir la unidad fundamental de esos dos amores y plantea exigencias a sus seguidores. Es una afirmación de gran alcance.

La perícopa mateana del juicio final nos habla de seis acciones (el texto las enumera, letánicamente, cuatro veces). Es una invitación a alargar la lista actualizando su mensaje. Dar de comer al hambriento, en el mundo de hoy significa atender directamente al necesitado, pero también comprometerse a suprimir las causas que producen personas hambrientas. El “combate por la justicia”, para emplear la expresión de Pío XI, forma parte de los gestos hacia el pobre que nos hacen encontrar a Jesús. El rechazo a la injusticia, y a la opresión que ella supone, está anclado en la fe en el Dios de la vida. Esa opción ha sido rubricada por la sangre de quienes, como decía Monseñor Romero, han muerto con “el signo martirial”. Ese fue su propio caso, pero lo ha sido también el de numerosos cristianos en un continente que se pretende cristiano. No se puede dejar de lado esta situación martirial en una reflexión sobre la espiritualidad en América Latina.

En forma precisa, el documento Opción preferencial por el pobre de Puebla señala que la solidaridad con el pobre requiere una conversión, seis veces se menciona el asunto en el documento. Es un cambio de mentalidad y de vida, convertirse es una condición, según los evangelios, para acoger el Reino tras las huellas de Jesús. Vale para cada persona, pero incluso para la Iglesia en su conjunto. “Afirmamos -se dice en dicha Conferencia- la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral” (n. 1134). Esto supone afrontar las dificultades abiertas y solapadas, la hostilidad y las incomprensiones que forman parte, junto con la vivencia de las paz del Señor, de las alegrías y las cercanías personales, del camino del discípulo, como lo señalan los evangelios. No todos los han entendido de este modo, de ahí intentos de olvidar o, más sutilmente, de orillar esta demanda. Es cierto que no es fácil asumir lo que Bonhoeffer llama el costo del discipulado. Muchos en la Iglesia de América Latina y el Caribe lo saben bien, y los que llegaron hasta la entrega de sus vidas son testigos privilegiados de ello, pero lo son, también, de la esperanza que viene del seguimiento de Jesús. La Quinta Conferencia, al escoger su tema, nos pone en ruta para retomar y ahondar lo que significa ser discípulo de Cristo en el momento presente.

La opción por el pobre es parte capital de una espiritualidad que se niega a ser una especie de oasis, y menos todavía una escapatoria o un refugio en horas difíciles. Al mismo tiempo, se trata de un caminar con Jesús que, sin despegar de la realidad y sin alejarse de las trochas que recorren los pobres, ayude a mantener viva la confianza en el Señor y a conservar la serenidad cuando la tempestad arrecia.

Una Hermenéutica de la Esperanza

El seguimiento de Jesús está signado por la opción preferencial por el pobre, también lo está la inteligencia de la fe que se elabora desde esas vivencias y urgencias. Esta es la segunda dimensión de la opción por el pobre que queremos subrayar.

Teología e historia

La fe es una gracia, la teología es una inteligencia de ese don. Es un lenguaje que intenta decir una palabra sobre esa realidad misteriosa e inefable que los creyentes llamamos Dios. Es un Logos sobre Theos.

Pensar en la fe es algo que surge naturalmente en el creyente, esfuerzo motivado por la voluntad de hacer más honda y auténtica la vida de la fe. La fe es una fuente última de la reflexión teológica, ella le da su especificad y delimita su territorio. Su propósito es -debe ser- contibuir a hacer presente el evangelio en la historia humana a través del testimonio de los cristianos. Una teología que no se nutra del caminar en el que Jesús nos precede, pierde su horizonte. Eso fue lo que entendieron muy bien los llamados Padres de la Iglesia, para quienes toda teología era una teología espiritual.

Por otro lado, no es una obra simplemente individual, tanto la fe como la reflexión acerca de ella se viven en comunidad. El que lleva adelante la inteligencia de la fe es finalmente un sujeto colectivo: la comunidad cristiana; es decir que, de un modo u otro, todos los miembros de la Iglesia participan en ella. Esto hace del discurso sobre la fe una labor que está en relación con el anuncio del Evangelio, cometido que da su razón de ser a esa comunidad. El sujeto de esa reflexión no es el teólogo aislado de su
comunidad.

Todo discurso sobre la fe nace en un lugar y en un momento preciso buscando responder a situaciones e interrogantes históricas en que los cristianos viven y proclaman el Evangelio. Es una tarea permanente, en tanto esfuerzo de comprensión exigido por el don de la fe, y simultáneamente, cambiante en la medida en que responde a interpelaciones concretas y a un mundo cultural dado. Esto explica el surgimiento de nuevas teologías en la historia del cristianismo, la fe es vivida, pensada y propuesta de modos distintos según las diversas condiciones históricas y los retos que se desprenden de ellas para la vida cristiana.

De allí que, rigurosamente hablando, decir que una teología es contextual resulta tautológico; de una manera u otra, toda teología lo es. También la que se elabora en Europa, por cierto; aunque no faltan todavía quienes se resistan a admitirlo. Es probable que esa inexacta y reductora expresión venga de que, por largo tiempo, en las iglesias cristianas, ha dominado una teología distante, cuando no ajena, a la conciencia histórica. No hay unas teologías contextuales y otras que no lo son, la diferencia está, más bien, en que unas toman en serio su contexto y reconocen esa situación y otras no lo hacen.

El reto de la Pobreza

Postular, como lo hace la teología de la liberación -y otras reflexiones sobre el mensaje cristiano que parten del universo de la insignificancia social-, que el discurso sobre la fe significa reconocer y, en cierto modo, acentuar su relación con la historia humana y con la vida cotidiana de las personas -estar alertas a la interpelación de la pobreza- supone un cambio importante en el quehacer teológico. En efecto, por largo tiempo hemos visto
la pobreza como alojada en el casillero de las cuestiones sociales. Hoy la percepción que tenemos de ella es más honda y compleja. Su carácter inhumano y antievangélico, como dicen Medellín y Puebla, su condición, en última instancia, de muerte temprana e injusta, hacen aparecer con toda nitidez que la pobreza desborda el ámbito socio-económico y se convierte en un problema humano global y, por consiguiente, en un desafío a la vivencia y al anuncio del Evangelio. Es una cuestión teológica. La opción por el pobre toma conciencia de ello y proporciona una vía para considerar el asunto.

Como todo desafío a la fe, la condición del pobre pregunta y cuestiona y, al mismo tiempo, suministra elementos y categorías que permiten emprender nuevos itinerarios en el entendimiento y profundización del mensaje cristiano. Es capital tener presente el anverso y el reverso de toda interpelación. El trabajo teológico consiste en mirar cara a cara los retos, por radicales que puedan ser, reconocer los signos de los tiempos que los albergan y discernir en ellos, a la luz de la fe, el nuevo campo de interpelación de la fe que se presenta para pensar la fe y para un hablar de Dios dicente a las personas de nuestra época.

En esa perspectiva, la opción preferencial por el pobre juega un papel importante en la reflexión teológica. La teología es la fe en búsqueda de inteligencia, según reza la fórmula clásica: fides quaerens intellectum, que Jon Sobrino nos invita a entender como una inteligencia del amor por los pobres (intellectus amoris) en la historia. Dado que la fe “opera por la caridad” (Gal 5,6), según la sentencia de Pablo, es una reflexión que intenta acompañar la andadura de un pueblo en sus sufrimientos y alegrías, en sus compromisos, frustraciones y esperanzas; así como en su toma de conciencia del universo social en que vive y en su determinación por conocer mejor su propia tradición cultural. Un lenguaje teológico que no tenga en cuenta el sufrimiento injusto y que no proclame en voz alta el derecho de todos y cada uno a ser felices no adquiere espesor y traiciona al Dios de quien se quiere hablar, el Dios de las bienaventuranzas, precisamente.

En última instancia, la teología, toda teología, es una hermenéutica de la esperanza, es la inteligencia de los motivos que tenemos para esperar. La esperanza es, en primer lugar, un don de Dios, Jeremías lo recuerda, transmitiendo el mensaje del Señor: “Yo conozco mis designios sobre ustedes: designios de bienestar -hebreo: shalom- y no de desgracia, de darles un porvenir y una esperanza” (29,11). Acoger ese don abre al futuro y
a la confianza al seguidor de Jesús. Ver el trabajo teológico como una comprensión de la esperanza se hace más exigente cuando se parte de la situación del pobre y la solidaridad con él. No es una esperanza fácil, pero por frágil que pueda parecer es capaz de echar raíces en el mundo de la insignificancia social, en el mundo del pobre; y de encenderse, aun en medio de situaciones difíciles, y de mantenerse viva y creativa.

Sin embargo, esperar no es aguardar, debe llevarnos al empeño de forjar activamente razones de esperanza. Precisemos que es una vivencia que no se confunde, estrictamente hablando, con una utopía histórica o un proyecto social, pero los supone y los genera, en la medida en que ellos expresen la voluntad de construir una sociedad justa y fraterna.

Una Palabra Profética

La opción preferencial por el pobre es, también, por cierto, un componente esencial del anuncio profético del Evangelio, que incluye el nexo entre el amor gratuito de Dios y la justicia. Parte importante de ello es la búsqueda de que los excluidos sean agentes de su destino.

Evangelización y lucha por la Justicia

Es imposible entrar en el mundo del pobre que vive una situación inhumana y de exclusión y no percibir que el anuncio de la buena nueva es un mensaje que libera y humaniza y, por eso mismo, portador de un reclamo de justicia. Tema nuclear en la tradición profética del Primer Testamento y que reencontramos plantado en medio del sermón de la montaña, como un mandato que lo resume y da su sentido ala vida del creyente: “Busquen el reino de Dios y su justicia” (Mt 6,33).

El corazón del mensaje de Jesús es el anuncio del amor de Dios que se expresa en la proclamación de su reinado. Reino que transporta el sentido de la historia humana más allá de ella misma, a su pleno cumplimiento; y, al mismo tiempo, está presente en ella desde ahora. De su “cercanía” nos hablan, precisamente, los evangelios. Esa doble dimensión, a la que apuntan las parábolas sobre el reino, se expresa en la fórmula clásica del “ya, pero todavía no”. Ya presente, pero todavía no plenamente. Por eso mismo, el reinado de Dios se manifiesta como un don, una gracia y, simultáneamente, como una tarea, una responsabilidad.

En el marco de la relación, por momentos tensa, pero siempre fecunda, entre don gratuito y compromiso histórico, se sitúa la vida del discípulo de Jesús; y, por consiguiente, el hablar sobre el Dios del reino, que acogemos en la fe. El pasaje de las bienaventuranzas de Mateo contiene la promesa del reino para todos aquellos que, al aceptar en su vida cotidiana el don gratuito que les es ofrecido, se convierten en sus discípulos. El reinado es considerado, en los evangelios, de manera multiforme, con expresiones e imágenes de una gran riqueza bíblica: la tierra, la consolación, la saciedad, la misericordia, la visión de Dios, la filiación divina. La nota dominante de esos vocablos es la vida, la vida en todos sus aspectos. Por su parte, la condición de discípulo está indicada fundamentalmente en la primera y capital bienaventuranza: pobres de espíritu, las otras presentan variaciones y matices de ella. Los discípulos son aquellos que hacen suya la promesa del reino poniendo sus vidas en manos de Dios, el reconocimiento del don del reino los hace libres frente a cualquier otro bien. Y los dispone para la misión evangelizadora, a la cual está ligada, según el consejo que recibió Pablo en Jerusalén, el “acordarse de los pobres” (Gal 2,10).

¿Cuál es la ubicación de la construcción de un mundo justo en la proclamación del reino? Si se considera retrospectivamente el recorrido que esa relación ha tenido en teología y en el magisterio de la Iglesia, en las últimas décadas, se puede comprobar una evolución interesante hacia una concepción cada vez más unitaria, unidad compleja, sin confusiones fáciles.

Hacia la mitad del siglo anterior, Y. Congar reconocía dos misiones de la Iglesia: anunciar el Evangelio y, derivada de ella, la animación (en el sentido cabal de dar alma) de lo temporal. Era un paso adelante respecto de teologías que postulaban que evangelización y promoción social iban, se podría decir, por cuerdas separadas. La posición de Congar tuvo una vigencia muy grande y se encuentra, asimismo, en varios documentos del Vaticano II.

Pero diversos factores apuraron la definición del alcance de la evangelización para la historia humana y la convivencia social. En el tiempo que siguió al Concilio, diferentes reflexiones teológicas insistieron en la necesaria presencia del mensaje cristiano en la esfera pública y en considerar la relevancia del anuncio de la fe desde el reverso de la historia, desde el mundo de injusticia e insignificancia social en que viven los pobres. Como es natural, estas preocupaciones y perspectivas se reflejaron en diversos textos del magisterio eclesial. Medellín (1968) dice que Jesús vino a liberarnos del pecado, cuyas consecuencias son servidumbres que se resumen en la injusticia (cf. Justicia 3). Muy poco después, el Sínodo romano sobre Justicia en el mundo (1971) afirma que la misión de la Iglesia “incluye la defensa y la promoción de la dignidad y de los derechos fundamentales de la persona humana” (n. 37).

Pablo VI, en el texto que corresponde al Sínodo sobre la evangelización, dice: “La evangelización lleva consigo un mensaje explícito sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar. la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje especialmente vigoroso en nuestros días, sobre la liberación” (Evangelii nuntiandi / 1974 / 29). En el discurso inaugural de Puebla (1979), Juan Pablo II, inspirándose en la parábola del samaritano, sostenía que la misión evangelizadora de la Iglesia “tiene como parte indispensable la acción por la justicia y la promoción del humano” (III, 2). Afirmación que influirá en varios documentos de esa Conferencia.

Como se puede ver, los términos para hablar de la tarea evangelizadora se han ido precisando y ha ganado terreno una comprensión global y unitaria. La buena nueva proclamada por Jesús -calificado de profeta repetidas veces en los evangelios- recupera su carácter de palabra profética que proclama el amor de Dios por toda persona y de modo prioritario por los insignificantes y oprimidos, y que por eso mismo denuncia enérgicamente la injusticia en el trato con el pobre, no sólo en el nivel personal, sino también y, en cierta manera, especialmente, en el campo social.

La promoción de la justicia es vista, en forma creciente, como parte esencial del anuncio del Evangelio, ella no es, claro está, toda la evangelización; pero tampoco se ubica en los umbrales de la proclamación de la buena nueva, no es una pre-evangelización, como alguna vez se dijo. Forma parte, más bien, de la proclamación del reino, aunque no agota su contenido.

No fue fácil llegar a ese resultado; pero es claro que su formulación actual evita tanto empobrecedoras separaciones como eventuales confusiones.

Gestores de su destino

La solidaridad con los pobres plantea una exigencia fundamental: el reconocimiento de su plena dignidad humana y de su condición de hijas e hijos de Dios. De hecho, crece entre los pobres la convicción de que les corresponde, como a todo ser humano, tomar las riendas de su vida. La Iglesia, con Juan XXIII, Vaticano II y Medellín, dio un paso importante en esta ruta, inspiró compromisos, planteó urgentes discernimientos y desbrozó rutas; algunas se han cerrado o angostado, otras se estrenan.

La cuestión de ser gestores de su destino no es un postulado teórico o un recurso retórico, sino una vivencia, difícil y costosa, es verdad, pero obligada. Y urgente, si tenemos en cuenta que, en Latinoamérica, después de un largo período represivo de las organizaciones populares, hoy se busca, más sutilmente, sembrar el escepticismo, por ejemplo, respecto de la capacidad de los pobres para lograr su propósito o de persuadirlos de que, frente a las nuevas realidades, globalización, situación internacional de la economía, unipolaridad política y militar, es necesario cambiar radicalmente de rumbo. Pero ello no ha impedido que la perspectiva asumida por muchos pobres, golpeada y magullada, siga presente y viva a través de nuevas rutas.

No hay un verdadero compromiso solidario con los pobres si se les considera sólo como personas que esperan pasivamente una ayuda. Respetar su condición de actores de su destino es una condición indispensable de una genuina solidaridad. Por ello, el propósito no es convertirse, salvo en caso de extrema urgencia y de corta duración, en “la voz de los sin voz”, como se dice a veces -y sin duda con generosidad-, sino de contribuir, de alguna manera, a que quienes hay están sin voz, la tengan. Ello supondrá saber callar para escuchar una palabra que pugna por ser oída. Para toda persona, ser agente de su propia historia es una expresión de libertad y dignidad, punto de partida y fuente de un desarrollo auténticamente humano. Los insignificantes de la historia fueron -todavía lo son en gran parte- los silentes de ella.

Para esto es importante anotar que la opción por el pobre no es algo que deban hacer sólo aquellos que no son pobres. Los pobres mismos están llamados a optar prioritariamente por los insignificantes y oprimidos. Muchos lo hacen, pero, hay que reconocerlo, no todos ellos se comprometen con sus hermanas y hermanos de raza, género, clase social o cultura. Viven, como todos, la presión ambiental y mediática que postula metas individualistas, promueven la frivolidad y desmerecen la solidaridad. La senda que tomen para la identificación con los últimos de la sociedad será distinta a las de personas pertenecientes a otros estratos sociales, pero es necesaria y es un paso importante para ser sujetos de su propio destino.

Los primeros pasos hacia la consideración de los pobres como gestores de su destino en el plano social tiene un correlato eclesial en el surgimiento de las comunidades cristianas (o eclesiales) de base. Es más que una simple coincidencia cronológica, las comunidades forman parte de un acontecimiento histórico amplio, sin el cual se hace difícil comprender su nacimiento. La Iglesia no vive en otra historia, está compuesta por seres humanos que pertenecen a universos sociales y culturales en los que conviven con personas de otros horizontes humanos y espirituales.

De allí que, tanto las comunidades cristianas como la teología que se hace en el continente, pongan el acento en el papel que cabe al pobre como portador, y no sólo destinatario, del Evangelio, vinculado al derecho del pobre a pensar su fe y expresar su esperanza. Es una perspectiva que viene de las experiencias de las iglesias locales latinoamericanas, así lo reconoce Puebla: “El compromiso con los pobres y oprimidos y el surgimiento de las comunidades de base han ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evangelizador de los pobres” (Puebla, 1147). Vivencias fundamentales que Medellín había confirmado y reforzado, y que nos recuerdan que el discipulado se vive en el compartir comunitario.

La opción preferencial por el pobre forma parte del seguimiento de Jesús -del “caminar según el Espíritu” (Rom 8,4)- que da sentido último a la existencia humana y en que damos “razón de la esperanza” (1 Pe 3,15). Nos ayuda a ver la inteligencia de la fe como una hermenéutica de la esperanza, interpretación que debe ser hecha y rehecha, constantemente, a lo largo de nuestras vidas y de la historia humana, forjando motivos de esperanza. Y nos impulsa a encontrar los caminos apropiados para una proclamación profética del reinado de Dios, una comunicación respetuosa y creadora de comunión, de fraternidad, de igualdad entre las personas y de justicia.

En coherencia y continuidad creativa con Medellín, Puebla y Santo Domingo, la Conferencia que tendrá lugar en Aparecida (Brasil) se propone repensar el tema del discipulado en las nuevas y viejas condiciones que se viven en América Latina y el Caribe. La Iglesia, como el samaritano, debe salir constantemente de su camino, practicar la solidaridad con los más pobres y renovar su cercanía -su proximidad- a ellos, en busca del reino y la justicia. Y como el escriba que se hizo discípulo del reino, debe sacar de su tesoro “lo nuevo y lo viejo” (Mt 13,52). Lo nuevo y lo viejo.

Páginas Nº 201 / Reflexión y Liberación Nº 71

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El que se fue a Barranco, ¿perdió su banco?

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Por Humberto Campodónico.
Tomado de la Republica 16/05/2007

2004 – 2006: Proyectos de Inversión Viables y en estudio presentados por los GR. Haga click en la imagen para ampliar.

La discusión sobre las prioridades de la inversión pública es clave porque es el punto de partida de la verdadera reforma del Estado, a la que se añade, con igual rango, la reforma tributaria integral para que “paguen más los que más tienen” (y más eluden) con el objetivo de lograr equidad en la distribución del ingreso nacional.

Lo que se aprecia, con información oficial del SNIP, es que del 2004 al 2006, creció la capacidad de formulación de proyectos de los Gobiernos Regionales, ya que tienen 6,549 con “viabilidad” del SNIP, por un total de S/. 5,214 millones. (Advertencia: que tengan “viabilidad” no significa que tengan financiamiento, que es lo que quiso hacer el “shock de inversiones”). Sin embargo, el SNIP aún no “viabiliza” 1,837 proyectos presentados por los GR, por un total de S/. 9,420 millones. Veamos el detalle.

Del total de 6,549 proyectos con viabilidad, 6,412 son proyectos pequeños que van desde menos de S/. 1 millón hasta S/. 3,5 millones (Rangos 1 y 2), mientras que 114 proyectos están en el Rango 3 y solo 23 proyectos superan los 8 millones de soles.

Pero la figura se invierte con los 1,837 proyectos “en estudio” por el SNIP: solo 13% están en los Rangos 1 y 2, mientras que otro 9% está en el Rango 3. Pero en el Rango 4 (los 113 proyectos grandes) están en estudio el 77% por un total de S/. 7,297 millones.

Según información proporcionada por el Programa Vigila Perú de Propuesta Ciudadana (www.participaperu.org.pe, de donde también proviene el resto de la data de este artículo), de los 20 proyectos de inversión más importantes aún en “estudio”, 15 fueron presentados antes del 2004. Entre ellos: el Mejoramiento de la Red Vial de la Transoceánica de Puno, el afianzamiento del Reservorio de Poechos, el aprovechamiento de los recursos hídricos del Río Maure.

No se trata de “saltarse a la garrocha” al SNIP ni, tampoco, aprobar “cualquier” proyecto de inversión. Se trata de proveer al país de un Plan de Mediano Plazo donde se prioricen los proyectos. Esto quiere decir que el SNIP debe salir del MEF, que se rige, en lo esencial, por “criterios de caja”. Eso fue lo que hizo el MEF durante Toledo, pues disminuyó la inversión pública al 2,8% del PBI, con tal de reducir el déficit fiscal para alcanzar el “grado de inversión”. Así, el problema de la falta de capacidad de inversión comienza con Fujimori y se agrava con Toledo.

Esto se puede hacer con el Centro de Planeamiento Estratégico, creado por la Ley 28522 del 2005 y que consta en el Plan de Gobierno del APRA. Pero el gobierno no lo concreta pues sus aliados de la derecha neoliberal se oponen. ¿Por qué? Porque le quitaría el poder que, hoy, el MEF ejerce omnipotente, igual que bajo Fujimori.

En efecto, la Ley 28522 dice que “el proceso presupuestario debe orientarse por los Objetivos del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional”. Además, el Ceplan “asume las funciones relacionadas al planeamiento estratégico y evaluación que cumple la Dirección General de Programación Multianual del Sector Público del MEF y las de evaluación estratégica del Estado, que cumple la Secretaría de Gestión Multisectorial de la PCM”. En concreto, el SNIP se tendría que regir por las prioridades del CEPLAN.

Conclusión: Hay que cautelar la inversión pública en el marco de un plan de mediano plazo, implementando el CEPLAN, que integre al SNIP, donde el MEF debe seguir participando. Está muy mal eso de “sacarle la vuelta” a los ministros cuando se van de viaje.


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Sólo los limpios dan fruto

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P. Gustavo Gutiérrez
Abril de 1991
V de Pascua
He. 9,26-31; 1Jn. 3,18-24; Jn.15,1-8

El tiempo pascual nos recuerda que ser testigo de la Resurrección es dar vida.

Solidaridad y fruto
La viña en la Biblia es una imagen para hablar del pueblo de Israel. Ella correspondía a una experiencia diaria, la vid y el vino son una referencia inmediata y clara para los compatriotas de Jesús. Se trata del verdadero pueblo de Dios (cf. Jn.15,1). La solidaridad con Jesús es condición para dar fruto (cf. V..2), esa vinculación define al pueblo de Dios. Sin la vid la rama, el sarmiento, se seca (cf. vv.4 y 6). La vida sólo circula en un cuerpo en el que cada uno cumple una función. Todos conocemos este tema en Pablo.

Dos capítulos antes, Juan nos relató el lavatorio de pies que recordamos en Jueves Santo (cf. cap.13). Su sentido no es purificar exteriormente, quitar el polvo de los pies de los discípulos. La actitud de Jesús significa humildad, servicio, amor. Ese mensaje, el agua no es sino el signo, limpia a los discípulos. Los hace pasar a la esfera de la luz y del amor, lo que significa dejar la obscuridad y la ausencia de fraternidad. Limpio es aquel que encuentra su identidad en su vinculación al Señor y en el servicio a los demás. Por ello la Palabra nos limpia (cf.v.3), nos transforma desde dentro, nos hace distintos. Creer en la Palabra es dar fruto; si separamos esos dos aspectos caeremos en lo que la epístola de Santiago llama “doble alma” (1,8 y 4,8). Los discípulos están limpios en la medida en que han acogido el mensaje y el testimonio de Jesús.

Con obras y palabras
La limpieza es un proceso, por ello el Padre nos limpia para que de¬mos más fruto (cf.v..2). En eso consiste su gloria (cf.v.8), su voluntad es que demos el fruto del amor. Hacerlo es amar con obras y no sólo con palabras. Esa es la verdad de las enseñanzas de Jesús (1 Jn. 3,18). El limpio es aquel que habla como actúa y obra como habla. En ese caso permaneceremos en Dios (cf. v.24).

El texto de los Hechos nos cuenta que el recién convertido Pablo inspiró miedo a los discípulos más antiguos (10,26) Es una consecuen¬cia, sin duda, del recuerdo que se tenía de él como perseguidor de los cristianos. Pero tal vez había más. Pablo manifestaba una fuerza y una amplitud de mirar que sorprendió y atemorizó a cristianos que ya habían hecho sus vidas sin el soplo misionero que traía el neoconverso. Este predicaba con valentía y no temía enfrascarse en discusiones con judíos (y quizá cristianos, también) de origen griego. Su mensaje y su vehemencia le traían dificultades (cf. vv.28-29).

Pablo tomaba en serio aquello que tanto nos cuesta: amar al próji¬mo en su situación concreta. No se refugiaba en un pretendido amor a Dios que al colocarse por encima de la historia rompe su vinculación con la viña que tiene sus raíces en tierra. Amar a Dios significa entrar sin temores en la vida concreta de nuestros hermanos, sea cuales fueran las dificultades que eso acarree.

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El 98% de los proyectos aprobados por el SNIP tiene montos menores a S/. 3.5 mlls

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El 98% de los proyectos aprobados por el SNIP tiene montos menores a S/. 3.5 mlls
Propuesta Ciudadana señala que entre 2004 y 2006 el SNIP aprobó mayoritariamente proyectos de inversión pequeña.

Milagros Salazar.
Tomado de la Republica 15/05/07

Grandes proyectos congelados en el SNIP. Haga click en la imagen para ampliar.

¿Hasta qué punto lo anunciado por el Ejecutivo para flexibilizar la aplicación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) en los proyectos locales y regionales permitirá que los pobladores empiecen a sentir los beneficios de obras que se ajusten a sus necesidades?

Para el grupo Propuesta Ciudadana el gobierno central sólo ha hecho un anuncio cosmético debido a que entre el 2004 y 2006 el 98% de los proyectos de inversión calificados como viables por el SNIP son montos menores de 3.5 millones de soles precisamente a nivel local y regional, los cuales en la mayoría de los casos no representan obras de importancia para el desarrollo.

“El primer cuello de botella está en los proyectos de gran inversión, precisamente los que permitirán impulsar el despegue regional”, señaló a La República el especialista de Propuesta Ciudadana, Nilton Quiñones. Según un informe de esta organización, el 75% de los proyectos tienen montos menores de un millón de soles.

Pero el sábado el Ejecutivo intentó dar por superado los problemas en relación al SNIP al señalar que lo único que no se relajará es la supervisión de las grandes obras de inversión, como si el tema sólo se tratara del manejo de grandes o pequeños recursos.

Para Quiñones lo que hace falta es que las regiones y el Ministerio de Economía garanticen ante todo cuadros técnicos que permitan descongelar los proyectos del sistema que hoy se encuentran en evaluación por un monto que supera los 7 mil millones de soles, sin contar el proyecto hidroenergético del Alto Piura que fue exonerado de los rigores del SNIP recientemente vía decreto supremo.

Además, recomienda adecuar las exigencias técnicas del SNIP según la realidad regional ahora que la nueva legislación faculta a los gobiernos regionales y locales para evaluar y declarar la viabilidad de los proyectos sin límites de montos siempre que formen parte de sus competencias y que el financiamiento no sea por endeudamiento. Y sucede que aún no se han transferido todas las competencias a las regiones y dependen de la aprobación previa de los sectores del gobierno central.

“No podemos seguir dependiendo de la burocracia limeña”, señaló el presidente regional de Huánuco, Jorge Espinoza. “No vamos a permitir que se postergue el desarrollo provinciano”, agregó el presidente regional de Tacna, Hugo Ordóñez. Por ello, este viernes se reunirán las autoridades regionales en Lima.

Claves

TROPIEZO. Para Propuesta Ciudadana, el segundo cuello de botella en la ejecución de las obras se encuentra en los procesos de licitación. Por ello es importante agilizar la reforma del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.

INEFICACIA. El MEF asegura que de los 12 mil proyectos declarados viables por el SNIP, apenas el 12% ha sido ejecutado por las regiones, lo cual demuestra la poca capacidad de gestión.

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Articulo de Campodonico: Varazos de ciego

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Varazos de ciego
Humberto Campodónico

Las recientes medidas económicas promulgadas por el gobierno tienen como objetivo el aumento de la inversión pública, sobre todo en las regiones, en un contexto de creciente recaudación fiscal, poca capacidad de gasto y fuertes movilizaciones sociales. La intención puede ser buena, pero se aprecia desconcierto y, sobre todo, falta de claridad en la definición de los objetivos de corto plazo y su relación con el mediano plazo.

En lo que va del año se han promulgado ya dos créditos suplementarios por S/. 1,253 millones (sobre todo para prolongar el “shock” de inversiones), a lo que se suma otro proyecto por S/. 2,071 millones para inversiones sociales, sobre todo en la sierra. En total, S/. 3,324 millones, cercana a las ampliaciones del 2006 de S/. 4,857 millones.

Pero como hay poca capacidad de ejecución (lentitud del “shock” de inversiones) el gobierno promulgó esta semana el Decreto de Urgencia 014. Dice este DU que una serie de proyectos (como carreteras, equipamiento educativo y de salud, electrificación rural e irrigaciones) podrán realizarse de manera expeditiva, pues para iniciarlos “solo se requerirá de la declaración de viabilidad a nivel de perfil integral” (Art. 1).

El DU 014 no fue firmado por el ministro Carranza (que estaba de viaje), sino por el premier Del Castillo, encargado de la cartera de Economía, lo que no le gustó nada al primero pues “se estaría poniendo en riesgo la calidad de la inversión pública”.

Allí no quedó la cosa, pues el jueves se aprobó el DS 055 EF 2007, también con la firma del premier (Carranza seguía de viaje). Este DS exceptúa al Proyecto Alto Piura del SNIP, con lo que el Ejecutivo aportará US$ 80 millones al proyecto. También con la firma de Del Castillo se ha aprobado el DU 013, que autoriza a los gobiernos regionales a usar el dinero del canon para contratar a maestros que no tenían partida presupuestal, sobre todo en Cusco y Loreto, regiones que amenazaban con declararse en huelga.

Este DU es nefasto pues ha abierto la puerta al uso del canon de las regiones para pagar gastos corrientes que le competen al gobierno central (¿por qué no se han utilizado los mayores ingresos por regularización del impuesto a la renta?), algo que el Ejecutivo seguramente querrá seguir haciendo en el futuro. Esto va a traer problemas, como anuncia el gobierno regional de Loreto que “no usará el canon para pagar a maestros”.

La cuestión de fondo aquí tiene que ver con el exceso de recursos en esta época de vacas gordas y los problemas administrativos y burocráticos para la inversión pública. A lo cual se añade la poca capacidad de diseño de proyectos y ejecución de inversiones de los 3 niveles de gobierno, hecho que se agravó con el desmantelamiento del Estado por el centralismo fujimorista. Sin embargo, este déficit lo vienen superando rápidamente los gobiernos locales y regionales, pues del 2003 al 2006 los segundos han triplicado sus inversiones, pasando de S/. 500 a S/. 1,500 millones.

Es aquí donde se ubica la reforma del Estado Nº 1 (junto con la reforma tributaria), pero el Ejecutivo no la priorizó pues puso énfasis en el plano administrativo, vía el “ahorro” a través de la fusión o absorción de OPDs. Esto se debe a la ausencia de un plan de mediano plazo (que debía estar a cargo del Centro de Planeamiento Estratégico que el gobierno se resiste a implementar) que señale las prioridades y, sobre todo, tome en cuenta los enlaces con las políticas y medidas de corto plazo.

En ese marco se debe reformar el SNIP, para agilizar la aprobación de proyectos de inversión debidamente sustentados, donde el criterio de “caja” del ministro Carranza y del MEF, debe ser solo uno de los elementos a tomar en cuenta. Es esa la crítica central al ministro, que hoy quiere aparecer como el adalid contra el “exceso de gasto” (aparte de su evidente conflicto de interés por ser ex empleado del BBVA).

Si esto no se hace, seguiremos con la política de varazos de ciego, identificando los problemas solo cuando se nos ponen delante. Así, cuando las aguas están tranquilas, el Presidente preferirá ahorrar, pero cuando el agua social se mueve, le interesará gastar bastante y rápido (lo que no es sinónimo de bueno) para no perder puntos en las encuestas. Lo que nos dice que gobernar no es tan fácil como sacar, cada día, un nuevo conejo de la galera.

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Retroceso en el Presupuesto 2007

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A fines de agosto el Ejecutivo presentó el Proyecto Ley de Presupuesto 2007 al Congreso de la República. Luego, como corresponde, este fue revisado por la Comisión de Presupuesto del Congreso y la Cuenta General de la República (CGR). Acto seguido, fue sustentado por el premier y los ministros. Lo que sigue es que la Comisión de Presupuesto y la CGR elaboran un predictamen que incorpora modificaciones al proyecto inicial. La cuestión es que, lamentablemente, este nuevo proyecto de presupuesto 2007 mantiene las mismas características centralistas que las presentadas por el Ejecutivo. Veamos:

•La distribución del presupuesto 2007 por niveles de gobierno muestra que la participación del gobierno nacional en el presupuesto total aumentará de 68.6% a 69.5%, mientras que la de los gobiernos subnacionales disminuirá de 31,4% a 30.5%.

•El incremento del presupuesto 2007 asciende a S/. 6,517 millones. El 77% ha sido destinado al gobierno central (S/. 5,029 millones), cifra que resulta 3.4 veces mayor comparada con el incremento de los fondos destinados a los gobiernos regionales y los gobiernos locales (S/. 1,108 y S/. 377 millones, respectivamente).

•Del total de recursos para inversión (S/. 10,070 millones) del presupuesto 2007, el 41% va al Gobierno Central y el 59% a los gobiernos subnacionales, lo cual es positivo. Sin embargo, se debe precisar que buena parte de los recursos de inversión que van para las municipalidades (por canon y regalías) están concentrados en unos 5 ó 6 departamentos.

•La distribución territorial de los recursos de inversión en manos del gobierno central o nacional da una imagen más clara de la recentralización de las inversiones. En efecto, de los S/. 1,735 millones en que crece la inversión nacional, el 50% lo manejará en forma directa el Gobierno Central, es decir unos S/. 865 millones, se destinan para Lima.

•El no disponer de un sistema administrativo formal de Planificación Estratégica, aunque se ha dado un avance mediante el Acuerdo Nacional (al que le faltan instrumentos operacionales) desemboca en un presupuesto “inercial”. Así, la autoridad presupuestaria trabaja sobre el presupuesto del año anterior y le agrega los impactos anualizados de decisiones ya tomadas (por ejemplo, aumentos salariales, cobertura de plazas, culminación de determinados proyectos de inversión y demás) y la diferencia de dicha proyección, con relación a los topes de gasto, son asignadas por el Consejo de Ministros.

El trámite para la aprobación del Presupuesto 2007 ya se acerca a su fin, pues debe debatirse en el Pleno antes de la fecha límite del 30 de noviembre. Esperamos que exista un verdadero debate y voluntad de cambio principalmente sobre los siguientes aspectos: 1) Mayor transparencia y menos discrecionalidad en la asignación de los ingresos no presupuestados que se incorporan como créditos suplementarios, que el próximo año bordearán los S/. 4,000 millones; 2) Consolidar la descentralización presupuestal transfiriendo a las regiones más funciones con recursos y asignando más recursos de inversión a las regiones con mayores carencias; 3) Reducir el nivel de discrecionalidad y de inercia a la hora de autorizar los gastos; y 4) Implementar el Centro de Planificación Estratégica (CEPLAN) y dotarlo de presupuesto para devolver al Estado una mínima capacidad de planeamiento, indispensable para mejorar la calidad del gasto público.

(*) Grupo Propuesta Ciudadana.

La Republica 28/11/2006
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La Ley de Transparencia y el acceso a la información

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Aunque usted no lo crea, el Estado peruano tiene una Ley que faculta el acceso de cualquier ciudadano a la información pública: Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Nº 27806 del 2002. Este acceso a la información tiene dos mecanismos: a) el derecho a solicitar información y b) la obligación de publicar información mediante la instalación de portales Internet institucionales y/o su difusión mediante diarios y reportes periódicos.

Gracias a esta Ley el Perú ha dado un importante paso, contando no solo con un derecho humano, sino además con una herramienta para la vigilancia de la gestión del Estado. O sea que la ciudadanía tiene un medio para hacer frente a la “cultura del secreto de la gestión pública” que apaña las malversaciones de fondos. Vale subrayar que el incumplimiento de esta obligación por las entidades públicas es sancionado como falta grave e incluso pueden ser denunciadas penalmente por abuso de autoridad.

Sin embargo, ante una solicitud de información, la experiencia nos indica que existen serios problemas de cumplimiento: no hay funcionario responsable, no se da la información completa, la información es distinta a la solicitada y la información brindada está fuera de los plazos de ley. Esto plantea una necesidad de correctivos.

Todas las entidades públicas (a nivel nacional, regional y local) están obligadas progresivamente, de acuerdo a su presupuesto, a tener un Portal Internet de transparencia, teniendo éste como ventaja la reducción de los costos de transacción para el ciudadano que requiere información, lo que, a la vez, democratiza la información.

En “Vigila Perú” hemos evaluado dos casos relacionados con esta Ley. El primero se refiere la renta minera, donde lamentablemente no existe información disponible del impuesto a la renta ni de las regalías mineras que pagan las empresas, debido a la reserva tributaria. El segundo es la elaboración de la renta de hidrocarburos.

Lo que sí se publica en el portal del MEF es la información sobre la transferencia del canon (minero, petrolero y gasifero) y regalías mineras a los gobiernos regionales, locales. Pero si los alcaldes y presidentes regionales quieren saber si ese monto corresponde, efectivamente, a lo que le debe ser transferido como canon minero (50% del impuesto a la renta), entonces no pueden hacerlo por la “reserva tributaria”.

Si el Estado acaba de crear la Comisión de Trabajo que implementará la Iniciativa sobre Transparencia en las Industrias Extractivas (EITI, siglas en inglés), con el objetivo de transparentar los ingresos y pagos provenientes de los sectores minero, petrolero y gasifero hacia el Estado y desde este hacia las entidades finales del gasto público. Y si las empresas mineras publican en su país de origen la información financiera y tributaria, entonces, por qué no revisar la aplicación de la “reserva tributaria” en el caso minero y petrolero, ya que esta información es muy importante.

Cabe resaltar que, para el caso de la generación de renta en los hidrocarburos, el portal de Perupetro (http://www.perupetro.com.pe/estadisticas08-s.asp) permite acceder a información del volumen de producción, valor del hidrocarburo, valor de producción, el canon petrolero generado (12% del valor de producción para el caso de Piura) detallado por pozo, empresa y región.

Finalmente, un reto para los congresistas y el gobierno de turno es revisar la aplicación de la “reserva tributaria” para una cabal aplicación de la transparencia. Y que la ciudadanía vele para que lo poco que se ha alcanzado no se pierda, poniendo en práctica sus derechos.
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Publicado el 9 de mayo del 2005. La Republica Sigue leyendo