El Súper Diseñador (SD) se concibe como aquel que “es capaz de resolver por sí solo cualquier problema de comunicación visual que se le presente”. Un concepto curioso que escuche en mi último año de la carrera. Recuerdo la mención de que él debe hacerlo todo: tomar la fotografía, retocarla, insertarla en una diagramación de revista, hacer los elementos gráficos, generar una versión web de la misma la cual incluya animaciones en flash de mi propia autoría, con el lenguaje de un ilustrador… ¿Es eso posible? Sería como un médico que quiera hacer absolutamente todo en un hospítal. Y es obvio que eso no existe.
No obstante, en éste medio, se leen cada día más avisos donde se requieren “súper diseñadores” o empresas que buscan trabajar con “súper diseñadores”.
A éste respecto cabe citar un comentario vertido por César Martín, diseñador gráfico, consultor independiente y fundador de alzado.org en relación a la necesidad de interdisciplinariedad para lograr mejores resultados en lo que a la satisfacción de los clientes o consumidores se refiere:
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Entre otras cosas Martín declara que, en vez de que “el proyecto dependa del talento de los individuos […] es mejor tener responsables claros, con una visión coherente de su disciplina. Para proyectos grandes lo mejor es contar con los mejores solistas de cada disciplina con un buen director de orquesta [:] Un individuo para usabilidad, otro para diseño, otro para contenidos, otro para marketing, otro para programación, otro para HTML/CSS… y así hasta donde sea posible. Los hombres orquesta son válidos para proyectos medianos / pequeños. En cuanto el proyecto crece es mejor contar con los mejores individuos y cada cual debe ser especialista en una disciplina clara donde los objetivos y resultados de la misma sean claramente identificables y por tanto evaluables”.
Cierto. Zapatero a sus zapatos: Comunicador al concepto, diseñador a la estrategia visual, programador a la funcionalidad, pre-prensa a maximizar el resultado del arte final… Difícilmente el diseñador tendrá éxito (salvo un proyecto pequeño, que por su envergadura él si pueda manejar) si pretende ser y hacer el trabajo de los otros especialistas. Si quiere jugar al “Súper Diseñador”.