Y que los dioses me perdonen
pero hay sólo un Dios verdadero
el que mi cuerpo sostiene, mi alma, mi pensamiento;
¡entre los otros el Dios primero!
Por su magnanimidad me permito
adorar a dioses terrenos
que me facilitan el tránsito
por tan apretujado infierno,
ahorrándome preocupaciones por el prójimo
por terceros,
por los que sin remordimientos
¡adoran a dioses terrenos!
MGC