“Mi mamá sabía que mi padre me violaba, pero calló”
Perú 21
En conversación con Perú.21, Giuliana Ramírez, quien asegura haber sido violada desde niña por su padre, un suboficial de la Policía, dice que su progenitora, Consuelo Ugarte, no la quiere apoyar en la denuncia porque “teme perder al único sustento económico de la familia”.
Ramírez manifestó que su madre conocía de las violaciones a las que ella estaba siendo sometida por Robinson Ramírez Quintanilla, pero siempre las ignoró por miedo. (Lucero del Castillo)
Para Giuliana Ramírez Ugarte – la mujer que asegura haber sido violada desde niña por su padre, un suboficial de la Policía Nacional –, su madre y sus dos hermanas no la quieren apoyar en la denuncia porque “temen perder al único sustento económico de la familia”.
En conversación con Perú.21, la muchacha manifestó que su progenitora, Consuelo Ugarte, conocía de las violaciones a las que ella estaba siendo sometida por Robinson Ramírez Quintanilla, pero siempre las ignoró por miedo.
Como se recuerda, el último viernes, la señora Ugarte aseguró que lo expuesto por su hija no era más que “mentiras, calumnias y blasfemias”, y que no dudaba en poner “las manos al fuego” por su esposo.
“Ella siempre supo que mi papá abusaba de mí. Yo se lo dije en el 2002 pero, salvo una pequeña pelea, nunca intercedió por mí. Y es más, cuando decidí hacer la denuncia, me pidió desesperada que desistiera pues, si lo hacía, quién iba a mantener la casa y pagar los estudios de mis hermanas”, dijo tras mencionar que, aunque por afuera su progenitor parezca un policía respetable y honesto, por dentro en realidad esconde “un monstruoso manipulador”.
“Psicológicamente es un pervertido y mi madre lo sabe. No entiendo por qué actúa así”, expresó Giuliana Ramírez.
HABLA LA ESPECIALISTA. La psiquiatra personal de Giuliana, Doris Torres Pérez, explicó a Perú.21 que es muy difícil que la joven esté mintiendo sobre su padre pues – recuerda – no fue ella la que buscó sus servicios sino un familiar que sabía de los hechos y que con engaños la llevó a su oficina para iniciar la terapia.
“Recuerdo que, cuando conocí a Giuliana, ella no quería hablar del tema. Como es común en estos casos, sentía que era culpable de todo lo que venía sufriendo. Recuerdo que padecía insomnios, inseguridad al hablar, tartamudeos. Ni siquiera podía mirar a los ojos cuando alguien le buscaba la conversación. Poco a poco fue contándome su historia”, señala la especialista.
Después de cinco años de terapia – según la profesional – Giuliana ya ha comprendido su condición de víctima. “De acuerdo con lo que ella me ha contado en las sesiones, puedo inferir que su padre es el típico sujeto con rasgos psicopáticos. Una persona que por fuera parece honorable, pero que en realidad actúa sin sentir cargos de conciencia, creyendo que el resto es el culpable de sus actos”, precisó.
Una vez más, buscamos la versión del acusado, pero no lo hallamos en su casa. Una de sus hijas anunció que, en breve, el policía ofrecerá una conferencia de prensa para aclarar el caso.