Como Incrementar el Valor de mi Acción en la Bolsa de Valores de la Vida

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Definitivamente nos ha tocado vivir una época en donde el que pestañea pierde, la competencia es cada vez mayor tanto a nivel organizacional como personal. Si pretendemos seguir ascendiendo en nuestra carrera laboral y mejorar nuestra posición en la organización, necesitamos hacer marketing personal para explotar nuestro máximo potencial y no perder pisada en la carrera hacia lo más alto.

En actividades sociales por lo general cuando uno se presenta dando el nombre: “Hola soy Manuel”, “Hola soy Ricardo”, “Hola soy Marita”, y siguiente tema ¿donde trabajas o donde estudias? y la respuesta es: “trabajo en Sanmaree”, “trabajo en Microsoft”, “Trabajo en Pricewaterhousecoopers”, “Soy de la UPC”, “Soy de la Católica”, “Soy de la U de Lima”, esto es bueno, pero solo debe servir para romper el hielo, con esta forma de presentación no quedaremos registrados en la mente de las otras personas. Nuestra marca personal no es nuestro nombre, tampoco nuestro trabajo o donde estudio, nuestra marca es lo que hacemos. Para ser recordados necesitamos definir las cosas que hacemos y aquellas en cuales nos destacamos, esas características que nos hacen distintos tanto a nivel personal como profesional. No se trata de ser soberbio o egocéntrico, sino de nuestra esencia como personas, nuestras fortalezas laborales, nuestra pasión, las características de la personalidad, todo esto aplicado al ámbito laboral mejora nuestra competitividad.

Stephen Covey, autor del best seller “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, dice que la mejor forma de poner en claro lo que queremos transmitir a los demás es imaginar que nos gustarían que digan sobre nosotros cuando no estemos presentes. Según estadísticas el 64% de los empleos y el 90% de los negocios se obtienen a través de la red de contactos. Entonces si no nos preocupamos por posicionarnos en la mente de los demás y por crear algo intangible que pueda servirles en algún momento, se nos hará más difícil poder vender, ascender o que nos tengan en cuenta.

La mejor época de nuestra vida nos la pasamos preparándonos para llegar lo más lejos posible, pero si al momento de hablar de nosotros no tenemos nuestro “comercial de ventas” y nos da “roche” o vergüenza destacar nuestras acciones, nos será muy complicado poder despegar.

En resumen el hecho de venderse uno mismo, no tiene grandes secretos: Hay que conocerse y tratar de presentar lo mejor. No se trata de mentir, sino de resaltar nuestros las cosas que mejor hacemos tanto a nivel personal como laboral.

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