Archivo por meses: abril 2009

El árbol que llora

El árbol que llora
Luis Sime Poma (2009)

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Encuesta de ECOSOCIAL

La Encuesta de Cohesión Social en América Latina (ecosocial ) es parte del proyecto de investigación “Nueva Agenda de Cohesión Social para América Latina” que está realizando Cieplan y el Instituto Fernando Henrique Cardoso (iFHC), contando con el financiamiento de la Unión Europea y el PNUD, y E coordinada por el Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con la colaboración de The Hellen Kellog Institute for International Studies, University of Notre Dame.

La encuesta publicada en el 2007 fue aplicada en distintas ciudades de los siguientes siete países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú. En ese sentido, es una encuesta que no solo ha sido aplicado en las capitales de los países referidos, sino también en otras ciudades del interior.La población encuestada por país va de 1,200 a 1,700 casos.

Los temas centrales que aborda la encuesta son:
I. LA CALIDAD DE LA CONVIVENCIA SOCIAL
II. LA CALIDAD DE LA CONVIVENCIA POLÍTICA
III. PERCEPCIÓN DE OPORTUNIDADES Y MOVILIDAD SOCIAL
IV. FELICIDAD

Para ver los resultados haga click aquí:
http://www.ecosocialsurvey.org/archivos/presentacion_ecosocial_general_ecosocialsutvey.pdf Sigue leyendo

Arboreceres

Arboreceres
Luis Sime Poma (2009)

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Peruanomias

Peruanomias

Luis Sime Poma (2009)

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Hacia una cultura del agua desde las organizaciones educativas

Los problemas del agua en el Perú requieren desde el punto de vista educativo, niveles cada vez mayor de información en las organizaciones educativas sobre las características que tienen los recursos hídricos en el país. Se trata de cómo formar a las futuras generaciones en una cultura del agua, en un conocimiento más amplio de los recursos básicos que tiene el planeta para la generación de la biodiversidad y la civilización humana, como es el caso del agua. En el siguiente gráfico, publicado por el diario La República, podemos apreciar la asimétrica disponibilidad del agua en el Perú, en tanto ella es mucho mayor justamente en las vertientes amazónicas donde la población es menor en el país, que en la vertiente del pacífico, donde se encuentra la mayoría de los habitantes.

En este segundo gráfico, también publicado por el mismo diario, se observa una selección de problemas que actualmente enfrentan diversas poblaciones del país y que repercuten en la disponibilidad de la cantidad y calidad del agua.

Pero además de la información que es necesaria insertar en los currículos educativos, se precisa de iniciativas institucionales de parte de las propias organizaciones educativas en alianza con otras para asumir con responsabilidad sustentable la gestión del agua. El Comercio en su edición del 10 de Abril del 2009 (1), reseñó la experiencia de tres colegios en Lima, que ya están haciendo una gestión diferente que les permite reutilizar el agua. Uno de ellos, es el colegio privado religioso La Inmaculada, que construyó tres lagunas en niveles distintos para purificar los desagües del distrito de Surco y usar esa agua para regar los jardines y campos de fútbol, ahorrándose con ello una suma significativa de dinero. Otro colegio es San Christoferus, ubicado en Chorillos, y dedicado a niños con problemas de desarrollo mental, que también logro concretar un proyecto de reutilización del agua, reduciendo también sus costos. De igual forma, el colegio Euroamericano situado en Pachacamac, cuenta con todo una serie de procedimientos para el mismo fin. En el artículo del diario, me parece muy valiosa la acotación que hace el promotor del colegio, Aldo Lazo cuando dice: “No basta con poner un biohuerto. La escuela debe generar conciencia sobre el cuidado medioambiental en cada materia educativa. Los niños deben ver el ejemplo en la infraestructura y en sus maestros. Si los chicos ven esto en sus colegios, seguramente tendrán interés de reutilizar los recursos en el medio en el que viven”. Estas palabras, implican que la gestión del agua en las instituciones educativas deben ser asumidas no solo como una cuestión de ahorro y de infraestructura, sino como una cuestión curricular, pedagógica, con la finalidad de formar en una cultura del agua.

Aún en las organizaciones educativas donde es muy complejo la reutilización del agua como en los casos anteriores, se requieren medidas para el uso eficiente de la misma. Llama la atención que no se dispongan de procedimientos que pueden ser incluso artesanales para evitar el derroche del agua, cuando por ejemplo, se utiliza la misma cantidad de agua para los residuos líquidos y sólidos en los baños, o cuando el agua ya usada en el lavatorio no puede ser redireccionada para los inodoros, o simplemente cuando no se revisa el estado de los caños y tuberías, para evitar posibles fugas o de los tanques de agua.

(1) http://e.elcomercio.pe/101/impresa/pdf/2009/04/10/ECVF100409a12.pdf Sigue leyendo

Paradigmas del desarrollo y sus implicancias educativas

Ideas-fuerza sobre los paradigmas del desarrollo y sus implicancias educativas elaborado por el Prof. Luis Sime (2009)

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Felicidad, Capital social y Desarrollo

Putman y Williamson (1) llaman la atención en el contraste entre los beneficios materiales aportados por el crecimiento económico de los EEUU en la segunda mitad del siglo pasado y los serios problemas que han afectado a su capital social.

Los autores definen el capital social como aquel “formado por las redes existentes dentro de la sociedad y por las reglas de reciprocidad y confianza que aquéllas engendran (en definitiva, por el grado de relación entre la gente). El capital social tiene unos efectos sobre la sociedad, que van desde el buen funcionamiento de las instituciones políticas hasta la duración de la vida de los individuos. Su declive representa una amenaza para la democracia – y para la calidad de vida de los ciudadanos – tan grave como una pérdida brutal en el capital físico o financiero.”

Este contraste podemos leerlo a través de los datos que aportan los autores referidos a la pérdida de espacio de integración y convivencia sacrificados por la actividad económica:

“Sí, los estadounidenses trabajan más y consumen más que nunca. Y ello en detrimento del tiempo que pasan unos con otros, en actos políticos o cívicos, en actividades sociales organizadas o espontáneas e incluso a la hora de cenar. Este elemento es crucial para comprender la razón de este descontento en un periodo de prosperidad económica. En resumen, la felicidad de los individuos tiene más que ver con la solidez de las relaciones sociales (familia, amigos, vínculos comunitarios) que con cualquier otro factor (incluida la renta). El estudio detallado de las costumbres y actividades diarias de los estadounidenses revela los cambios espectaculares que se han producido en 30 años.
Así, la participación de la población en la política se ha reducido. El número de estadounidenses que dedican tiempo a un partido político ha descendido casi un 50% entre 1968 y 1996. El número de quienes han tomado parte en una reunión pública o en un acto político ha disminuido casi un tercio entre 1974 y 1994. Por último, el número de estadounidenses que han firmado una petición o han escrito a un representante del Congreso ha bajado más de un 20% durante ese mismo periodo. La participación electoral también ha disminuido un 25% en 30 años, en gran parte debido a que las jóvenes generaciones han votado mucho menos que las que nacieron en los años veinte y treinta.
Asimismo, los estadounidenses se implican en un grado menor en otros tipos de actividades cívicas. En los años 1975 y 1976, los hombres y mujeres participaban en una media de 12 reuniones asociativas al año (es decir, una al mes). Esta cifra se ha reducido casi a la mitad, de modo que en 1996 tomaban parte sólo en cinco reuniones de este tipo al año. Las informaciones que proporcionan las agendas personales muestran que, como media, en 1965, el 7% de los estadounidenses dedicaba tiempo a una organización comunitaria. Sin embargo, en 1999, esta cifra cayó por debajo del 3%. La asistencia a oficios religiosos también ha disminuido entre un 10% y un 12% desde mediados de los años setenta.”

A nivel de actividades de integración familiar y de amistades también se muestra un declive, “Los estadounidenses se reúnen menos entre sí que antes. Reciben menos en su casa (un descenso de alrededor del 45% desde los años setenta) y las visitas a los amigos se han reducido(…) La vida familiar se ha visto afectada. Los estadounidenses cenan en familia un 33% menos que en los años setenta y, en comparación con la generación anterior, la probabilidad de que los padres se vayan de vacaciones con sus hijos, vean la televisión o sencillamente charlen con ellos se ha reducido en un tercio.”

Una vez más, y de forma categórica los autores vuelven a reforzar la relación negativa entre crecimiento económico y capital social en los términos siguientes: “En realidad, el rápido crecimiento económico tal vez sea lo que impide que se forje el capital social, cuando un mayor número de estadounidenses aprovecha la prosperidad para realizar horas extra o conseguir varios empleos. La cifra media de semanas trabajadas por familia pasó de 68,3 en 1969 a 82,6 en 1999, año en el que cerca de ocho millones de nuestros conciudadanos acumulaban dos empleos o más”.

Las ideas aportadas por los autores sobre la importancia del capital social para la vida institucional de un país así como para el desarrollo de los individuos, pueden ser relacionadas por los estudios sobre felicidad. En ambos se observa que no hay una correlación positiva entre crecimiento económico, consumismo, poder adquisitivo y, por otro lado, el capital social y felicidad de las personas, al menos en los países más industrializados. Así, en el siguiente gráfico (2) podemos observar una tendencia de ascenso de ingreso de los estadounidenses desde fines de los cincuenta hasta inicios de este siglo; sin embargo, la tendencia de la gente que se considera muy feliz se mantiene sin alteraciones.

Donde Por su parte, Anielski (3) encontró una correlación con tendencia más positiva entre el crecimiento económico con otras variables, como es la variable suicidio en Alberta, una de las provincias de Canadá. En el gráfico aportado por el autor nos muestra el significativo aumento del producto bruto (GDP) per capita y a la vez la tendencia de aumento de la tasa de suicidio en buena parte de la segunda mitad del siglo pasado descendiendo más hacia la última década.

(1) Robert D. Putnam y Thad Williamson ¿Por qué no son felices los estadounidenses? El País (España) 7-11-2000, Pp.15-16)
(2) World Watch Institute. State of the World Trends and Facts Rethinking the Good Life, 2004
http://www.worldwatch.org/features/consumption/sow/trendsfacts/2004/09/15/
(3) Anielski, Mark. The Alberta GPI Accounts: Suicide . Report # 10 The Pembina Institute (Canada), 2001 http://pubs.pembina.org/reports/10_suicide.pdf
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