La caída de Toño

[Visto: 451 veces]

Mi escondite se siente más frío y húmedo. Aunque intenté dormir, la sensación de que no pasaría de esta noche hizo que estuviera sobresaltándome a cada rato. Me puse a recordar días felices de un lejano pasado. “Cuánto cambió todo”, me puse a pensar en uno de esos momentos de insoportable insomnio.

Tras muchas veces de cerrar y abrir los ojos, me levanté del colchón y empecé a caminar en ese espacio que no me otorga ningún calor. Mis manos frotan mi cuerpo queriendo quitarse de una vez esa sensación gélida y desamparada, pero no es suficiente. Desesperado, vuelvo a acostarme en el colchón y cubrirme con la vieja frazada.

Son quizá las cuatro, o las cuatro y media de la mañana. Ya no lo sé con certeza. Lo que sí es cierto es que vi luces alumbrando por entre rendijas y llegan hasta mí. Es más: oigo el murmullo de unas voces que, bajitas, se comunican evitando vanamente que ecuche. No me importa hacerles caso. Sé que están cerca y pronto darán conmigo.

(continúa)

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *