Como si creyera en tus excusas, ¡flojo!

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Vaya si fue una semana complicada, tres calificadas en menos de seis días. Uno se vuelve loco tratando de leer hojas de hojas y más hojas de extenuantes lecturas, para luego plasmar al papel frases inexactas. Creo que así como va todo, me voy a aburrir más rápido que volando, y esta flojera se me hará más persistente.

(De hecho, ya es persistente. Fíjate nomás lo que demoraste en decidir hacer las benditas diapos el otro miércoles. Sin fundamentos racionales que alargaran tu errónea elección, te dedicaste tarde y noche, e incluso madrugada, a matar el tiempo viendo tele, chateando en la compu o durmiendo sobre el colchón. Te sentías tan ligero y despreocupado que la reacción final fue obvia.)

Y sí que lo fue. Rearmar el objetivo del trabajo al caballazo resultó sencillo, pero el enfoque y la presentación dejaron mucho que desear. es como cuando entregaba los pedidos y la bolsa no resistía el peso de la carga o la demora era evidente y el reclamo arreciaba. Esos momentos la verdad que fastidiaban…

(Ahora que mencionas esto último, me haces recordar la ves que fuiste por el Nero a dejar el encargo porque él no quiso, y tú pensaste que se debería al trámite tan engorroso que suponía chequear y rechequear; y al final, aunque quisieras darle tu apoyo, pues era que no cumplía su labor como debía, y eso se reflejó en la frase que le dijiste aquel último viernes que lo viste.)

Me hubiera gustado ser un poco menos duro, sabiendo que su suerte estaba echada pero ya está: la flojera no ayuda a hacer que las cosas vayan bien; por el contrario, es una fuente constante de excusas sin sentido. Mírame a mí: “estuve viendo el Chelsea-Liverpool, por eso no leí”. Ja, sabe a poco la razón.

(Me alegro que seas consciente de la realidad; aceptar tus culpas no hará que desaparezcan tus errores pasados; pero es posible que tu condena personal sea más llevadera: piensa que “la flojera estorba”; destruye los ánimos y, lo peor de todo, complica la existencia y la convivencia. Dicho esto, cuéntame, ¿cómo le harás para el sábado?)

¿Hablas de la pichanga?

(¿Otra vez cayendo en la flojeritis?)

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