1
Una
y mil alegrías
oh Mar,
a mi corazón
merced has hecho.
Espíritu puro,
lúcido
e insurgente
que temerario marcha,
omnívoro y contundente.

2
Justicia a veces has impartido.
He visto como galeones
repletos de oro granate,
en tus renegridas entrañas
han sucumbido.
He visto también
como zarcos escualos
– leales súbditos tuyos – ,
han despedazado
irreverentes humanos,
que tus abismos
con avaricia han profanado.

3
A veces sí oh Mar,
cruel has sido.
Doncellas y madres has vestido de luto.
Obras cumbre
como roedor
has carcomido.
Ciudades enteras
como anzuelo has engullido.
Eres como el hombre oh mar,
al decir de Charles: inescrutable.
De tu seno la vida ha florecido.
Eres de mi Dios, crucial aliado.

4
Espíritu vivo oh mar
inmenso soplo de plenitud
de tus desvaríos tormentas han surgido,
sirenas has concebido,
pues de lo femenino
como devoto poeta
tampoco prescindir has podido.
¡Al igual que vetusto amante, oh mar,
cada paraje recóndito de tu amada
con febrilidad has hurgado!