Como hijo de Dios

no me preocupo en lo más mínimo.

No loo, ni porfío, ni maldigo.

No me inquieto por mi prestigio

ni tomo represalia por mi plagio.

Me muestro expuesto con los iracundos.

Enjugo las heridas de los desahuciados.

Fácil parezco un porfiado.

¿Por qué no te dedicas a…? Deberías asumir…

Uno debe aguantar hasta cierto punto,…como vas a…?

Galimatías sin desvergüenza pinta la ola sobre la orilla.

A pie forzado desbarranco en crápula de polvo.

(Ni por ambigüedad alguien volteo a mirarme)

Gruesa infamia provocar, invertir, reiterar.

Tomo las sobras de licenciosos y autárquicos.

Repleto de inercia pinto un lugar en el horizonte.

No me importa ser claro.

Mi blasón no orla en la desvergüenza ni detenta esotéricos ilustres.

Me aíslo a la verdad.

La tortura encara mi forma continua.

Huyo a los buenos modales.

Estafo mendigos como un experto.

Soy un cobarde.

Las rameras me señalan.

Delicado en la lucha desato mi fertilidad en quimeras.

Elaboro un nuevo género.

Preámbulo de gratitud

no soy música ni luz ni corazón.

Ni siquiera soy nada

Soy tú, él, cualquier cosa.