Miro alrededor durante solo un instante, para luego volver a ver la pantalla azul que tengo en frente. Todo está oscuro, solo el brillo tenue del monitor y el tono amarillento de la luz que se cuela por el antiquísimo cristal de la puerta de mi habitación. Vuelvo a mirar alrededor. No lo había notado pero hacia ya un rato que mis pensamientos no se encontraban en esa habitación. Vuelven un momento solo para poder calificar el desorden que rodea a mi humanidad, con todo abultado y conteniendo a duras penas lo que he estado cargando por los últimos días. Esos pensamientos finalmente logran conectar una reacción y desencadenan una mirada de decepción dentro mío, ¿pero hacia quién? ¿Hacia mi? Me levanto de la silla sin hacer mucho ruido, no soporto la idea de lidiar con ese desorden en este momento, tener que lidiar conmigo y cómo es que llegué a esta situación. Camino lentamente sin rumbo, casi en círculos mientras trato de ubicar mis llaves. Quiero… necesito salir de ahí.
Encima de un bulto de ropa es que se encuentro lo que busco, así que las tomo rápidamente y salgo de la habitación. El sol se alza en toda su majestuosidad por el cielo, sin ninguna nube visible que pueda mermar su obvio egocentrismo. ¿Qué hora era? No tengo la menor idea. Hoy al despertar, tuve la sensación que no había tenido en mucho tiempo, simplemente llegó tan rápido como siempre pero sé que no se irá pronto. Salgo de mi propiedad sin rumbo específico. Cualquiera diría que este domingo sería un día estupendo para poder salir en familia, con personas que amas o simplemente a disfrutar la naturaleza en su esplendor, comiendo algo o leyendo. No obstante, por alguna razón, tengo ESA sensación de que el mundo estaba girando demasiado rápido, mientras yo me mareo. Quizás sea por lo que recién pasó… mas vale no pensar en eso.
La respiración empieza a acelerarse a medida que va pasando el tiempo y yo sigo parado en el pórtico sin tener una idea clara de hacia donde me dirijo, pero el tiempo no para, ¿verdad? La presión en el pecho, el sentimiento de intranquilidad que me invade va en aumento, como si la respiración mía disminuyera su ritmo, manteniendo la misma imagen en mi mente para poco a poco invadir todos mis sentidos