HACIA UNA MAYOR PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA, EN ESPECIAL A LA NUEVA COMUNIDAD UNIVERSITARIA COMPRENDIDA POR TODOS LOS QUE DESARROLLAN UNA ACTIVIDAD DENTRO Y FUERA DEL CAMPUS.
La responsabilidad social en la PUCP, se puede decir, comienza con la misma creación de la universidad, con el intento de crear un ambiente en una institución que genere el cambio en la sociedad peruana y lleve a la equidad social, y calidad de vida para todos, ya sea por medio de profesionales formados correctamente o por la transmisión de un principio fundamental de la vida: el buscar la dignidad por la propia obra, teniendo como principal participante a la voluntad, fuente y poder de toda actividad, de los estudiantes, los profesores y los trabajadores, en todos los cargos que cuanta persona ejerza como labor por mas humilde que sea y que lo cumpla correctamente y sea símbolo de excelencia.
Plantear una nueva comunidad es tarea difícil, delimitar sus responsabilidades es un compromiso interno con el presente y una mirada al futuro de cada uno, en primera instancia, y como institución; un deber hacia la sociedad por medio de el cual incluya a los seres humanos con su propio desarrollo sostenible por medio de la educación, las actividades y las labores para una mejor calidad de vida.
Algunos puntos clave:
Primero: La filosofía de un estudiante que ha crecido en una sociedad que pregona los principios estipulados de su cultura: las buenas costumbres, la equidad y el orden social; desde mi perspectiva, haré un vuelco a todos los principios modernos como los de competencia, excelencia, equidad e igualdad de trato digno a las personas.
Segundo: Se enfocarán los problemas de la universidad como desafíos de superación. La crítica hacia la búsqueda de igualdad dentro y fuera del campus, con la creación de una cultura de responsabilidad que, a la vez, sea una cultura responsable que se renueva a ella misma, no inclinándose por lo que una mayoría privilegiada observa, arrastrando consigo a la sociedad entera, para sí misma como valiosa, desprendiéndose de esta manera de principios y tradiciones que en la práctica nos han llevado a lo que vemos y vivimos.
Ante esta realidad, surge la necesidad de crear una institución que de equilibrio. Eso es lo que llamamos la responsabilidad social, un parche a tanta desigualdad, un ajuste de cuentas entre los pobres y los ricos o entre simplemente la sociedad. Crudamente, aunque no queramos, dentro de este sistema es bueno y se aplauden estas acciones, ¿donde quedó el cooperativismo?, ¿el trabajo comunal? En estos tiempos la sociedad ha logrado el trabajo por el dinero, no lo critico, pero la dignidad del trabajador es lo que debemos revalorar, sea cual sea su posición en el mercado laboral. La promoción de la voluntad participativa de la sociedad, y la formación crítica de individuos de la sociedad, ¿será la solución?
Podemos proponer una integración de la acción de la RSU, en los cuales la persona logre un vínculo mas humano respetando las diferencias y generándose un clima de aceptación del otro.
El que se logre esta integración del personal administrativo, estudiantil y de autoridades no es una inversión económica, es una inversión social que logra un desarrollo incalculable. Es la participación social en todos sus ámbitos y roles por medio de la sinceridad de la obra y la intención con una voluntad que transforma el medio, no sólo para la búsqueda de bienes propios y satisfacciones personales, que tanto propone esta sociedad moderna que se mueve en modelos económicos y directivas sociales no adecuadas a una cultura de responsabilidad social y dignidad del hombre.
Tercero: El uso de los recursos humanos puestos al nivel de recursos materiales como fuente inagotable, fuente de todos lo que vemos, se ha transformado por la necesidad de los seres humanos en una herramienta.
Ir hacia la búsqueda de la dignidad del ser humano, ante la perdida de coherencia en el desarrollo de la comunidad, es lo que se propone.
El fin de toda vida sobre la tierra es ser feliz, un fin simple pero importante ¿Cuanto necesito para ser feliz?
Al final, nos queda plantear una acción de realización inmediata y crucial en cada esfera de la universidad: la realización de la descentralización de la RSU en cada unidad y especialidad, dando un respaldo a los pequeños y grandes proyectos que se realizan de manera continua y esporádica, que avanzan en todas las áreas, utilizando la representación técnica, profesional y lo que llamamos no profesional. Esto es más que ir al auxilio de tu hermano, es buscar la integración de tu prójimo cercano por medio de las profesiones y labores desarrolladas en nuestra institución, y por supuesto la integración de estas esferas. Contrapuesta a un plan estratégico de desarrollo institucional, propongo el desarrollo social que exige participación y opinión, tanto del agente generador del desarrollo como del receptor del desarrollo. Pero ¿quién es el que esta en una situación de menor necesidad? Tal vez entender que ambas caras de la RSU se ayudan. La realidad es que aquí no existe tal diferencia: “tanto el que dispone de la ayuda como el que la recibe aprende a ser mejor persona”. La cooperación entre universidades y la sociedad es una realidad discutible; la libre y total comunicación de intenciones para la libre participación por mérito necesita para lograr su ejecución, mayor importancia en lo que fallamos y no entendemos. ¿En qué nos equivocamos? Solo estamos limitados por nuestra percepción dejando los prejuicios, nuestra actuación será más confiable y dejaremos el escepticismo que por años esta inundado la mente de la sociedad, es decir, la falta de credibilidad en las instituciones.
¿Qué es lo que vemos? Nos ponemos barreras económicas, esas mismas barreras contra las que luchamos. No tengamos miedo al cambio, veámoslo como un desafió de dar pasos a una integración de las virtudes.