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La Iglesia y el Ayuno

La Iglesia y el Ayuno

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Fuente: ENCUENTRA.COM

Entérate de lo que dicen las Sagradas Escrituras y los Padres de la Iglesia sobre el ayuno, la penitencia y la abstinencia.

Citas de la Sagrada Escritura

En señal de luto y de tristeza: Jue 20,26; I Sam31, 13;Jer41,2;52, 12; Zac 7, 2-5; 8, 9.

Penitencia unida a la oración para obtener la misericordia de Dios: Lev 19, 29; Num 30, 14-26; Tob 12, 8; 1 Mac 2, 47; 2 Mac 13, 12.

Día del ayuno: Lev 16, 29.

Cómo se ha de ayunar: Is 58, 3-7; Jer 14, 12.images

De Nuestro Señor en el desierto: Mt 4, 1-2; Mc 1, 12-13; Lc 4, 1-13.

Nuestro ayuno debe ser humilde; si no, pierde todo el mérito: Mt 6, 16-18; Lc 18, 11-14.

Ayuno y oración para obtener de Dios el poder de arrojar a los demonios: Mt 17, 20; Mc 9, 28.

El ayuno de los hipócritas: Mt 6, 16-18; Lc 18, 9-14.

Ayuno de Saulo después de su conversión: Hech 9, 9-19.

Bienes espirituales del ayuno

Antes de la imposición de las manos a Saulo y Bernabé: Hech 13, 2-3.

De Pablo y Bernabe antes de la ordenación de los sacerdotes: Hech 16, 22.

Los ayunos frecuentes de San Pablo: 2 Cor 11, 27.

San Pablo recomienda a todos la templanza, en especial a los que habían de ser ordenados ministros: 1 Tes 5,6;2Tim4,5; Tit1,7;2, 2-3.

Nuestro Señor defiende a sus discípulos de las acusaciones que les hacían porque no ayunaban: Mt 9, 14-15; Mc 2, 18-20; Lc 5, 3335.

Dispone para recibir las gracias del Señor: Lc 2, 37-38.

Los ministros de Dios y el ayuno: 2 Cor 6, 4-8.

Para someter nuestro cuerpo: I Cor 9, 27.

Sobre los bienes espirituales del ayuno

El ayuno fortifica el espíritu, mortificando la carne y su sensualidad; eleva el alma a Dios; abate la concupiscencia, dando fuerzas para vencer y amortiguar sus pasiones, y dispone el corazón para que no busque otra cosa distinta de agradar a Dios en todo (SAN FRANCISCO DE SALES, Sermón sobre el ayuno).

El ayuno purifica el alma, eleva el espiritu, sujeta la carne al espIritu, da al corazón contrición y humildad, disipa las tinieblas de la concupiscencia, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad (SAN AGUSTIN, Sermón 73).

El cristiano tiene libertad para ayunar en cualquier tiempo, no por superstición, sino por virtud. ¿De qué modo, sin embargo, puéden g-uardar los cristianos la castidad si no cuidan la continencia en estas cosas? ¿Cómo pueden estudiar las Escrituras y buscar la ciencia y la sabiduría? ¿No es, acaso, gracias a la continencia del vientre y de la boca, regulando la comida y la bebida por la abstinencia y el ayuno? Esta es la razón del ayuno cristiano. Hay también otra razón de carácter religioso, muy alabada desde el tiempo de los Apóstoles: «Bienaventurado quien ayuna para ayudar a los pobres». Este ayuno es verdadero, digno y grato a los ojos de Dios (ORIGENES, Homilía 10).

Tres cosas hay, hermanos, por las que se mantiene la fe, se conserva firme la devoción, persevera la virtud. Estas tres cosas son la oración, el ayuno y la misericordia. Lo que pide la oración, lo alcanza el ayuno y lo recibe la misericordia. Oración, misericordia y ayuno: tres cosas que son una sola, que se vivifican una a otra (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón 43).

Ayuno y caridad

El ayuno no da fruto si no es regado por la misericordia, se 468 seca sin este riego; lo que es la lluvia para la tierra, esto es la misericordia para el ayuno (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 43).

Ayuno, Soporte de la oración

Todos los que han querido rogar por alguna necesidad, 469 han unido siempre el ayuno (la penitencia) a la oración, porque el ayuno es el soporte de la oración (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, val. I, p. 377).

Cualidades

La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también externa y social. Foméntese la práctica penitencial de acuerdo con las posibilidades de nuestro tiempo y de los diversos países y condiciones de los fieles […].

Sin embargo, téngase como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el viernes de la pasión y muerte del Señor y ano extenderse, según las circunstancias, al sábado santo, para que de este modo se llegue al gozo del domingo de Resurrección con elevación y apertura de espiritu (CONC. VAT. 11, Const. Sacrosanctum Concilium, 110).

Decía (un santo varón a quien él conoció) que et monje debería darse al ayuno como si tuviera que vivir cien años. Que deberia frenar las pasiones de su alma, olvidar las injurias, ahuyentar la tristeza y menospreciar el dolor y la desazón, como si tuviera que morir cada día (CASIANO, Instituciones, 5, 41)

(Cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu cara…). Aquí se habla de la costumbre que existía en Palestina de ungirse la cabeza los dias de fiesta, y mandó el Señor que cuando ayunemos nos manifestemos contentos y alegres (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, val 1, p. 380).

Los ayunos agradables a Dios son: no hagas mal y sirve al Señor con corazan limpio; guarda sus mandamientos siguiendo sus preceptos y no permitas que ninguna concupiscencia del mal penetre en tu corazón […]. Si esto haces, tu ayuno será grato en la presencia de Dios (Pastor de Hermas)

Ayunen los ojos de toda mirada curiosa… Ayunen los oídos, no atendiendo a las palabras vanas y a cuanto no sea necesario para la salud del alma… Ayune la lengua de la difamación y la murmuración, de las palabras vanas, inútiles… Ayune la mano de estar ociosa y de todas las obras que no sean mandadas. Pero ayune mucho más el alma misma de los vicios y pecados, y de imponer la propia voluntad y juicio. Pues, sin este ayuno, todos los demás son reprobados por Dios (SAN BERNARDO, Sermón en el comienzo del ayuno).

Ha de consistir mucho más en la privación de nuestros vicios que en la de los alimentos (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 6 sobre la Cuaresma, 1).

El ayuno significa un dominio sobre nosotros mismos; significa ser exigentes en las relaciones con nosotros mismos; estar prontos a renunciar a las cosas, y no sólo a los manjares, sino también a goces y placeres diversos (JUAN PABLO 11, Hom. 28-11-1979).

Penitencia muy grata al Señor

El ayuno riguroso es penitencia gratísima a Dios.—Pero, entre unos y otros, hemos abierto la mano. No importa—al contrario—que tú, con la aprobación de tu Director, lo practiques frecuentemente (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 231).

Ayuno: abstinencia.- “El ayuno cura nuestras enfermedades, deseca los humores superfluos de nuestros cuerpos, pone en fuga los demonios, arroja los malos pensamientos, purifica el espíritu, limpia el corazón, santifica el cuerpo, eleva los hombres hasta el trono de Dios. Por último, el ayuno es el alimento de los Angeles, y el que le practica, se puede considerar como en el orden de aquellos bienaventurados espíritus. (S. Atanasio, de Sanctiss. Deipara, sent. 5, Tric. T. 2, p. 172.)”

“Si el demonio os impele a practicar austeridades tan excesivas que altere vuestra salud, y que vuestro cuerpo se inutilice, y sea incapaz de todos los ejercicios, no sigáis su instigación, antes bien, moderad vuestros ayunos. (S. Atanasio, ibid., sent. 6, Tric. T. 2, p. 172 y 173.)”

“Ayunamos y nos abstenemos del vino y de la carne, no por horror, como si fueran cosas malas, sino porque esperamos que en recompensa de privamos aquí de un alimento agradable a los sentidos, gozaremos en el cielo de un alimento divino, y que sembrando ahora con lágrimas, cogeremos algún día con gozo abundante cosecha. (S. Cirilo de Jerusalén, Cath. 4, sent. 5, Trie. T. 2, p. 336.)”

“No hay tierra, sea isla o continente, no hay ciudad o nación hasta las extremidades más remotas del mundo, en donde el edicto general del ayuno no se haya hecho público: los soldados, los caminantes, los marineros, los mercaderes, todos le han oído y recibido con grande alegría. Nadie, pues, se excluya del número de los que ayunan, pues en él debe comprenderse toda suerte de condiciones y dignidades. (S. Basilio, Orat. 2, sent. 12, Tric. T. 3, p. 192.)”

“No volváis ni a la derecha ni a la izquierda; así como es peligroso pasar los límites de la templanza en el comer, también es fuera de razón abatir demasiado el cuerpo con abstinencias excesivas, inutilizándole para todo lo bueno por haberle enflaquecido demasiado. Estamos, pues, obligados a cuidar de nuestros cuerpos, no sólo por el amor natural, sino para podernos servir de ellos en los ejercicios de la filosofía cristiana. (S. Basilio, de Vera Virg., sent. 26, Tric. T. 3, p. 195.)”

“No dice simplemente el Apóstol que no se ha de cuidar de su carne, sino que añade, para satisfacer a sus deseos. Se debe, pues, reprimir con los ejercicios de la continencia la propensión e inclinación de la carne a los deleites y los vicios: pero al mismo tiempo se ha de procurar conservarla con las fuerzas que se necesitan para adquirir las virtudes. (S. Basilio, ¡bid., sent. 27, Tric. T. 3, p. 195.)”

“Estamos desterrados del Paraíso por no haber querido ayunar. Ayunemos, para que se nos permita volver a él. (S. Basilio, Homl. 1, de jejun., sent. 4, adic. Tric. T. 3, p. 380.)”

“El ayuno es el alimento de] alma y del espíritu, la vida de los Angeles, la muerte del pecado, la extinción de las culpas, el remedio de la salud, la raíz de la gracia, el fundamento de la castidad; por la escala del ayuno había subido Elías antes de entrar en aquel carro de fuego que le arrebató al cielo. (S. Ambrosio, de Elía et jejun., c. 3, sent. 23, Tric. T. 4, p. 320.)”

“Castigo mi cuerpo, y le reduzco a servidumbre. Castigar el cuerpo, es mortificarle con el ayuno, y no concederle sino lo necesario para vivir, de modo, que no llegue a darle placer; y entonces se 1e reduce a servidumbre, cuando no se le permite seguir su voluntad antes bien se le obliga a hacer la del espíritu. (S. Ambrosio, c. 7, sen 98, Trie. T. 4, p. 333.)”

“Para ayunar de modo que agradéis a Dios, es preciso ser benignos con vuestros criados, cariñosos con los extraños, caritativos con los pobres, levantaros temprano para ir a la Iglesia, dar gracias a Dios y pedirle perdón de vuestras culpas, implorar su misericordia por 1 pecados pasados, y su protección para evitarlos en adelante. (S. Ambrosio, Serm. 33, sent. 147, Tric. T. 4, p. 344.)”

“En otros tiempos del año hay algunos ayunos por los cuales s merece premio si se observa: mas en Cuaresma peca el que deja de ayunar. Los otros ayunos son voluntarios; pero los de Cuaresma so de obligación: a los otros nos convidan; pero a estos nos obligan: y no tanto son precepto de la Iglesia, como del mismo Dios. (S. Ambrosi Serm. 3, sent. 148, Tric. T. 4, p. 344.)”

“La ley de la abstinencia es de Dios nuestro Señor: la prevaricación de esta ley es del demonio. Por comer nos vino la culpa, en 1a comida conocemos nuestra flaqueza, la virtud de la fortaleza está e el ayuno. (S. Ambrosio, de Elía et jejun., c. 4, sent. XXI, adic. Tric. 4, p. 400.)”

“Cuando se ayuna todos los días, se ha de evitar tomar el alimento con exceso al fin del ayuno: porque es cosa inútil pasar dos o tres dí sin comer, si se ha de desquitar con la gula de una sola comida largo tiempo que se había dado al ayuno. (S. Jerónimo, Ad Eustoch ep. 22, sent. 18, Tric. T. 5, p. 24 l.)”

“¿Qué haré yo para que Dios reciba agradablemente mi ayuno. Parte tu pan para dar al pobre. No os obliga la escritura a distribuir muchos panes, para que no os excuséis con la pobreza. Habla de un solo pan, y aún no os pide que le deis entero, sino que deis al pobre tanto como hubierais comido, si no hubierais ayunado: para que vuestro ayuno no sirva al ahorro, sino al alimento del alma. (S. Jerón lib. 6, in Isai., c. 58, sent. 60, Tric. T. 5, p. 248.)”

“En los días de ayuno debemos a ejemplo de Daniel abstenernos de manjares delicados, y no comer carne, ni beber vino. (S. Jerónim in cap. 20, sent. 79, Tric. T. 5, p. 252.)”

“Debemos mortificamos no solo con el ayuno sino también en la calidad de las viandas. (S. Paulino, sent. 5, Tric. T. 5, p. 330.)”

“No os tengáis ya por Santos, por haber empezado a practicar el ayuno y la abstinencia: porque estas virtudes son solamente medios para ayudaros a conseguir la santidad, mas no son la perfección. (S. Paulino, sent. 26, Tric. T. 5, p. 333.)”

“La abstinencia y la mortificación del cuerpo son excelentes virtudes, cuando al mismo tiempo nos abstenemos de los vicios y pecados. (S. Paulino, Ibid., ibid., ibid.)”

“No os contentéis con que ayune la boca: ayunen también los ojos, los oídos, los pies, las manos y todo vuestro cuerpo. (S. Juan Crisóst., Homil. 3, sent. 8, Tric. T. 6, p. 301.)”

“Si no tenéis la salud suficiente para ayunar, a lo menos os podéis abstener de las delicias; y esta especie de abstinencia, apenas en nada es inferior a la del ayuno. (S. Juan Crisóst., Homil. 58, cap. 17 in Matth., sent. 64, Tric. T. 6, p. 312.)”

“No ayunamos por razón de la fiesta de la Pascua, sino por nuestros pecados, y por la preparación que debemos llevar para recibir los sagrados misterios: pues por otra parte, la solemnidad de la Pascua no es ocasión de ayuno y mortificación, antes bien, lo es de alegría. (S. Juan Crisóst., Serm. 3, adv. Jud., n. 4, sent. 222, Tric. T. 6, p. 344.)”

“Los ayunos vencen las concupiscencias, rechazan las tentaciones, abaten la soberbia, mitigan la ira, y alimentan hasta su madurez todos los afectos virtuosos de la buena voluntad; esto se entiende cuando los acompaña la benevolencia de la caridad y el prudente ejercicio de las obras de misericordia. (S. León, Papa, Serm. 15, c. 2, sent. 10, Tric. T. 8, p. 384.)”

“No basta extenuar el cuerpo con la abstinencia, si no adquiere el alma nuevas fuerzas. Cuando se procura afligir al hombre exterior, es preciso confortar el interior. Cuando negamos a la carne el alimento corporal, se debe alimentar el alma con delicias espirituales. (S. León, Papa, Serm. 39, c. 5, sent. 32, Tric. T. 8, p. 389.)”

“A tan grandes misterios se debía tan incesante devoción y tan continuada reverencia, que nos presentásemos a la vista de Dios, cual es razón que nos halle en la fiesta de la Pascua: mas porque esta fortaleza es de pocos, y por la fragilidad de la carne se relaja, la austeridad de la observancia -pues, distraídos del cuidado principal con las varias ocupaciones de esta vida, aun las almas más virtuosas contraen el polvo del mundo-, ha ordenado el Señor con la más sabia conducta el ayuno de los cuarenta días para renovar la pureza de los corazones, purificándonos de las culpas de los otros tiempos con las obras de devoción y con los castos ayunos. (S. León, Papa, Serm. 42, sent. 36, Tric. T. 8, p. 390.)”

“La perfección de nuestro ayuno no consiste en sola la abstinencia del alimento, ni se priva al cuerpo de la comida con fruto, si el alma no se retira de la iniquidad, y la lengua no se refrena en las murmuraciones. Debemos, pues, moderar la libertad de comer, de tal modo que sujetemos a la misma ley los otros deseos. Este tiempo, en que, purificados de las manchas de todos los vicios, debemos aspirar a la perpetuidad de las virtudes, es tiempo de mansedumbre, paciencia, paz y tranquilidad: es tiempo de perdonar las ofensas, de despreciar las injurias, y de olvidarnos de los agravios recibidos. (S. León, Papa, Serm. 42, sent. 37, Tric. T. 8, p. 391.)”

“Supuesto que tomamos esta mortificación para extinguir el incentivo de los deseos carnales, ningún género de continencia debemos procurar tanto como el vivir sobrios, sin alguna injusta voluntad, y permanecer ayunos de toda acción que sea contraria a las buenas costumbres. Este ejercicio no excluye a los enfermos, por más indispuestos que estén: porque también en el cuerpo inútil y consumido se puede hallar la integridad del corazón, y siempre se pueden colocar los fundamentos de la virtud, en donde tuvo su asiento la iniquidad. La misma enfermedad de la carne es suficiente penitencia, y tal vez excede a las mortificaciones voluntarias: pero es preciso que el alma cumpla su deber, y ya que no se sustenta con los manjares del cuerpo, no se alimente con alguna injusticia. (S. León, Papa, Serm. 44, c. 2, p. 168, sent. 38, Tric. T. 8, p. 391.)”

“Los que habéis de celebrar la Pascua del Señor, ejercitaos de tal modo en santos ayunos, que concurráis a tan sagradas fiestas, libres del tumulto de las pasiones. Arroje el amor a la humildad al espíritu de soberbia, raíz de todos los pecados, y abátase con la mansedumbre la altivez: y los corazones, exasperados con alguna ofensa, procuren, reconciliándose entre sí, volver a la unión y la concordia. No volviendo a ninguno mal por mal, perdonándoos unos a otros, así como Jesucristo nos perdonó. (S. León, Papa, Serm. 44, sent. 39, Trie. T. 8, p.391.)”

“Hemos de ayunar de tal modo, que en vez de reservamos el precio de lo que en otro tiempo costaría la comida, se lo demos a los pobres. (S. Cesáreo de Arlés, Serm. 46, sent. 9, Tric. T. 9, p. 45.)”

“Santificar el ayuno es manifestar con otras buenas obras que nuestra abstinencia es digna de Dios. Se debe advertir a los que se abstienen, que ofrecen a Dios una abstinencia agradable si dan a los pobres los alimentos de que ellos mismos se privan. (S. Gregorio el Grande, sent. XIV, adic. Tric. T. 9, p. 382 y 383.)”

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El ayuno se recomienda para cualquier época del año pero se debe cumplir durante la Cuaresma.

Más información sobre la CUARESMA

Más información sobre el MIÉRCOLES DE CENIZA con consejos sencillos de mortificación.

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Que Dios les conceda la Gracia de una sincera conversión y una buena confesión.

Karla Rouillon Gallangos

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20 consejos del Padre Pío para los que están sufriendo y su esperanza flaquea y se apaga poco a poco

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20 CONSEJOS DEL PADRE PÍO PARA LOS QUE ESTÁN SUFRIENDO Y SU ESPERANZA FLAQUEA Y SE APAGA POCO A POCO

Fuente: ReL

Cada cierto tiempo Dios envía a nuestro mundo algunos hombres extraordinarios que hacen de puente entre la tierra y el cielo, y ayudan a que miles de hombres puedan gozar del Paraíso eterno. El siglo XX nos dejó uno especialmente singular: el Padre Pío de Pietrelcina, un religioso capuchino nacido en ese pequeño pueblo del sur de Italia y muerto en 1968 en San Giovanni Rotondo. San Juan Pablo II lo elevó a los altares en 2002 en una canonización que batió todos los récords de asistencia. Hoy se puede decir que es el santo más venerado en Italia.

El Padre Pío recibió unos dones especiales por parte de Dios como el discernimiento de las almas y su capacidad para leer las conciencias; curaciones milagrosas; la bilocación; el don de lágrimas; el perfume a rosas que desprendía y, sobre todo, los estigmas en pies, manos y costado que padeció durante 50 años.

A lo largo de su vida escribió miles de cartas a sus dirigidos espirituales que son una fuente de sabiduría cristiana práctica y de gran actualidad.

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Pensamientos para afrontar el sufrimiento

ReL ofrece a sus lectores esta pequeña selección de pensamientos del Padre Pío ante el sufrimiento, extraídos, precisamente, de esas cartas. No tienen desperdicio. Dan esperanza y elevan el alma:

1.-  “Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale, ofrécele tu alabanza; si por mucho cansancio no puedes hablar, no te disgustes en los caminos del Señor. Detenté en la habitación como los servidores en la corte y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando él te tome de la mano”.

2.- “Cuanta más amargura tengas, más amor recibirás”.

3.- “Jesús quiere llenar todo tu Corazón”.

4.- “Dios quiere que vuestra incapacidad sea la sede de su omnipotencia”.

5. – “La fe es la antorcha que guía los pasos de los espíritus desolados”.

6.- “En el tumulto de las pasiones y de las vicisitudes adversas nos sostenga la grata esperanza de lainagotable misericordia de Dios”.

7.- “Ponga toda la confianza sólo en Dios”.

8.- “El mejor consuelo es el que viene de la oración”.

9.- “No temas por nada. Al contrario, considérate muy afortunado por haber sido hecho digno yparticipe de los dolores del Hombre-Dios”.

10.- “Dios os deja en esas tinieblas para su gloria; aquí está la gran oportunidad de vuestro progreso espiritual”.

11.- “Las tinieblas que a veces oscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la oscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo. En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla”.

12.- “Jesús mío, es el amor que me sostiene”.

13.- “La felicidad sólo se encuentra en el cielo”.

14.- “Cuando os veáis despreciados, haced como el Martín Pescador que construye su nido en los mástiles de las naves es decir, levantaos de la tierra, elevaos con el pensamiento y con el corazón hacia Dios, que es el único que os puede consolar y daros fuerza para sobrellevar santamente la prueba”.

15.- “Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del demonio tanto más cerca del alma está Dios”.

16.- “Bendice el Señor por el sufrimiento y acepta beber el cáliz de Getsemani”.

17.- “Sé capaz de soportar las amarguras durante toda tu vida para poder participar de los sufrimientos de Cristo”.

18.- “El sufrimiento soportado cristianamente es la condición que Dios, autor de todas las gracias y de todos los dones que conducen a la salvación, ha establecido para concedernos la gloria”.

19.- “Recuerda que no se vence en la batalla si no es por la oración; a ti te corresponde la elección”.

20.- “La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios”.

¿Qué tiene de malo recibir la comunión en la mano?

¿QUÉ TIENE DE MALO RECIBIR LA COMUNIÓN EN LA MANO?

  1. Es Dios mismo. Los católicos creemos en la presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía, por eso comulgamos, vamos a horas santas de adoración eucarística y la comunión es el pilar de nuestra fe. A Dios se le debe adoración y respeto, por eso la Iglesia Católica durante siglos entregaba la comunión de rodillas y en la boca, siendo la comunión en la mano relativamente reciente, pues se introdujo en la Iglesia a fines de los años 60s. El católico que decide comulgar en la mano verá que poco a poco su devoción irá decayendo y el momento de la comunión que debe ser el más importante y sublime de la Santa Misa se volverá rutinario y querrá que la fila de comunión avance rápido para salir pronto de ahí. No somos protestantes que reciben la comunión como una mera cena del Señor, ellos no creen en la real presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía. Si tú crees en los milagros eucarísticos y en ellos vemos que la hostia se convierte en carne y sangre ¿por qué comulgas en la mano? Recupera el Temor de Dios y piensa más en lo sobrenatural y menos en lo que ven tus ojos.
  2. Es un sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocar las Sagradas Especies por parte de un fiel, no siendo un consagrado de Dios para ello, es decir, un Sacerdote. Solo el sacerdote ha sido consagrado por Dios, por la unción del Santo Espíritu para consagrar y entregar la comunión a los fieles. Este es un privilegio exclusivo del sacerdote. Siempre ha sido así y lo sigue siendo aunque los fieles no lo sepan y usurpen sus funciones creyendo que pueden.
  3. La razón por las que tú eliges comulgar en la mano es una blasfemia. Todos los católicos que eligen la comunión en la mano en lugar de la comunión en la boca lo hacen porque tienen miedo que se les contagie una enfermedad con la saliva de otro fiel, algunos incluso afirman sentir asco de esto. Pues bien, pensar así es una blasfemia contra la Sagrada Eucaristía, en la que tú aceptas que Dios mismo es un transmisor de enfermedades. Has aceptado que te desvíen la conciencia y has permitido que esta idea tenga cabida en tu mente, aceptándola, sin razonar que esta idea fue introducida por los modernistas “protestantizados” opositores a la Santa Misa Tradicional en latín en donde siempre se comulga de rodillas y en la boca.
  4. El Papa Paulo Vi nunca aprobó la comunión en la mano. Esta es una mentira muy difundida, pero la verdad es que en el Concilio Vaticano II un grupo de obispos alemanes “protestantizados” tocaron el tema de la comunión en la mano para dejar constancia de ello, pero el Papa nunca aceptó ni aprobó la comunión en la mano, prueba de ello fue que de este Concilio Vaticano II queda la frase del Papa Paulo VI “el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia”. Fue Lutero quien una vez dijo “acaben con la Misa y acabarán con la Iglesia”, pues bien, la misa a la que se refería Lutero es la Santa Misa tradicional que se celebra en latín, a la cual hoy en día le tienen aversión muchos católicos y en la cual se comulga siempre de rodillas y en la boca. Una vez tocado el tema en el Concilio Vaticano II, los malos obispos alemanes -al fiel estilo de Lutero- se encargaron de difundir la comunión en la mano en las iglesias europeas y con ayuda de los grupos carismáticos “protestantizados” y “modernistas” lograron difundirla en el mundo entero, por lo que fue introducida de manera abusiva en la Iglesia, sin encontrar defensa por parte de muchos sacerdotes y volviéndose una práctica aceptada hasta nuestros días. Y no porque lo haga la mayoría significa que está bien.
  5. La comunión en la mano es de origen protestante. Monseñor Athanasius Schneider ha realizado una investigación exhaustiva sobre la comunión en la mano y ha llegado a la conclusión de que la comunión en la mano es una práctica protestante que se practica desde la época de Calvino. Calvino es uno de los principales exponentes de la reforma protestante y él -no Lutero- introdujo la comunión en la mano en las celebraciones protestantes porque -en rechazo a la Iglesia Católica- no creía en la presencia de Dios en la Sagrada Eucaristía.
  6. Es falso que en la Iglesia primitiva se comulgaba en la mano. Los defensores de la comunión en la mano argumentan que los primeros cristianos recibían el pan en la mano y que son innumerables los textos antiguos que lo demuestran. Sin embargo, de tan innumerables textos solo mencionan uno y siempre es el mismo: el de San Cirilo de Jerusalén, pero no dicen que el santo hombre dirigía dicho texto específicamente a los bárbaros convertidos al cristianismo, que eran guerreros salvajes de costumbres barbáricas dignas de ser erradicadas de la faz de la tierra, que no sabían comer ni beber y a los cuales el santo les enseñaba a comulgar.
  7. La comunión en la mano es un acto egoísta al punto que se antepone el yo quiero de la criatura ante la adoración debida a Dios. La norma de la Iglesia no ha cambiado, es y siempre ha sido recibir la comunión de rodillas y en la boca, pero la comunión en la mano se reguló con una excepción debido a la mala práctica que se extendió en los años 70s dentro de la Iglesia por parte de aquellos que rechazan lo tradicional en la Iglesia y quieren introducir maneras modernas de hacer las cosas, engañados y cegados por las mentiras dispersadas de los enemigos de la Iglesia. La norma no ha cambiado hasta el día de hoy.
  8. El sacerdote es el responsable porque es quien permite la comunión en la mano. Recuerda que las Sagradas Escrituras dicen que “no todo te conviene y no todo edifica”. En este punto te aclaro que el sacerdote entrega la comunión en la boca o en la mano según lo que desee el fiel, creyendo falsamente que está obligado a ello en base a una errada idea, pues la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado. Para el fiel, por su lado, la Iglesia en su sabiduría ha dejado bien claro en la excepción que regula la comunión en la mano que “es solo para el fiel que lo desea” y “que no se le puede negar la comunión a un fiel por querer recibirla en la boca o de rodillas”; es decir que nadie te puede obligar a recibir la comunión la mano, solo si tú quieres la recibes en la mano, y como es tu decisión, entonces es tu sacrilegio, tu pecado y tus consecuencias por estirar la mano y recibirla así, el sacerdote no va a ser responsable de tus consecuencias (solo será responsable de las suyas propias).
  9. El Papa lo permite entonces está bien. Para el católico de a pie mal formado y sin un mínimo conocimiento de las normas de la Iglesia es muy fácil confundirlo diciéndole que el Papa lo permite, que si tú hablas contra la comunión en la mano entonces tú estás contra el Papa y creas división en la Iglesia, pues estas son mentiras y son chantajes emocionales que muchos católicos con engaños le dicen a otros católicos para hacerlos callar en su defensa de Jesús Eucaristía y porque tienen la intención de uniformizar en sus parroquias la entrega de la comunión solo en la mano. El Papa puede o no estar a favor o en contra de algo, pero el responsable de hablar en temas de forma recomendada de recibir la Sagrada Eucaristía es el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, los últimos han sido el Cardenal Francis Arinze (2002 al 2008), el Card. Antonio Cañizares (2008 al 2014) y el Cardenal Robert Sarah (2014 hasta hoy) y todos han dicho de manera clara que la forma recomendada de recibir la comunión es de rodillas y en la boca, que tú no lo sepas es tu problema y demuestra tu poco interés en tu formación como católico.

A continuación te detallo un poco más lo arriba enumerado:

La comunión en la mano es de origen protestante.

Los protestantes sí reciben en la mano porque ellos no tienen la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Fue Calvino quien la introdujo porque fue precisamente Calvino quien negó lapresencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía.

Hoy en día muchos católicos comparten la idea del falso ecumenismo que consiste en aceptar a los sectarios protestantes a su manera, con sus errores y mezclarlos con la verdad de la Iglesia Católica. Esto es un error. Las revelaciones a la Beata Sor María Serafina Micheli en 1883, dadas en plena celebración del cuarto centenario del nacimiento de Lutero, le mostraron la visión de un horrible abismo de fuego, en el cual eran atormentadas una innumerable cantidad de almas. En el fondo vio a un hombre, Martín Lutero, que se distinguía entre los demás condenados pues estaba rodeado de demonios que lo obligaban a estar de rodillas y todos (los demonios), armados de martillos, mientras se esforzaba en vano, le clavaban en la cabeza una gran clavo.

Y hoy en día nadie habla de esto por los malditos respetos humanos, como si tuviéramos que renunciar a nuestra fe y a las verdades de nuestra Iglesia para llevarnos bien con aquellos que son sectarios y herejes.

Juan Calvino krouillong comunion en la mano transubstanciacion

No todo edifica.

Si, la Iglesia permite la comunión en la mano como excepción “solo para el fiel que lo desea” pero no olvides la Palabra de Dios: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” y para el caso de la comunión en la mano no solo no edifica sino que destruye.

Tú no estás obligado a recibir la comunión en la mano y nadie puede obligarte a recibirla en la mano, pues la excepción que la permite dice claramente que la comunión en la mano “es solo para el fiel que lo desea”. 

¿Qué nos dicen -y qué callan- los defensores y promotores de la comunión en la mano?

Los defensores de la comunión en la mano afirman que existen “abundantes textos” que los Santos Padres y teólogos medievales dedican al tema de la comunión en la mano pero al único al que siempre mencionan es a San Cirilo de Jerusalén.

Ciertamente, el único santo de quien se tiene conocimiento haya dejado algo indicado sobre la comunión en la mano es San Cirilo de Jerusalén, que predicaba -en el año 300 d.c.- a los nuevos cristianos“cuando te acerques a comulgar, haz con tu mano derecha un trono a tu mano izquierda que recibirá al Rey.  En el hueco de la mano recibe el cuerpo de Cristo, y responde Amén. Después consúmelo, teniendo cuidado de no perder nada de Él.”

Pero lo que no dicen los defensores de la comunión en la mano es que San Cirilo de Jerusalén les hablaba en este texto -directa y exclusivamente- a los bárbaros convertidos al cristianismo, gente que provenía de las Galias, Britania, Germania y Siria, guerreros por excelencia, con comportamientos salvajes a tal grado que eran considerados barbáricos para la sociedad de su época.

Si pudiéramos definir a un bárbaro de ese tiempo, recientemente converso al cristianismo, veríamos a un hombre enorme, fornido, de cabellera y barba largas y desaliñadas, sucio, con un hacha de hierro a la derecha y su lanza a la izquierda, con tradiciones detestables, aberrantes y dignas de ser erradicadas, que no sabían comer, que hasta hacía poco tiempo no dejaba bicho viviente por donde pasaba con su tribu, violando y matando, y que todo lo que importaba era la juerga bruta -en a cuanto comida y bebida se trataba- y el salvajismo a ejemplo de sus padres y abuelos. ¿Se imaginan ustedes a este hombre santo tratando de educar en la fe a un gran grupo de bárbaros? Los romanos les tenían miedo a los bárbaros, todo el mundo les temía a los bárbaros pero San Cirilo de Jerusalén les enseñaba, de esta manera,  a comulgar sin dejar caer ninguna partícula de la Sagrada Eucaristía. ¿se imaginan eso?

Y si pues, así lo hacía, en la mano, porque ellos eran bárbaros, bebían en exceso y no sabían comer, y el santo, temeroso de Dios, le tenía miedo al sacrilegio que pudiera cometerse si se dejaba caer el Cuerpo de Cristo. En castellano, los bárbaros no sabían meterse algo en la boca sin que se cayera al suelo, lo cual -dado nuestro grado de educación-no es nuestro caso.

Nunca Comulgar en la Mano

La comunión en la mano es –como Nuestro Señor le dijo a Catalina Rivas- el trabajo sacrílego de Satanás. Solo es necesario analizar estas cuatro palabras “trabajo sacrílego de Satanás” y ver una Iglesia a la hora de la comunión por dentro hoy en día para comprenderlas.

Los católicos hoy en día no saben lo que es pecado, y no saben que eso que ellos hacen es pecado. Es blasfemia contra la Sagrada Eucaristía decir y consentir la idea de “que te da asco recibir la comunión en la boca porque te pueden contagiar una enfermedad con la saliva de otra persona”. Además, luego de blasfemar contra la Sagrada Eucaristía los católicos cometen sacrilegio contra la Sagrada Eucaristía tocando con sus manos las Sagradas Especies y, comulgando con estos pecados, se comen su propia condenación.

Es cierto que la Iglesia tiene enemigos, es verdad que los protestantes son solo algunos de ellos y también que la comunión en la mano es de origen protestante y que ha sido introducida dentro la Iglesia gracias a los carismáticos y modernistas que en su momento querían “alegrarse” la Santa Misa admitiendo ideas protestantes por doquier; pero los responsables de esta mala práctica son los mismos católicos que por su falta de formación han permitido y aceptado la comunión en la mano.

Cualquier católico bien formado ha dicho siempre y, las nuevas generaciones decimos hoy en día incluso, que tocar la Sagrada Eucaristía es privilegio solo del Sacerdote quien ha sido consagrado para ello, pero un mal católico dice “yo también puedo hacer eso” y lo hace.

No les interesa lo dicho por Santo Tomás de Aquino, en su gran Summa Teológica: «La administración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote por tres razones:

«Primera, porque él consagra en la persona de Cristo. Pero como Cristo consagró Su Cuerpo en la (Ultima) Cena, así también Él lo dio a otros para ser compartido con ellos. En consecuencia, como la consagración del Cuerpo de Cristo corresponde al sacerdote, igualmente su distribución corresponde a él.

«Segunda, porque el sacerdote es el intermediario designado entre Dios y el pueblo, por lo tanto corresponde a él ofrecer los dones del pueblo a Dios. Así, corresponde a él distribuir al pueblo los dones consagrados.

«Tercera, porque por reverencia a este Sacramento, nada lo toca sino lo que está consagrado, ya que el corporal y el cáliz están consagrados, e igualmente las manos del sacerdote para tocar este Sacramento. Por lo tanto, no es lícito para nadie más tocarlo, excepto por necesidad, por ejemplo si hubiera caído en tierra o también el algún otro caso de urgencia».

Es cuestión solo de escuchar a los católicos sus justificaciones para recibir la comunión en la mano para comprender que son del todo egoístas. La comunión en la mano para ellos se basa en su gran “yo quiero”.

gracias por comulgar en la mano krouillong comunion en la mano

Es preferible no comulgar, antes que comulgar en la mano.

Cuando alguien me cuenta las atrocidades que hacen con la Eucaristía la momento de la comunión en sus parroquias y que les causan suma tristeza y me preguntan ¿qué hago? Yo siempre les respondo: si tú oras por tu sacerdote y los fieles de tu parroquia y ves que las cosas no cambian, entonces sigue orando por ellos pero cambia tú de parroquia.

Te invito a reflexionar la opción que mejor creas conveniente aplicar en tu caso particular: llegas a la Santa Misa y luego de escucharla te das cuenta que el sacerdote entrega a todos a comunión en la mano, y tú como sabes que no es obligatoria decides acercarte a comulgar en la boca, y el sacerdote te la niega y te dice que abras las manos.

  1. Dices no gracias y te retiras a tu sitio a hacer la COMUNION ESPIRITUAL, diciéndole al Señor que prefieres recibirlo espiritualmente que ofenderlo con un sacrilegio.
  2. Dices no gracias y le explicas en ese momento que la comunión en la mano es “solo para el fiel que lo desea” y no te la puede negar en la boca. Y te aguantas lo que venga.
  3. Te da miedo generar escándalo y estiras la mano como te dice el sacerdote y recibes la comunión en la mano cometiendo sacrilegio.

Yo te recomendaría la opción 1 y nunca más volver a esa parroquia.

No te dejes robar tu fe.

No es desobediencia a la Santa Iglesia no hacer lo que está permitido, es una elección válida. La desobediencia radica en hacer lo que no está permitido. Cada uno es quien decide no recibir la comunión en la mano frente a cometer sacrilegio.

Es verdad que la práctica de la comunión en la mano está muy extendida en el mundo entero –a pesar de ser solo una excepción que dice que es “solo para el fiel que lo desea” y con la autorización del obispo- pero aún existen sacerdotes fieles a Jesús Eucaristía que usan reclinatorios y que entregan la comunión en la boca, incluso niegan la comunión en la mano aunque les reprendan sus obispos aduciendo “objeción de conciencia” por ser la comunión en la mano un sacrilegio que es su obligación impedir. Todo depende del grado de formación que tiene el sacerdote para saber defender sus derechos como tal. Y ciertamente la obediencia se debe siempre y cuando lo que se mande no sea pecado. Otra cosa es que hoy en día nadie habla del pecado y nadie sabe reconocer un sacrilegio ni viéndolo.

En el colmo, los fieles y grupos parroquiales que “buscan enaltecer sus parroquias” son los primeros en denunciar a los “terriblemente malos sacerdotes” que niegan la comunión en la mano, sin darse cuenta del bien que les hace esta negativa a sus almas.

Por el contrario, si tú estás del lado del fiel y quieres recibir la comunión en la boca y de rodillas es a ti a quien se la niegan, queriendo obligarte a recibir la comunión en la mano, incluso cuando esta excepción es “solo para el fiel que lo desea”, es decir, no es obligatorio recibir la comunión en la mano y la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.

Si un sacerdote te niega la comunión por querer recibirla en la boca o de rodillas, quéjate con el obispo con una carta formal contra dicho sacerdote, pues tu derecho, reclámalo. El sustento es el siguiente:

– la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión de rodillas y en la boca.

– la excepción que regula comunión en la mano dice claramente que “es solo para el fiel que lo desea”, es decir, nadie te puede obligar a recibir la comunión en la mano.

– el anterior (Cardenal Cañizares) y el actual Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (Cardenal Robert Sarah) siempre han reiterado que la forma recomendada de recibir la comunión de rodillas y en la boca.

– es un sacrilegio al que no te pueden obligar.

De paso, puedes recordarle al Obispo que la excepción que la regula dice que la comunión en la mano debe ser permitida “siempre y cuando no sea motivo de escándalo entre los fieles”, lo cual evidentemente sucede ante el poco respeto que se le da.

Finalmente es conveniente que insistas en una respuesta formal a tu carta, a fin de enviarle una copia al sacerdote y evitar que te la vuelva a negar.

Si te preguntas cómo es posible que este sacrilegio haya crecido tanto en tan corto tiempo, tratando de desaparecer por completo la comunión de rodillas y en la boca que es ley de la Iglesia, la respuesta es por ignorancia de las normas de la Iglesia (a quienes se les ha impuesto con engaños), por la mala formación de los católicos (quienes han aceptado los engaños y los difunden) y por el silencio (de los católicos que han callado por respetos humanos y no han corregido a sus hermanos en el error).

Además, es un claro caso de falta de fe el que muchos sacerdotes aceptan entregar la comunión en la mano y los laicos el recibir la comunión en la mano, pues si ellos verdaderamente creyeran en la Presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, jamás consentirían la comunión en la mano. El pecado los tiene cegados, quien ha tenido una verdadera conversión sabe lo que esto significa.

¿Qué nos dicen la Iglesia y los Santos sobre la comunión en la mano?

A diferencia de lo que muchos pregonan hoy en día, la Iglesia no permite la comunión en la mano, la ley de la Iglesia siempre ha sido y sigue siendo la comunión en la boca y de rodillas. Incluso la Iglesia la condena. Son los católicos y sacerdotes mal formados que solo repiten lo que una vez les dijeron a ellos “que la Iglesia lo permite y ya es tema normado” al punto que pretender obligar a todos los fieles a recibir la comunión en la mano como forma única.

El Magisterio de la Iglesia es amplio en este tema frente a la mala práctica de los católicos:

“Excomúlguese a cualquiera que ose recibir la Sagrada Comunión en la mano.” Concilio de Zaragoza: (a.380)

Confirma esta sentencia. El Sínodo de Toledo

“Condenamos la comunión en la mano para poner un limite a los abusos que ocurren a causa de esta práctica, y como salvaguarda contra sacrilegios.” Sínodo de Rouén: (a.650)

“Prohíbase a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en sus manos, excomulgando a los transgresores”. El sexto Concilio Ecuménico en Constantinopla: (680-681)

“El hecho de que sólo el sacerdote da la sagrada Comunión con sus manos consagradas es una Tradición Apostólica”. Concilio de Trento: (1545-1565)

El Concilio Vaticano II no normó el tema, ya que era innecesario repetir lo que se había confirmado en concilios anteriores, pero obispos europeos “soltaron” el tema en el Concilio Vaticano II y la noticia se difundió como cierta entre los sacerdotes favorables a esta posición (principalmente europeos) y los católicos confiaron en sus sacerdotes y comenzaron a comulgar en la mano.

Por otro lado los Santos de la Iglesia jamás han recibido la comunión en la mano por el contrario la han rechazado.

“…el peor mal de nuestro tiempo es la Comunión en la mano.” Madre Teresa de Calcuta (The Wanderer, 23 de marzo de 1982).

“El derecho de recibir la Santa Comunión en la mano es permitida solamente en tiempos de persecución”. San Basilio el Grande, Doctor de la Iglesia (330-379) San Basilio el Grande consideraba la Comunión en la mano tan irregular que no vaciló en considerarla una grave falta.

“Para reverenciar este Santo Sacramento, nada lo toque, salvo lo que está consagrado; así como la Hostia y el Cáliz están consagrados, así lo están las manos consagradas de los sacerdotes, para tocar este Sacramento”. Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia :(1225-1274)  Summa Theológica, Parte III; Q.82, art3, Rep Obj 8).

“Sólo ellos, (los sacerdotes), deben administrarlo, y no otros” San Francisco de Asís: (1182-1226)  (Carta 2ª, a todos los fieles, 35).

 “Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (…), y en quinto lugar el privilegio de tocar con sus manos mi Carne Sagrada”. (Jesucristo a…) Santa Brígida de Suecia, + 1373

“Las Sagradas Especies no son para ser manipuladas por otros que no estén consagrados al Señor”. San Sixto I Papa ( a.115)

“Prohiban a los creyentes tomar la Sagrada Hostia en la mano”. Papa San Eutiquiano (275-283)

“Enérgicamente defendemos y requerimos a los creyentes obediencia en cuanto a la práctica de administrar la Sagrada Comunión en la lengua del creyente”. El Papa San León el Grande (440-461):

“Cuando se recibe la Comunión es necesario estar arrodillado, tener la cabeza ligeramente humillada, los ojos modestamente vueltos hacia la Sagrada Hostia, la boca suficientemente abierta y la lengua un poco fuera de la boca reposando sobre el labio inferior”. San Pío X

“Hay que reprobar severamente la temeraria osadía de quienes introducen intencionadamente nuevas costumbres litúrgicas, o hacen renacer ritos ya desusados, y que no están de acuerdo con las leyes y rúbricas vigentes”. Pio XII:

“El tocar las Sagradas Especies, su distribución con las propias manos, es un privilegio de los ordenados” Juan Pablo II, Papa, nos decía en la Carta “Dominicae Cenae (24-Feb-80). Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la Comunión en la mano a la esposa del Primer Ministro, Giscard DÉstaing. El mismo año, declaró en Fulda (Alemania) que no estaba de acuerdo con el Documento que autorizaba en este País dicha forma de Comulgar. (Cfr. “Vox Fidei”, n.10-1981; “Chiesa Viva”, n.112; “Sol de Fátima”, n.82). Y debido al revuelo que estos hechos tomaron durante una Santa Misa en el Vaticano entregó la comunión en la mano para escandalizar a los sacerdotes ahí presentes quienes vieron –en su Papa- que dicha forma no era digna de un sacerdote.

¿Qué nos dice Jesucristo?

En el libro LA PASIÓN de las revelaciones de Jesús a Catalina Rivas, Nuestro Señor le dice (léase página 21): “No son ni 10 ni 20 los verdugos que destrozan Mi Cuerpo; son muchísimas las manos que lastiman Mi Cuerpo, recibiendo la comunión en la mano— el trabajo sacrílego de Satanás.

Como verán los defensores de la comunión en la mano Nuestro Señor no se siente dichoso de ser flagelado nuevamente por ustedes, ni gustoso de ser recibido en la cuna que sus manos les hacen cuando “pones tu mano izquierda sobre la palma de tu mano derecha a la altura del corazón”, donde algunos incluso afirman que lo aman y lo arrullan, antes de recibirlo en el corazón. Estas son algunas excusas que rayan en lo ridículo, pero que realmente se creen los católicos para acallar sus conciencias y no escuchar esa voz interna que les dice que eso que hacen está mal.

adoracion eucaristica de rodillas krouillong comunion en la mano

Reparación por las ofensas con que es ofendido el Santísimo Sacramento.

En Fátima, en el año 1916, el Ángel de la Paz enseña a los pastorcitos -en su tercera aparición- una oración de reparación:

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores”.

La Santísima Virgen en sus mensaje al Padre Gobbi le dice “Pero están sobre todo los sacrilegios que forman hoy, en torno a mi Corazón Inmaculado, una dolorosa corona de espinas. En estos tiempos ¡cuántas comuniones y cuántos sacrilegios se cometen! Se puede decir que hoy ya no hay una celebración eucarística en la que no se hagan comuniones sacrílegas. ¡Si viérais con mis propios ojos cuán grande es esta plaga, que ha contaminado a toda la Iglesia y la paraliza, la detiene, la hace impura y tan enferma! Si vierais con mis ojos, también vosotros derramaríais Conmigo lágrimas copiosas.”

Si la Santísima Virgen ya nos advirtió de la cantidad de sacrilegios que se ven al interior de la Iglesia, entonces hagamos como Ella nos ha pedido: oración, reparación y penitencia.

Pidamos en nuestras oraciones por la conversión de los sacerdotes que entregan la comunión en la mano y también la de los fieles que reciben la comunión en la mano y difunden este sacrilegio haciendo pecar a otros.

Hagamos reparación con horas de adoración eucarística y ofrezcamos nuestras comuniones en reparación de todos los sacrilegios que se cometen a diario dentro de la Iglesia.

Finalmente, hagamos pequeñas penitencias, privémonos de algunos gustos nosotros durante un tiempo -que puede ser corto- y ofrezcamos ese pequeño sacrificio por la conversión de quienes cometen blasfemias y sacrilegios contra la Sagrada Eucaristía.

Los Sacerdotes tienen la obligación de enseñar a los fieles la reverencia debida a la Sagrada Eucaristía.

Existen sacerdotes que, debido a esta mala práctica, antes de iniciar la distribución de la Sagrada Eucaristía, explican a todos los asistentes a la Santa Misa que la reverencia debida al Santísimo Sacramento es absolutamente necesaria como una muestra de respeto y adoración al Señor, y que todos los que deseen comulgar la tendrán que hacer. También es necesario que el sacerdote indique cómo formar la fila para la comunión pues hoy en día los católicos no saben comportarse dentro la casa de Dios.

Cuando se llega al frente de la fila cada uno debe arrodillarse en el reclinatorio, y si no lo hay debe hacer una reverencia antes de comulgar. Todo católico debe saber sacar bien la lengua para que el sacerdote deposite sobre ella -sin tocarla- la Sagrada Eucaristía y esto debe ser recalcado sobre todo a algunas personas mayores que apenas abren la boca.

Está en manos de los sacerdotes explicar e instruir a los fieles para que el momento de la comunión no pierda su sentido y las Gracias sean recibidas y no desperdiciadas.

la santa misa krouillong comunion en la mano

No te dejes engañar, los enemigos de la Iglesia son muchos y te quieren robar tu fe, no se lo permitas, comulga bien, si el sacerdote te quiere obligar entonces defiende tu derecho a comulgar en la boca y ¡NO RECIBAS A JESÚS EN LA MANO! 

Que Dios bendiga a los defensores de Jesús Eucaristía que luchan contra la sacrílega comunión en la mano y les conceda a todos las Gracias que necesiten.

Karla Rouillon Gallangos

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