Hace pocas horas ha muerto Benazir Buttho, acribillada a manos de un terrorista fundamentalista. Era la principal candidata para asumir la presidencia de Pakistán a mediados de enero de 2008. Brillante, rutilante, bella e inteligente, resultó ser demasiado para la barbarie intolerante que en pleno siglo XXI aparece como recuerdo casi paleontológico de otras épocas no superadas. Hace pocas horas ha muerto Benazir Buttho, acribillada a manos de un terrorista fundamentalista. Era la principal candidata para asumir la presidencia de Pakistán a mediados de enero de 2008. Brillante, rutilante, bella e inteligente, resultó ser demasiado para la barbarie intolerante que en pleno siglo XXI aparece como recuerdo casi paleontológico de otras épocas no superadas.
Ya ha partido, como una heroína de la libertad y de la manera infame en que todos los terrorismos de todas las sangres y latitudes suelen despedir a quienes simplemente no aceptan un mundo de esclavos mentales y físicos.
En estos momentos de mi vida, en que me siento más cerca del mundo musulmán, me duele especialmente esta nueva tragedia, que se suma a la de la inundación de Java en Indonesia. Me duele aun más por la muerte de una valiente mujer – perdón, de un valiente ser humano – que sabía que corría ese riesgo a cada instante y que pagó con el más alto precio su convicción por construir un páís más libre, y de paso, más democrático y alejado de fundamentalismos.
Reflexionando en caliente, no se si me atemorizan más los fundamentalistas terroristas de cualquier tinte o pasaporte, o los que desde la cómoda orilla que alberga a los que nunca han hecho nada para cambiar el mundo, excepto hablar y hablar amparados en una pseudo ética, simplemente cuestionan a los que toman acciones para defender el estilo de vida de libertad que todos los ciudadanos del mundo merecemos como parte de lo que se llama “derechos humanos”. Y esto vale para la gran Benazir como para los policías peruanos acribillados en Ayacucho, todo en la misma semana de cierre trágico y doloroso de un 2007 que ya se va.
Como no soy experto en política internacional, les remito a la semblanza de Benazir Buttho que tomé de Libertad Digital el día de hoy (el enlace está en las referencias de este blog).
El apellido Bhutto es muy conocido en la política pakistaní. Pertenece a una familia feudal muy importante de la región india de Sindh, arraigada allí antes de que una línea trazada por Gran Bretaña dividiese el país para crear el Estado de Pakistán con la intención de separar la “India musulmana” del resto. A esa familia pertenece Zulfikar Ali Bhutto, décimo presidente del país, entre 1973 y 1977, una magistratura que iría a ocupar su hija mayor, Benazir, nada menos que en dos ocasiones: de 1988 a 1990 y de 1993 a 2005. Se presentaba para un tercer mandato en las elecciones de 2008.
Benazir recibió una esmerada educación, primero en su país y más tarde en Estados Unidos, donde cursaría la licenciatura de Gobierno comparado en la Universidad de Radcliffe y más tarde en Harvard (B.A. en 1973). Completaría su formación estudiando filosofía, ciencia política y economía en Oxford, donde se licenció en 1997. Su vocación fue clara desde el comienzo y se preparó para su carrera política desde joven.
Para lo que no estaba preparada es para la muerte de su padre, condenado a muerte por las acusaciones de conspiración para el asesinato del disidente Ahmed Raza Kasuri. Su hermano Shahnawaz murió en Francia, en extrañas circunstancias, en 1980, y Mir Murtaza, otro de sus hermanos, fue asesinado cuando ella ocupaba el segundo mandato al frente del gobierno pakistaní.
Benazir no pudo volver a la política hasta la muerte del dictador Muhammad Zia-ul-Haq, y lo hizo al frente del Partido Popular de Pakistán, sucediendo en el cargo a su madre, Nusrat Bhutto. El PPP exigía entonces la introducción de la democracia en Pakistán, que no llegaría hasta el año de la muerte del dictador, en 1988. Entonces fue cuando las esperanzas largamente guardadas por Benazir Bhutto se cumplieron plenamente, ya que llevó su partido a la victoria en las elecciones al Parlamento, lo que le convirtió a ella en la primera mujer y la persona más joven (35 años) en presidir un gobierno de un país islámico. La Internacional Liberal reconoció la labor política de la recién elegida primera ministra con la concesión del “Premio por la libertad”.
Pero su gobierno fue suspendido por el Presidente, Ghulam Ishaq Khan, quien le acusó de corrupción y convocó nuevas elecciones. El PPP perdió los comicios de 1990 y Bhutto fue sustituida por Nawaz Sharif. No tardaría más que tres años en volver a ser primera ministra, pero en 1996, entre nuevas acusaciones de corrupción, volvió a perder las elecciones. Su marido, Asif Ali Zardari, daría con sus huesos en la cárcel por cargos de corrupción.
Pervez Musharraf, jefe del Ejército de Pakistán (que es el séptimo del mundo y que tiene un peso enorme en la política y en la economía del país), dio un golpe de Estado en 1999, lo que le convirtió en el presidente del país. Dictó una norma que prohibía a los primeros ministros concurrir en el cargo tres veces seguidas, una medida animada a sacar de su camino a su principal rival político, Benazir Bhutto, que efectivamente no se pudo presentar por el PPP en las elecciones de 2002.
Ahora el país vivía un momento de gran inestabilidad. El jefe del Estado, Pervez Musharraf, decretó el estado de excepción el 3 de noviembre, poco antes de las elecciones generales, que tendrán lugar en enero de 2008, y suspendiendo la protección legal de las libertades. La actividad de los grupos terroristas se ha multiplicado en los últimos meses y la propia Benazir Bhutto sufrió varios ataques. Ninguno pudo acabar con su vida hasta el disparo final de este 27 de diciembre de 2007.
Comparto sus palabras, son maravillosas… yo llevo dentro de mi una tristeza muy grande, desde que supe sobre la muerte de esta gran mujer. No conocia de ella, hasta que el 18 de octubre del 2007, vi en su rostro a un ANGEL aterrizar en pakistan, buscando la paz y la conciliacion en su pais…su valor me hicieron admirarla tanto, que de la noche a la mañana ella se a convertido en mi idolo, en un ejemplo a seguir. Desde ese dia hasta hoy a sido mi obsesion…conosco toda su historia, y siento gran orgullo por ella. Espero su esfuerzo no halla sido en vano, y alguien, no importa quien sea, familia o de otro partido politico, luche por sus ideales. Descanza es PAZ BIBI