Cierre del curso e-learning ‘Economía y Política: ¿relaciones peligrosas o atracción fatal?’

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Ayer he terminado de dictar el curso “Economía y Política: ¿relaciones peligrosas o atracción fatal?” desarrollado bajo la modalidad e-learning desde la plataforma de la Red de Aprendizaje para el Cambio (REDACAM) y con el soporte institucional de la Fundación Atlas 1853, instituciones ambas de la República Argentina.

Ese curso fue dictado durante el último mes desde la plataforma virtual de Buenos Aires, y contó con 25 participantes de casi todos los países de América Latina y dos de Europa. Tan sólo lamento que no hubiera un solo inscrito de Peú.

Reproduzco a continuación la nota de cierre que compartí con los participantes de dicho curso, que por cierto, me ha representado en lo personal, una gratísima experiencia.

Estimados participantes,

Cerrando el curso que tuve el privilegio de dirigir con la importante participación de todos ustedes, me parece relevante alcanzarles algunas reflexiones de cierre.

1. Hemos llegado a concluir que necesitamos hacedores y ejecutores de política más versados en temas económicos, sin que por esto sean los economistas quienes deban gobernar en la política. Nos dimos cuenta que en nuestros países muchos políticos podrían hacer mejor su trabajo si tuvieran mejor entrenamiento en economía y que, de hecho, debería pensarse en soluciones institucionales para que los que acceden a puestos electivos como presidentes, gobernadores, congresistas alcaldes o concejales, puedan recibir un mínimo entrenamiento en economía.

2. También llegamos al convencimiento de que el estado tiene un papel importante en los aspectos de la economía, más allá de si pensamos en que deba limitarse únicamente al establecimiento del marco institucional y la estabilidad de las reglas de juego o si deba actuar de modo más protagónico. No nos hemos puesto de acuerdo en dónde deba ponerse la línea divisoria entre mucho y poco estado, pero hemos podido concluir en que debe estudiarse de modo muy fino, esta participación y atendiendo a lo que han sido experiencias exitosas en el mundo.

3. Espero que la revisión de las lecturas haya dejado claro que la postura liberal no es una postura anti estado. Los textos de un referente liberal como Hayek deben haberles mostrado que el liberalismo solamente pretende un estado funcional a la eficiencia y a evitar el despilfarro, pero que no por eso deba mantenerse totalmente al margen del mercado. En realidad, es todo lo contrario: debe preocuparse por la construcción de mercados lo más competitivos posibles. Y preocuparse porque más personas entren a los mercados y participen beneficiosamente en ellos. Esto marca una pauta para dividir el trabajo entre el sector privado y el sector público según sus ventajas comparativas y el criterio de subsidiariedad, virtud del cual el sector público debe atender lo que no puede o no quiere hacer el sector privado. Este tema da para mucho y no pudimos discutirlo in extenso, pero quiero dejárselos como tarea pendiente.

4. El problema del desarrollo ha suscitado un gran interés porque de alguna manera, reconocemos que los propósitos últimos de la política y la economía son generar más y mejores oportunidades de desarrollo humano en nuestros países. Más allá de los matices de cada uno, hemos coincidido en que el desarrollo dista de ser un proceso que pueda manejarse exclusivamente desde lo tecnológico o lo financiero. Elementos como la variable cultural, la educación, la salud y la confianza social, entre otros, han sido puestos en relevancia a la hora de nuestras discusiones.

5. La experiencia de países como China, en el que pareciera que la economía y la política van por cuerdas separadas, también ha sido objeto de nuestra preocupación. Solamente cabe señalar que aun en casos especiales como el de un país que en sí mismo representa un mercado de la cuarta parte de la población mundial, importa que la política se alinee con la economía, y mucho más aun, en países que no tienen esas características de escala. Hemos coincidido sí en que China es un experimento parcial, lejano aun de regimenes en que el sistema económico pueda ser respaldado por un sistema político de similar característica en cuanto a las libertades individuales.

6. Como conclusión final, vale la pena destacar que nuestras discusiones han ilustrado la importancia de que economía y política sean conducidas en cada país de una manera inteligente y serena. No pueden ellas prescindir la una de la otra y por eso, podemos decir que se atraen. Pero si no se manejan de modo inteligente y sereno, tal atracción será fatal, con los resultados que hemos visto en muchos países latinoamericanos y europeos, que han visto reflejadas las malas políticas en nefastos indicadores de desempleo, hiperinflación y recesión, además de caos social. La relación entre economía y política hay que saberla sobrellevar, para evitar que configuren una combinación combustible que se vuelva peligrosa. Ni relaciones peligros ni atracción fatal. Lo que necesitamos es una buena economía consolidada sobre una buena base de políticas sanas y viceversa. Tal es el desafío.

Llegados al cierre del curso a mi cargo, quiero agradecerles a todos ustedes sus participaciones, comentarios y discusiones. Y a los coordinadores, agradecerles su confianza en esta tutoría. En particular, al profesor Alejandro Anzivino, sin cuya ayuda permanente y amable disposición no habría sido posible que desarrolláramos este curso; y al profesor Gustavo Lazzari, quien gentilmente me invitó e incentivó a participar como docente de este importante ciclo de capacitación de REDACAM y la FUNDACION ATLAS 1853.

Eugenio D´Medina Lora
Julio 23, 2010

http://www.il-rs.org.br/site/info/det_eventos.php?recordID=260

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