La Ermita de Barranco


La Ermita y el Puente de los Suspiros en 1906

Cuenta la tradición, recogida por Juan de Arona, que esta iglesia era una sencilla capilla a la que acudían humildes pescadores y viajeros; su origen se confunde con la leyenda que dio origen a Barranco. ¿Cómo es la historia? Cuentan que, en el siglo XVIII, cierta vez salió un grupo de pescadores a cumplir con su faena pero, como era invierno y la neblina cubría todo el litoral, se desorientaron y se quedaron perdidos varias horas hasta que, a lo lejos, vieron una “luz” resplandeciente a la que se dirigieron logrando llegar a la orilla y salvarse. Al acercarse al lugar donde se originó aquella luz que los había guiado, vieron que se trataba de una cruz. Desde aquella vez, se convirtió en lugar de romería. La capilla primitiva fue erigida en adobe y quincha a mediados del siglo XVIII, gracias al benefactor Caicedo, un panadero cuya esposa era devota a la cruz que allí se veneraba.

Durante la Guerra del Pacífico, fue saqueada e incendiada por el ejército invasor; era el 14 de enero de 1881. Cuenta José Antonio del Busto: Siempre se escuchó, como algo sabido por muchos, que la ocupación de Barranco ocurrió entre las 7 y las 9 de la mañana, procediendo inmediatamente los chilenos a saquear la población. Hecho el robo, comenzó el incendio. Recién entonces los invasores repararon en la ermita. Su puerta fue rota con hachas, luego entró la soldadesca en busca del botín. No encontró –aparte del cáliz, el copón y la custodia- nada de especial valor. Defraudados los saqueadores trajeron leña y la apilaron contra los altares, brotó la chispa maldita y el holocausto empezó. Al momento del crepúsculo la ermita ardía, reverberaba. A las 8 de la noche el incendio del santuario continuaba y sus llamas producían un extraño fulgor. Una hora después se desplomó el techo y entonces los resplandores amenguaron por predominar las chispas y el humo. Así transcurrió el resto de la noche… Al siguiente amanecer la vieja Ermita era sólo un conjunto de muros ennegrecidos y vigas carbonizadas con algo de humo que subía con pesadez. De los altares e imágenes nada se pudo salvar. Con el retablo mayor se quemó la imagen del Santocristo de Barranco, escultura nada notable pero que representaba al Crucificado de la aparición fundacional. Todo estaba consumado.

Meses después, en 1882, fue reedificada por el capellán Manuel de la Fuente Chávez, gracias a diferentes donaciones y colectas públicas. Se levantaron los muros, el cuerpo y los brazos del nuevo templo. Así, estando la iglesia terminada, el ahora presbítero De la Fuente y la población barranquina pidieron, en 1900, que la iglesia sea convertida en parroquia independiente de la de Surco y de la vice-parroquia de Chorrillos. El Arzobispo aceptó la petición y el 12 de diciembre de 1903, el presbítero De la Fuente fue investido primer cura párroco de la nueva parroquia de la Santísima Cruz de Barranco. El párroco murió en 1913 y, según algunos testigos, en olor de santidad; tras su fallecimiento, se le atribuyeron predicciones y milagros. Le sucedió el padre Santiago roca, párroco entre 1914 y 1937 quien, según dicen, también falleció en olor de santidad. Cuando hubo el terremoto de 1940, la vieja Ermita quedó afectada, y se comenzó a considerar la necesidad de trasladar la parroquia a un nuevo emplazamiento que permitiera edificar una iglesia mucho más grande. Fue así como, en 1942, se solicitó al Arzobispado que autorice el proyecto de un nuevo templo parroquial en la plaza municipal. La nueva iglesia quedó lista y consagrada el 1 de junio de 1963 por el arzobispo Juan Landázuri. Actualmente, la Ermita, ubicada en la Bajada de los Baños, se encuentra en proceso de deterioro, por lo que la propuesta es parte de un proyecto ambicioso de conservación que incluye al espacio público circundante y el rescate de las zonas invadidas del conjunto religioso.

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