Los años 30: la figura de Sánchez Cerro

Derrocado Leguía, subió al poder Sánchez Cerro al mando de una Junta Militar y se produjeron disturbios de obreros y universitarios, así como alzamientos militares en Arequipa y el Callao. La situación se puso tan crítica que Sánchez Cerro tuvo que dimitir. Una Junta de Notables acordó confiar el poder a Leoncio Elías, presidente de la Corte Suprema. Dos días después, Elías se vio obligado a entregar el mando al comandante Gustavo Jiménez. Los desórdenes continuaron hasta terminar la banda presidencial en manos de David Samanez Ocampo. Su principal objetivo fue realizar elecciones libres y restaurar el orden constitucional. De este modo, invocando la unión de toda la ciudadanía, Samanez Ocampo convocó a las elecciones generales de 1931, una de las más polémicas de nuestra historia republicana.

La figura de Sánchez Cerro.- El mayor mérito del coronel Luis M. Sánchez Cerro (Piura, 1889) era el de haber acabado con el “tirano” que gobernó al país durante once años. Hijo de un modesto escribano, había culminado sus estudios secundarios en el Colegio San Miguel de su ciudad natal; uno de sus amigos por aquella época fue Luis Antonio Eguiguren. Luego se trasladó a Lima y se graduó, en 1910, en la Escuela Militar de Chorrillos. Fue destacado a Sullana durante la tensión con Ecuador (1911), que culminó con el arbitraje del Rey de España.

Siendo teniente, participó activamente en el golpe que derribó a Guillermo Billinghurst en 1914. Fue en esta operación que, por herida de bala, perdió dos dedos de la mano derecha, lo que le valió el apodo de “el mocho”. Promovido a capitán por el presidente Pardo fue enviado como agregado militar a la embajada del Perú en Washington. Retornó en 1918 y publicó en La Prensa un artículo titulado “Ejército y Armada” firmado con el seudónimo “Desaix”, que fue considerado ofensivo por los alumnos de la Sección Superior de la Escuela Militar.

Como sargento mayor, sirvió en Loreto, Arequipa y Sicuani, y como juez militar en Cuzco. Desde la ciudad imperial encabezó un fallido pronunciamiento contra el régimen de Leguía y, gravemente herido, sufrió prisión en Taquile (1922). Separado del ejército, volvió como ayudante en el Ministerio de Guerra en 1925. Viajó a Europa en misión de estudios, se alistó en el ejército español y concurrió a la guerra sostenida en Marruecos. También estuvo en Italia y Francia. Al volver fue ascendido a teniente coronel y comandante del Batallón de Zarpadores de la guarnición de Arequipa.

Fue en ese puesto que encabezó la célebre revolución de Arequipa. Derrocado Leguía supo ganarse el apoyo del pueblo pero pronto se introdujo en los círculos sociales de la élite. Fue invitado a formar parte del exclusivo Club Nacional y la oligarquía pronto vio que podía contar con un candidato que tuviera el apoyo de las masas y el respaldo del ejército. El objetivo era frenar a las masas “comunistas” que seguían al APRA, especialmente ahora que el electorado había sido ampliado por la ley de reforma promulgada en 1931 que incluía a todos los varones adultos que supieran leer y escribir. La oligarquía se daba cuenta que si bien la nueva ley era bastante restrictiva en la zona andina, ahora no tenía el poder absoluto sobre el sistema electoral del que gozó durante el Segundo Civilismo.


Luis M. Sánchez Cerro

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Comentarios

  1. Marcela A. escribió:

    Soy Marcela, una alumna aun de secundaria del colegio Maria Reina y hace unos meses descubri este blog gracias a mi profesor de historia. Es muy interesante la forma en que explica la historia, de una manera muy didactica y facil de entender. Me gusta mucho la historia del Peru contemporanea, la veo rica en ideologias y lideres naturales que ayudaron de cierta manera a que nuestro pais haya mejorado con el paso de los a;os. Espero encontrarle como profesor mio cuando estudie Historia, sus clases me imagino que seran increibles. Saludos!

  2. Max M. escribió:

    Al igual que Marcela, me siento contento de encontrar este blog, la diversidad de temas no solo de nuestro ámbito, sino de otros lugares, hace que haya una visión más generalizada de la historia para así poder relacionarla y entenderla. Quizas todos los acaecidos hechos hayan repercutido hasta nuesto contexto actual. lo cual hace muy interesante a esta materia. Sigan así enrriqueciendo la cultura del saber. Saludos

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