Hoy, independencia de Ecuador

El territorio actual del Ecuador correspondía a la jurisdicción de la Audiencia de Quito y formaba parte, desde 1542, del Virreinato del Perú; a partir de 1739, pasó a pertenecer al Virreinato de Nueva Granada. Su independencia tuvo dos momentos bien diferenciados: el inicial o de la “Revolución Quiteña” (1809-1812), en el cual se declara pero no se consigue la independencia; y el final, en el cual las fuerzas patriotas terminan por imponerse (1820-1822).

a. La “revolución quiteña”.- Se desató en el contexto de la invasión napoleónica de España cuando Juan Pío Montúfar y el doctor Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo encabezaron los movimientos que desembocaron en el 9 de agosto de 1809, en el que un grupo de patriotas organizó, en la casa de doña Manuela Cañizares, la Junta Soberana de Quito presidida por Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre. El 10 de agosto de 1809, el presidente de la Audiencia recibía un oficio donde se le informaba su deposición en el cargo, por lo que tenía que abandonar el lugar; al mismo tiempo que se proclamaba la independencia de los territorios de Quito.

Los patriotas ecuatorianos hicieron realidad en este día los derechos de libertad que conformaban el ideario de los patriotas ilustrados. Los virreyes del Perú y de Nueva Granada enviaron expediciones militares que hicieron que la Junta Soberana de Quito permitiera la entrada del ejército español a la ciudad, desencadenando una activa persecución contra los patriotas ecuatorianos, y logrando así dominar la sublevación. El 2 de agosto de 1810 llega a un punto culminante la rebelión popular, que seguía manteniendo su proyecto independentista, y fue así que un grupo de ciudadanos desarmados asaltaron las prisiones para liberar a los presos; los motines se volcaron también en las calles y ocasionaron sangrientos enfrentamientos.

Para comprender el sentido y alcance de ese movimiento, así como las razones de su fracaso, es necesario mencionar uno de sus factores más importantes: los recortes de jurisdicción territorial. Durante los últimos años del periodo colonial, el control de Quito sobre sus provincias más periféricas se fue debilitando y éstas comenzaron a ser gobernadas cada vez más directamente desde Lima o Bogotá, las capitales virreinales. Ese fue el caso, por ejemplo, de la actual provincia de Esmeraldas, cuyo gobierno, por lo menos en la práctica, fue segregado de Quito entre 1764 y 1807 y ejercido desde Bogotá a través de Popayán. Algo similar sucedió, a partir de 1802, con la región de Maynas, que comprendía ambas márgenes del río Amazonas. La Real Cédula del 15 de julio de 1802 creó el Obispado y la Comandancia General de Maynas y los hizo depender de las autoridades religiosas y militares de Lima; asimismo, por la Real Orden de 7 de julio de 1803, el gobierno militar y político y los asuntos comerciales de Guayaquil y su provincia pasaron a depender también de Lima.

Por lo tanto, la autoridad de Quito sobre la Costa y gran parte del Oriente quedó muy debilitada. Las elites quiteñas jamás se resignaron ante tal situación y llegaron a proponer que la Presidencia de Quito, con inclusión de todas sus provincias, fuera elevada a Capitanía General, independiente de la pesada tutela de Bogotá y Lima. Ese proyecto era viable y representaba una vieja aspiración de Quito, pero el gobierno de Madrid no se decidió a aprobarlo. Por ello, cuando ese gobierno entró en crisis por la invasión de Napoleón a España, las elites quiteñas creyeron que no les quedaba otro recurso que el de tomar el poder para satisfacer sus aspiraciones geopolíticas. En síntesis, Quito sentía que el control de sus provincias se le iba de las manos y procuraban reafirmarlo, a la vez que procuraba aflojar los lazos que le sujetaban a las sedes virreinales. Algo parecido ocurría en cada región: cada capital veía con desagrado los intentos centralistas de Quito, pero al mismo tiempo insistía en su propia hegemonía interregional, que a la vez causaban resentimiento en las ciudades menores. Dentro de este marco, la Revolución Quiteña de agosto de 1809 puede entenderse como un intento de la capital por recuperar todos sus territorios y reafirmar su autoridad en todas sus provincias. En suma, esta fue la etapa más original del proceso independentista “quiteño”. Derrotada ésta, la independencia ecuatoriana se dio como parte de un movimiento continental, cuyas causas serían generales para toda la región y cuyos resultados, asimismo, tendrían caracteres similares en todos los nuevos estados.

b. El triunfo patriota y la creación de Ecuador.- A pesar de los tempranos movimientos separatistas, el ejército libertador, al mando del General Antonio José de Sucre, logró imponerse recién en 1822 en la batalla de Pichincha. Tras la victoria, la Real Audiencia de Quito se incorporó a la Gran Colombia, de la que también formaban parte Venezuela, Colombia y Panamá. Tras muchos alzamientos e intentos, y después de lograda la paz de la Gran Colombia en 1829, Ecuador alcanzaría realmente su independencia en 1830, habiendo sido designado presidente de la República el general venezolano Juan José Flores quien gobernó durante cinco años, reafirmando la emancipación y el espíritu de la declaración del 10 de agosto de 1809; asimismo, se realizó la redacción de su Constitución. La República quedaba dividida en tres departamentos: Quito, Guayaquil y Cuenca, durante la reunión de la primera Asamblea Constituyente en la ciudad de Riobamba, el 23 de septiembre de 1830. El general venezolano Antonio José de Sucre se dirigía hacia Quito para asumir la Presidencia, cuando fue asesinado el 30 de junio de 1830.

Ecuador nacía como un espacio desarticulado en lo geográfico, social, económico y político. Para comenzar, extensas zonas apenas si estaban conectadas con la “civilización”: tal era el caso de casi todo el Oriente y la Costa norte, donde la presencia del nuevo estado era tenue. Pero también la zona “central” estaba profundamente dividida en cuatro regiones, articuladas por otras tantas ciudades: La Sierra norte (Popayán), la Sierra centro (Quito), la Sierra sur (Cuenca) y la Costa centro¬sur (Guayaquil). Cada región tenía su propia economía, sus propias relaciones de trabajo, sus propios ritmos demográficos y la autoridad del gobierno quiteño sobre ellas era limitada.


Quito (siglo XIX)

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Comentarios

  1. Diego Bravo escribió:

    Hola Luis, tu blog es buenazo, me encanta. Soy un apasionado de la historia y me gustaría intercambiar datos contigo. Mi duda actualmente radica en la procedencia de Atahualpa. Los historiadores peruanos dicen que es del cuzco, mientras que los ecuatorianos dice que es quiteño.

    Por favor, acl{arame esa situaci{on

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