Por la avenida Alfonso Ugarte

La primera gran transformación de Lima, en la época republicana, se dio entre finales del siglo XIX e inicios del XX; es decir, entre el gobierno de Nicolás de Piérola y el Oncenio de Leguía. Uno de los puntos centrales de dicho reordenamiento fue el trazado de nuevas avenidas con objetivos muy específicos. Unas eran de “circunvalación” y otras de “contacto”. La gran avenida de “circunvalación”, construida sobre el trazo de las antiguas murallas, fue el eje que comenzaba en la avenida Grau, seguía por el Paseo Colón y culminaba en la avenida Alfonso Ugarte (inaugurada en 1928) y en la Plaza 2 de Mayo. La Brasil, en cambio, era una avenida de “contacto” (como la Arequipa o la Colmena) que fue proyectada en 1899; con aproximadamente 5 kilómetros de extensión, partía del lugar que ocuparía la Plaza Bolognesi hasta llegar al litoral: comunicaba el centro de la ciudad con el mar hacia el noroeste.

En otras palabras, Lima se desarrolla bajo un esquema radial basado en la instalación de ejes (el anillo de circunvalación interna y las grandes avenidas) que unen el núcleo histórico de Lima con centros extra-urbanos (Miraflores, Barranco, La Punta, Chorrillos). Lima adquirirá un perfil y formato a través del plan urbanístico de Piérola (1895-99) y las obras de gestión municipal del alcalde Federico Elguera (1901-08). El modelo es París. Leguía no significó una ruptura radical con este modelo de ciudad. En realidad, su plan fue una versión más ampliada del mismo.

Empezamos nuestro recorrido en la Plaza 2 De Mayo, erigida en 1874 en homenaje a los participantes en el combate del mismo nombre. Ahora entramos a la avenida Alfonso Ugarte, altura de la cuadra 5. Esta arteria, junto con sus edificios (como el hospital Loayza, el de San Bartolomé o el Colegio Guadalupe), estuvo concebida como un paseo, a manera de bulevar, que seguía la traza de las antiguas murallas de la Ciudad de Los Reyes. Tenía cuatro “pistas” de ancho, faroles y unos baños públicos, a la altura de la cuadra 13, que hoy han desaparecido.

Primero nos encontramos con el Museo de la Cultura Peruana (cuadra 6). Construido en 1924, es la primera y única edificación pública radicalmente prehispánica del panorama urbano limeño. Fue financiada por el magnate y filántropo Víctor Larco Herrera. Para su construcción se convocó a un concurso, y el proyecto ganador fue del arquitecto Malachowsky. Su fachada es de ornamentación inca que agrega inusitados elementos preincaicos (un par de monolitos estilo tiahuanaco, de concreto). Según el arquitecto José García Bryce, la versión en cemento, burdamente ejecutada, de la piedra y de las formas escultóricas atentó contra el buen lucimiento de la obra, cuyo valor es más histórico que propiamente arquitectónico.


Museo de la Cultura Peruana

Luego, tenemos el Hospital arzobispo Loayza (cuadra 8), inaugurado por el presidente Leguía el 11 de diciembre de 1924, que reemplazaba al antiguo Hospital de Santa Ana y que, en sus inicios, estuvo bajo la administración de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl (vale la pena entrar). De estilo neoclásico (similar al Palacio de Justicia), con reminiscencias del urbanismo francés de principios del siglo XX en su distribución interna, la obra fue diseñada por el conocido arquitecto Rafael Marquina e impulsada por la Sociedad de Beneficencia de Lima en 1922 en un vasto terreno propiedad de la misma institución y con una partida de 30 mil libras peruanas otorgada por el Congreso de la República. En ese entonces, Manuel Montero Tirado era director de la Beneficencia y el presidente de la Comisión de Obras, Augusto Pérez Araníbar. Al momento de su inauguración, el director de la Beneficencia era Manuel Augusto Olaechea. Los encargados de su ejecución fueron los ingenieros Enrique del Solar y Alejandro Garland. Frente al Hospital Loayza, apreciamos el actual edificio del Hospital Nacional Docente Madre-Niño. En 1924, se inauguró allí el Hospital Militar San Bartolomé, heredero del fundado en 1646 durante los años virreinales, y que luego se trasladaría, en 1956, a la avenida Brasil (hoy Hospital Militar); luego, entre 1956 y 1988, funcionó el antiguo Hospital de Enfermedades Neoplásicas (hoy en la avenida Angamos).

Continuamos nuestro paso por Alfonso Ugarte y, al llegar al cruce con la avenida Zorritos, entre las cuadras 8 y 9, está el edificio (construido en los años 70) donde funciona el local de Editora Perú, que publica el diario oficial El Peruano, fundado en 1825 por el Libertador Bolívar (por lo tanto, se ufana de ser el diario más antiguo de circulación nacional). Seguimos nuestro recorrido y llegamos a la Casa del Pueblo, local principal del Partido Aprista Peruano (cuadra 10) donde, hasta la década de 1930, funcionara el colegio Hipólito Unanue. La sede institucional del actual partido de gobierno es, en realidad, todo un complejo pues allí funciona un comedor popular, un policlínico, una farmacia, una academia preuniversitaria y una escuela de oratoria; esto sin mencionar el Aula Magna, donde se desarrollan las principales reuniones partidarias, y una singular “alameda” con los bustos de algunos líderes históricos del aprismo. Es también el local donde los apristas organizan su ya tradicionales mítines públicos, especialmente el del Día de la Fraternidad, el 22 de febrero, fecha del natalicio de su líder fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre.

Seguimos nuestro camino y llegamos al cruce de Alfonso Ugarte con la avenida Venezuela (cuadra 11) y nos topamos con el supermercado METRO que ocupa el mismo lugar que, desde finales de los sesenta y finales de los ochenta, ocupó el antiguo supermercado SCALA GIGANTE (durante los años cincuenta e inicios de los sesenta funcionó, en este mismo lugar, la planta de la General Motors, que luego se trasladaría cerca de la Carretera Central, en el actual distrito de Santa Anita).

Continuamos nuestro camino y nos topamos con el inmenso local del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe (cuadra 12). Sabemos que el llamado “Primer Colegio Nacional del Perú” fue fundado en 1841 durante el segundo mandato Agustín Gamarra. Sus fundadores fueron el hacendado iqueño Domingo Elías y el comerciante español Nicolás Rodrigo. En 1855, el presidente Castilla lo convierte en el Primer Colegio Nacional del Perú, para que los mejores y más destacados estudiantes de la nación ingresen y accedan a su enseñanza, formación y disciplina. Su antiguo local estuvo ubicado donde luego se erigió el edificio del Ministerio de Educación (en el Parque Universitario, barrio de Guadalupe, en las afueras de Lima). Allí permaneció por 66 años antes de trasladarse donde lo vemos hoy. El origen de este edificio se remonta a 1898 cuando se convocó a un concurso para dotar al emblemático colegio de un local adecuado. El proyecto inicial lo ganó Máximo Doig (arquitecto de la Casa de Correos) pero la obra fue concluida por Rafael Marquina y Bueno, arquitecto guadalupano. De estilo neoclásico, el bloque frontal se concluyó en 1909; la capilla y el bloque posterior, en 1911. El local fue concebido para satisfacer el sistema educativo de modelo francés; por ello, su traza es de retícula conformando 5 patios, cada uno de ellos destinados a una actividad escolar: patio de honor, patio de actividades recreativas, auditorio, capilla y tres patios de aulas; en el segundo nivel se emplazaba el internado, área de servicios generales-maestranza, comedor, talleres de instrucción, almacenes, etc. La obra fue concluida por Marquina en 1920. El inmueble es, principalmente, de ladrillo en su planta baja y los techos y carpintería en general, de madera. Actualmente, luce deplorable pues la pintura no va con su estilo neoclásico; además, el pórtico, de piedra labrada, se encuentra pintado: debe retirarse esa pintura para que la piedra luzca al natural.


Colegio Guadalupe

Al final de la cuadra 12, en el cruce con la avenida Bolivia, aún podemos ver la casona donde antes funcionaba una sucursal del tradicional Banco Wiese (hoy Scotiabank). Unos pasos más allá está el poco agraciado y lúgubre edificio (por su forma y color) de EL SEXTO, que fue construido alrededor de 1910-1915. Leguía lo convirtió en Comisaría del cuartel 6º, de ahí su nombre hasta la fecha. Sus muros perimetrales aparentan gran solidez y habría que investigar de qué material están fabricados (piedra, ladrillo o adobe). El área de la Prefectura, de horrible estilo Art-Déco, fue levantada durante los años 30. Gran parte del área funcionó como centro de reclusión hasta finales de los años 80. José María Arguedas en su novela El Sexto, refugiándose en el relato literario, nos dio cuenta de algunos detalles de la vida de los presidiarios de la otrora triste cárcel, ubicada en un lugar poco propicio puesto que, prácticamente, estaba en medio de la ciudad y le restó valor inmobiliario a la zona.

Olvidándonos un poco de estas historias carcelarias, caminamos por la misma cuadra 13 (frente a El Sexto) y nos topamos con un curioso condominio en forma de quinta, construido a finales de la década de los años 20 con el número 1372 (recomiendo ingresar al lugar). Salimos de la quinta y continuamos hasta el cruce de Alfonso Ugarte con la avenida España donde llegamos a una pequeña plazuela en honor a Leoncio Prado; el busto del héroe fue inaugurado en 1960. Frente a esta plazuela se encuentra el local, en un elegante edificio de los años 40, de la Asociación Guadalupana. Ya camino con dirección a la Plaza Bolognesi (cuadra 14) podemos apreciar el antiguo cine RITZ, (número 1431) pintado todo de celeste, y hoy venido a menos; nos cuentan que aún proyecta películas. Casi frente a este antiguo cine de barrio, apreciamos el local del Partido Popular Cristiano (número 1478), en una casona de los años 40.

Estamos ahora en la plaza Bolognesi, inaugurada en 1906 durante el primer gobierno de José Pardo y Barreda. El contorno de la plaza, con sus edificios residenciales, fue levantado en 1920 y, arquitectónicamente, presenta una línea de continuidad con el Paseo Colón, mas no con la avenida Alfonso Ugarte. Quizá menos elegante que la Plaza Dos de Mayo, el paisaje arquitectónico de la Bolognesi está mejor conservado.

Puntuación: 4.50 / Votos: 18

Comentarios

  1. max escribió:

    esta muy interesante el articulo,aunque abria que describir tambien los problemas actuales de dicha avenida,indicar que actividades ay,y como funciona como un sistema en nuestra sociedad.

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