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EL NEGACIONISMO COMO ESTRATEGIA POLÍTICA

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Cuando el Congreso censuró al Ministro Saavedra, le causó una herida de muerte al gobierno de PPK, el resto es historia conocida. En ese momento se impuso el negacionismo sobre el “género”, no importaba que hace más de tres décadas existan consensos avalados por Perú a nivel del sistema internacional, no importaba las opiniones académicas, no importaban las cifras sobre feminicidio. La mayoría parlamentaria y los lobbies religiosos se impusieron. Para ellos las diferencias de género eran una invención de las retorcidas mentes feministas. El fujimorismo terminó siendo el censor que decidió que era aceptable o inaceptable pensar o decir, mostrando su vocación autoritaria.

En ese momento no faltaron las posturas a supuestamente moderadas, que decían que no avalaban el fundamentalismo, pero que era necesario revisar el enfoque de igualdad de género, para evitar caer en el extremismo feminista. El resultado es harto conocido, de allí en adelante todo fue cuesta abajo y la palabra género comenzó a ser borrada de los documentos oficiales, con las consecuencias negativas en el retroceso para el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTI.

Hoy tenemos un nuevo Gobierno, pero las mismas fuerzas conservadoras han iniciado una nueva campaña negacionista, el accionar fue bien orquestado y en base a un video editado, se pretende traerse abajo el legado de la CVR que nos reveló las diferentes dimensiones del conflicto armado interno. Como en el anterior caso es el Congreso quien funge de verdugo y censor de nuestra historia. Situación curiosa dado que debemos recordar que en este Congreso es controlado por el fujimorismo, justo uno de los sectores con mayores responsabilidades en la violación de DDHH.

Como en el anterior caso, también han aparecido las voces moderadas, que dicen no avalar al fujimorismo, pero que piensan que se deben revisar los análisis sobre el conflicto armado interno, dado que podrían estar manipulados por una corriente progresista o caviar. Las evidencias históricas sobre la crueldad de la violencia desatada por Sendero Luminoso y el MRTA, que fue respondida con la crueldad estatal, no importa. El hecho que la mayoría de victimas fue población civil. Y que miles de campesinas y campesinos pobres quedaron atrapados entre dos fuegos no importa. La memoria de las víctimas es negada y atribuida a dudosos intereses políticos y personales.

La cacería de brujas es contra lo que se considera disidente de la verdad oficial, el gran censor es el Congreso, que decide las palabras que deben desaparecer del lenguaje. Hablar de género te vuelve blanco de sospecha de ser una feminista extremista y violentista, una “feminazi”. Hablar del conflicto armado interno y la memoria de las violaciones de los DDHH, te convierte en un terrorista. Estamos frente a una nueva cruzada contra la libertad de pensamiento.

El negacionismo, avalado por un sector político, borrará las palabras y las memorias, porque esa es su estrategia de frenar el cambio. No faltarán quienes opinarán que mejor es ceder, pero ya sabemos que esa es la peor estrategia. Defender una sociedad democrática implica no permitir que el fundamentalismo negacionista se apodere de los poderes públicos ya que su intencionalidad es apoderarse de nuestra libertad de pensar, es decir apoderarse de la conducción de nuestras vidas.      

ACTIVISMO JUVENIL LGTBI Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA: RESULTADOS PRELIMINARES DE UN SONDEO DE OPINÓN

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A mediados del año pasado tomé una encuesta a 119 jóvenes LGTBI de las siguientes regiones Ancash, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Callao, Cusco, Huánuco, La Libertad, Lambayeque, Lima Metropolitana, Loreto, Moquegua, Piura, Puno, Tacna, Ucayali. Para ello use la plataforma de formularios de google y un directorio de organizaciones que yo mismo elaboré, la encuesta es parte de una investigación que pienso realizar sobre políticas para jóvenes LGTBI, la misma que me ha demorado más de lo pensado, por ello aprovecho el contexto del Orgullo LGTBI 2017, para compartirle alguno de los resultados.

La encuesta fue contestada por jóvenes activistas pertenecientes a 41 organizaciones LGTBI: Afirmación Mormones LGBT Familia y Amigos, Alma Chalaca, Asociación Civil Cambio y Acción, Asociación Civil Estrella Fugaz Diversidad Inclusiva, Asociación LGBTIQ Perú Unido, CHERL, Colectivo COGAT, Casa Diversa, Colectivx Versiones San Marcos, Comando Feminista, DiverIUS, Diversidades Trans Mascuinas, Empoderadxs, Familia UNInclusiva, Feminas, Freedom UPC, Generacion Inclusiva, Igualdad TLGBI, In-Visibles, INADIS, JECI, K’uychi ayllu, Organización Autónoma de la Diversidad Sexual Cusco, Kachkaniraqmi, La Oveja Arco Iris, Lima Gay, LT Lekas Todas, Makipura , MHOL, Movimiento Lesbia, Movimiento Lésbico Bisexual de Tacna, Organización por la  Igualdad “Soy Como Soy”, Raíz Disidencia sexual, Red Macro Norte de Mujeres Trans, RENAJO TLGB, Rosas y  Violetas TLGBI, Tsanwa – Iquitos, USIL LGTBI, Vihda, Violeta Diversa, Voluntades, Zike-blog de divulgación científica y feminista LGBTI. Además de algunos integrantes LGTBI de organizaciones no LGTBI como:  Movimiento Sembrar, Ciudadanía Joven, Organización Juvenil Dejando Huellas,  Amnistía Internacional, Centro Juvenil Futuro, Asociación Civil Impacta, Salud y Educación, Red Interquorum Ucayali.

Un primer dato importante es la cantidad de organizaciones existentes y que agrupan a jóvenes, lo cual nos habla de un importante capital social y una población cada día más organizada, al respecto, justamente se les hizo una batería de preguntas sobre sus opiniones en relación a las formas de participación política que debían desarrollar los activismos LGTBI. Al respecto les presenté algunas alternativas en relación a la participación política, las mismas que fueron las siguientes:

Hacer campaña y/o militar en partidos políticos que tengan propuestas para la comunidad LGTBI

(a) Asumir candidaturas LGTBI a cargos públicos (presidente/a, congresista, gobernador/a, consejero/a, alcalde/sa, regidor/a)

(b) Funcionario Asumir la función pública (puestos en los Ministerios, gobiernos regionales, municipios) para promover la agenda LGTBI.

(c) Vigilancia Hacer vigilancia del tema LGTBI en las políticas de Estado, sin intervenir en política o función pública

(d) Neutralidad Debe ser neutral y no participar ni en campañas, ni función pública, ni candidaturas, ni vigilancia ciudadana.

Las tres primeras alternativas nos hablan de una presencia en el sector de gobierno y la función pública, en cambio la alternativa (d) nos habla de una presencia vigilante desde la sociedad civil y la alternativa (e) de una neutralidad frente a los temas políticos. Encontrando que ser funcionario y asumir la función pública para promover la agenda LGTBI, es la frase con más aceptación teniendo el  68.9% de aceptación, es decir 7 de cada 10 activistas jóvenes apostarían que el activismo se debe preparar para asumir puestos claves en los Ministerios, gobiernos regionales, municipios, asegurando desde allí la inclusión, al respecto se podría señalar que la progresiva inclusión de algunas medidas incipientes de intervención pública, en especial en el Ministerio de la Mujer, podrían estar reforzando la idea de la importancia de una mayor presencia activista en el aparato estatal.

En menor proporción hay un apoyo a la estrategia de asumir candidaturas a cargos de elección popular, es así que un 58% de lxs activistas piensan que es importante postular a cargos como presidente/a, congresista, gobernador/a, consejero/a, alcalde/sa, regidor/a. Sobre el particular es importante mencionar que pese a que existen dos parlamentarios abiertamente gais, ellos no provienen del activismo y durante su campaña no se sustentaron en las demandas de la comunidad LGTBI, es más en la campaña mayor protagonismo tuvieron candidatas mujeres aliadas al movimiento que pese a no ser de la comunidad integraron sus demandas en sus propuestas electorales.

Lo sorprendente es que solamente la mitad de lxs entrevistadxs (50,4) están de acuerdo que en hacer campaña y/o militar en  partidos políticos que tengan propuestas para la comunidad LGTBI, en realidad esto refleja que incluso al interior del activismo la desconfianza hacia los partidos es grande, además que desde los mismos partidos políticos no existen mecanismos institucionales como áreas temáticas LGTBI, en la última elección hubo una iniciativa en el Frente Amplio, pero la misma no se consolidó dado el carácter de frente del FA y los problemas internos que se desarrollaron luego de la elección presidencial. El partido PPK, actualmente en el gobierno, pese a tener congresistas gais, tampoco ha organizado un área temática.

Finalmente, las opciones que tuvieron menos de la mitad de acuerdo, y por tanto podemos considerarlas como minoritarias fueron, con 42,9%, hacer vigilancia del tema LGTBI en las políticas de Estado, sin intervenir en política o función pública y con 7,6%, ser neutral y no participar ni en campañas, ni función pública, ni candidaturas, ni vigilancia ciudadana. Al respecto hay que mencionar que el tema de vigilancia solamente desde la sociedad civil, sin intervención directa en la política, es una opción minoritaria pero significativa, ya que 4 de cada 10 activistas jóvenes están de acuerdo con ella. Mientras que la total neutralidad política, no tiene ningún apoyo significativo, siendo una opción totalmente minoritaria.

NIÑOS DE ROSA Y NIÑAS DE CELESTE, LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO EN LA ERA VICTORIANA

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000000azul rosaDurante el reinado de Victoria de Inglaterra (1837-1901), reinó el conservadurismo absoluto, tanto así que Victoria ordenó alargar los manteles de palacio para que cubrieran las patas de la mesa en su totalidad de tal manera que evitaba las miradas pecaminosas a las piernas de las mujeres. Aunque curiosamente nuestros fundamentalistas contemporáneos que realizan las campañas contra la “Ideología de Género” se sentirían muy incómodos en la conservadora Inglaterra Victoriana.

En efecto en este mundo que vivía bajo  las reglas de naturalizar la desigualdad entre hombres y mujeres se pensaba que los niños debían vestir con largos vestidos rosados y la niñas con vestidos azules. La razón era que se pensaba que el rojo era símbolo de la fuerza guerrera, la sangre y el coraje, por tanto los niños usaban el rosado para prepararse a ser hombres de carácter. En cambio el celeste evocaba la pureza y la delicadeza del cielo, por lo que garantizaba niñas virginales, que al madurar usaban atuendos azules.

Tres décadas después a Hitler como parte de su política de exterminio decidió que las minorías étnicas, sexuales y los políticos opositores usaran triángulos de distintos colores en los campos de concentración, para de tal manera  facilitar la elección de su turno de exterminio. Allí se adjudicó el triángulo rosa a los hombres homosexuales, por tanto se comenzó a dudar de la virilidad de este color.

Luego en la posguerra en momentos que se alentaba el consumo masivo, la industria norteamericana vía estrategias de publicidad posicionó el uso inverso de los colores; rosa para las niñas y celeste para los niños. En realidad así de arbitrarias son las bases de los discursos del fundamentalismo, así de absurda es su oposición a que los niños conozcan un poco mas de historia y cultura, y tomen conciencia de que nuestras identidades de género no tienen nada que ver con los colores.

Y de hecho que si bien la Reina Victoria no inventó la “Ideología de Género”, si introdujo una Política de Estado que afirmaba que hombres y mujeres eran desiguales por naturaleza y por tanto las mujeres debían ser oprimidas o que las sexualidades no heterosexuales deben ser negadas por ser no procreativas y que la pauta debe ser la doble moral que oculta lo que se considera diferente o disidente, es Ideología de Género, pues es una falsa conciencia que se presenta como verdadera y ontológica para justificar las relaciones de opresión.

Enseñar en la Escuela que las relaciones de género son históricas y culturales, sancionar la discriminación y promover el respeto, no es “Ideología de Género”, es formar seres humanos más libres, con menores temores y con mayores capacidades para construir una cultura de paz, basada en el respeto y la sana convivencia.