Cuando se habla de resistencia y prejuicios es más fácil hacer referencia a los clientes o a los usuarios de un bien y/o servicio que brinda la entidad. Sin embargo, la propia entidad y los profesionales participes que llevan a cabo el diseño de estrategias de marketing social también tienen prejuicios y resistencias.
Por cuanto, en el diseño de estrategias influyen diversos factores para la adopción de decisiones; lo ideal sería conocer y entender la forma de comportamiento y noción de la realidad social de la comunidad y con participación de esta diseñar estrategias coherentes. Sin embargo, no es extraño que organizaciones vinculadas al tema social diseñen estrategias tomando como referencia solo el material textual, proyectos y programas diseñados para otra realidad y uno que otro bosquejo de la comunidad.
Parte de la resistencia se debe a que hay una comprensión errada del término de Marketing Social, que en mayor medida es entendido como sinónimo de venta y promoción con fines de lucro y no de estrategias para el cambio de determinadas conductas y con participación de la comunidad.
Las formas de acercarse y percibir la realidad para desarrollar estrategias de cambio se alimenta en la experiencia acumulada, siendo muchas veces frustrante al momento de la ejecución al no traducirse en resultados concretos o en todo caso sufre diversas modificatorias al no ser compatible con la realidad. Es así, como experiencia de desarrollo crea desconfianza mutua (entidad Vs cliente y/o usuario).