Como concepto la Responsabilidad Social es una filosofía que tiene como profundas implicaciones a los valores éticos y morales y cuya principal incidencia se manifiestan en los fines organizacionales (metas), trayendo consigo el beneficio a la afectación a otra persona o a un determinado entorno social (SALAZAR 2001). Por tales motivos la tarea urgente de toda organización debe ser, buscar a construir una comunidad equitativa, promover respeto entre sus miembros y a los recursos naturales, cumplir normas de convivencia y controles sociales de orden democrático.
La cooperativa puede ser definida como una entidad de carácter asociativo que utiliza métodos económico-empresariales. Por tal razón, la cooperativa es muy distinta a una empresa, pues esta se constituye con el solo propósito de obtener lucro, mientras que la cooperativa se organiza para ser fuente de trabajo o de servicio para sus socios. Lo original en la cooperativa es su finalidad y sus principios básicos, pero la administración de ella es similar a la de cualquier otra empresa. Bajo el esquema expuesto como diría Luis Ulloa : “… hablar de la responsabilidad de las empresas cooperativas parece redundante, ya que es como querer hablar de la responsabilidad social de las empresas sociales”. Lo que significa, la esencia misma de toda empresa es su fin social. También se conoce que el concepto de responsabilidad social une dos componentes vitales que hacen legitimas y sustentables estos emprendimientos sociales: la eficiencia unido a la productividad y la transparencia en el cumplimiento de su misión, y la visión de construcción del capital social y la generación de una cultura de responsabilidad social mancomunado interinstitucional a largo plazo en la comunidad en que se desarrolla.
Otro de los puntos esenciales en el entorno de la cooperativa es la interacción con los Stakehloders (empleados, clientes, proveedores,,) para tal efecto si no es capaz de aprender todos los días algo más acerca de lo que es “escuchar, atender, comprender y tratar de satisfacer las expectativas legítimas de los diferentes actores que contribuyen a su desarrollo”, no habría la posibilidad de ser una auténtica organización cooperativa que desarrolle una gestión de responsabilidad social.
Así mismo, entre sus funciones a demás de satisfacer las necesidades de sus socios y sus familias debería de preocuparse por difundir sus valores sociales y velar por la transparencia en sus formas de gestión, tanto frente a sus asociados como de cara a toda la comunidad con una gestión abierta al cambio y pleno compromiso para lograr los desafíos que se han propuesto.