Resulta que un día escuche una convocatoria para la participación en una Ecomarathon, cuyo propósito era promover la conservación, manejo y uso sostenible del ecosistema relacionado con la Puya Raymondi en el distrito de Vischongo situado en la provincia de Vilcashuamán de la región de Ayacucho,,, ummm, no soy atleta, o al menos con trayectoria en eventos similares,,, Pero me gusta la aventura extrema y esta no podía ser la excepción; mas si la característica de la competencia era en el Bosque de Puyas de Raymondi con 21 Km de recorrido, entre los 3,145 y 4,200 msnm.

Un día antes de la competencia, nos dirigiremos hacia el Sur de Ayacucho en dirección a Toccto, Condorcocha que son mesetas extensas y en el recurrido la curiosidad era observar, a parte de la enigmática belleza altoandina, la presencia engalanada de las esbeltas Titankas o Puyas de Raymondi que son plantas exóticas y exclusivas. Que hasta ese momento solo conocía por fotografía. Después de 3.45 horas de viaje por carretera afirmada de unos 110 Km, pasando por paisajes muy pintorescos llegamos al fin, al Distrito de Vischongo, el clima de la zona es seco y frío, con una temperatura mínima entre 5º y 10 º en las noches y máxima entre 12º y 18º durante el día.

La bibliografía refiere que la Puya de Raymondi es una planta perenne de la familia de las bromeliáceas, cuyo tronco es cilíndrico y esponjoso, protegido siempre por unas vainas foliares, lo que sorprende es el hecho de que cada fruto da un promedio de 800 semillas y la planta 6 millones en total. La inflorescencia de la Puya de Raymondi es muy llamativa, sus pétalos son blancos con manchas púrpura y la puya alcanza alturas de hasta 18 metros. Se calcula que el número de ejemplares aproximado es de 140,000 unidades y cubre un área, aproximada de 25,000 Hás entre los distritos de Vischongo y Chiara.Un dato importante: del Distrito de Vischongo a unos 10 Km esta la ciudad Inca de Vilcashuamán, que es la segunda ciudad Inca mas importante después de Cuzco y considerado como el complejo arqueológico Inca y la laguna de Intihuatana que era lugar de descanso de la nobleza Inca.

La mañana del día de la competencia, el sol cae inclemente sobre la pequeña Plaza de Vischongo, hay muchos lugareños que se aglutinan para ver la partida y dar los últimos ánimos a los atletas que van dando pequeños trotes de calentamiento. Desde la plaza se divisa el imponente y amenazante cerro Titancayoc con su inconfundible verdor y negrusco de toda cordillera andina al dar las espaldas al sol naciente de la mañana; y en unos minutos mas será el recorrido.

El trayecto inicial cuesta arriba de 8 km es camino de herradura confuso que va hasta la cumbre de la montaña, es el mas bravo de la competencia, pues comprende pendientes extremos y laderas de unos 75 a 80 grados de inclinación; el esfuerzo que se despliega es lo máximo, todo un espectáculo de adrenalina, y casi al final por alcanzar los 4200 msnm, es evidente la falta de oxigeno, no responde las piernas a mas esfuerzo, pareciera que uno esta cerca a un desmayo,,, en estas condiciones ocurre que me encontré con una angelita, no se como llego, pensé mas de una vez si aun estaba en vida, era increíble, pero real,,, solo atine a dar un largo suspiro para recobrar mas fuerzas y continuar en competencia. Entonces me viene a la memoria la frase de la Ecomarathon del Cielo,,,, ah, comprendí que efectivamente tenia algo de razón en señalar al cielo,,,,. Sobre lo que paso con angelita es otra historia,,,,,

En gran parte del trayecto, frente a mis ojos, estaba la inconfundible figura que domina el paisaje con bello espectáculo. Como unas fogatas verde y espinosa, como un inmenso erizo perdido en las alturas era el Titanca, ticatica, ckara, pua, keshke que son algunos de los nombres con que se conoce a esta planta, una de las más raras y hermosas del planeta. Si pues, me refiero a la llamada Puya Raimondi, asombroso vegetal descubierto en la zona de Chavín de Huantar por el sabio italiano que le dio su nombre. Dicen que la principal atracción es la inflorescencia de la Puya como un espectáculo único, inolvidable y envidiable, pues florece una sola vez en toda su larga vida que puede alcanzar hasta… ¡cien años!. En la etapa de floración, la “giganta” parece un candelabro con una enorme “vela” que crece en un promedio de 6-10 metros y durante decenas de años, sus hojas espinosas van creciendo hasta parecer, en la distancia, un maguey o ágave, de hasta 18 metros de altura. Aunque suene irónico, perece luego de florecer por única vez.

En lo más alto de la cumbre, dan unas ganas de echarse de espalda al suelo y ver un cielo esplendido de color azul, un viento fresco que sube de las laderas, un espectáculo inusual en la aridez llena de pastizales e ichu. También se divisa la puyas como una maravilla, penachos verdes, afilados y espinosos “pompones” aislados en las fuertes y más soleadas pendientes rocosas, entre las chacras limitadas por rústicas vallas de piedras. Eso es todo lo que se distingue de lo más alto que llegue.

De regreso es un descenso acompañado de caminos de herradura, humedales, quebradas, pastizales, senderos peatonales, pedregales que hacen del escenario un espectáculo maravilloso al estar cerca a una diversidad de especies que guarecen en estos lugares, entre las que se destacan los numerosos pájaros, el zorro andino, el venado, la vizcacha, la perdiz, el halcón perdiguero, el perico andino y un cóndor posiblemente; menos mal no me encontré con un Puma,,, 🙂

Bueno; no gane la marathon, pero llegue a la meta como un ganador, aplaudido por el calor humano apostado en las calles y en la plaza, arengando, vivas a su distrito y a los que fuimos participes de la fiesta,,, es una experiencia inolvidable el haber participado y disfrutado de estos lugares como los describí, mas aun con grandes corredores de trayectoria internacional en la fila como Miguel Mallqui, Hugo Paucar y entre otros… Gracias Vischongo¡ Erc Team – Cáritas¡.