Alguna vez alguien sugirió que la Universidad Católica podía cambiar su nombre por Universidad Universal “porque católico significa universal”. Y es verdad, eso significa. Pero, ¿en qué sentido es lo católico universal?
Creo que un viejo eslogan de la PUCP (que escuché cuando aún estaba en el colegio) lo reflejaba bien: “Bienvenidos todos”. La universalidad implica que lo que tenemos para ofrecer a los otros tiene buen destinatario en toda persona, en todo lugar y tiempo. Describe la vocación de un mensaje de poder llegar a todo el “universo de personas”, sin distinción.
La vocación de universalidad, sin embargo, tiene algunas premisas. Una de ellas es la existencia de una naturaleza humana, que sirve de común denominador a ese universo de personas. Sin ella, no podría hablarse realmente de un universo de personas, de una humanidad. A lo mucho, sería una agrupación arbitraria de individuos (que incluye y descarta integrantes según la voluntad de algunos, usualmente poderosos).
En este blog compartimos esa premisa y, por eso, está dirigido a todos los que compartimos esa común dignidad humana. Trataremos temas de fe, filosofía, ética, política y derecho desde una perspectiva católica (y, por tanto, con vocación de universalidad). ¡Bienvenidos todos!