Categoría: General

Poco acostumbrados estamos al cine europeo que, cuando llega, nos parece de difícil visión, ya sea por su estructura, trama o ritmo. No ocurre lo mismo con esta cinta llegada de Irlanda, ya que aborda uno de los puntos negros de la historia mundial del siglo pasado (la segunda guerra mundial, específicamente la fase del holocausto), de manera sui generis: el horror del exterminio judío vista a través de los ojos juguetones de dos niños, un alemán y el otro israelí.

Tarde, pero ya en salas mistianas, la sorpresa del mundo cinematográfico de 2008 y en especial de los recientes premios Oscar: Slumdog millionaire (Perros callejeros) o Quisiera ser millonario como se la ha difundido en el mundo hispano.

Luego de su exitoso paso por la televisión (La oficina y Malcolm), Ken Kwapis regresa al cine con una película que se hace seductora porque combina dos elementos irresistibles: un menú cargado de superestrellas (todos bellos, frescos y jóvenes) y la sempiterna e irresuelta historia de cómo conquistar el verdadero amor.

Es difícil desligar la imagen de Meg Ryan con Sally Albright, ese papel que en la notable película Cuando Harry conoció a Sally, la convirtió en La Novia de América; es decir, una actriz, por excelencia, dulce y romántica. Recordemos que con cintas como Cuando un hombre ama a una mujer, Tienes un e mail o Ciudad de Ángeles, consolidó ese retrato e hizo que Ryan sea eternamente Sally, a pesar de sus intentos de cambiar de perfil, incluso con películas que la presentaban como una mujer dura y/o sexy.

Woody Allen continúa su proficua aventura de rodar en Europa historias que tienen que ver con los juegos y dramas humanos e intercalando con actores del viejo y nuevo continente. La fórmula le está funcionando muy bien y la muestra es la cosecha de varios premios, uno de ellos es justamente con esta película con la que ha logrado que Penelope Cruz se alce con un Oscar como mejor actriz secundaria.

Ad portas del final de la guerra, Adolf Hitler y su comando mayor se resistía a aceptar lo que era inevitable: la más absoluta y vergonzosa derrota. Como es costumbre de las mentalidades totalitarias y abyectas, en lugar de reconocerlo, deciden apertrecharse en su delirante obsesión de ganar y conquistar el mundo. Sin embargo, no todos los de su entorno pensaban así; al contrario, veían en esa mentalidad demencial un peligro para Alemania y deciden eliminar a Hitler en lo que se llamó la Operación Valkiria.

Aunque somos parte de ese séquito incondicional que año tras año está pegado al televisor viendo la fastuosa fiesta del Oscar, como millones de televidentes en el mundo, siento que nosotros participamos de esa ceremonia de manera desventajosa, pues muchas de las principales candidatas o no han llegado o simplemente nunca llegarán a salas mistianas.