De ganadores y responsabilidades asumidas

aqpEstas elecciones presidenciales han arrojado varios ganadores, no sólo PPK. Los analistas coinciden que hay varios, como por ejemplo Veronika Mendoza y Alfredo Barnechea. La primera porque se proyecta como una prometedora figura política de izquierda, candidata presidencial para el 2021 y que, incluso, ya empieza a generar rechazos y temores a través de las redes virtuales. El segundo porque también se erige como el representante de una derecha moderna que, ojalá, termine desplazando al derechismo mercantilista y ramplón que hasta ahora existe. Finalmente, en ese recuento de figuras personales, no puede negarse que otra  ganadora es la propia Keiko, puesto que ha demostrado que su proyecto político es, hoy, el más  fuerte e importante del país, lo que la obliga a ser una de las grandes protagonistas en los próximos  cinco años.

Pero otro ganador, no personal sino colectivo es Arequipa. Su protagonismo desde los resultados de la primera vuelta donde apostó por PPK, fueron determinantes para que desde aquí se extendiera esa ola de honor, moral y dignidad que terminó contagiando a todo el país para que votara no tanto por PPK, sino por lo que él representaba en ese momento crucial: la lucha  por la democracia. Así, Arequipa  renueva el brioso papel protagónico que le tocó asumir en los momentos más aciagos de nuestra endeble república con figuras como Francisco Mostajo, Lino Urquieta, José Luis Bustamante, Víctor Andrés Belaúnde y otros que fueron sostén y columna de grandes proyectos y organizaciones socio-políticas durante el siglo pasado, reafirmando así ese espíritu especial que se condensó en la denominación de “León del Sur”.

El protagonismo ganado por Arequipa en la coyuntura actual, le exige que, al igual que antaño, enarbole las banderas en defensa de la democracia, el honor y la dignidad. Es más, pareciera que es un pedido nacional, puesto que nadie estaría en condiciones de hacerlo. Gran tarea y honor la que el país nos encomienda. La pregunta es: ¿lo podremos hacer? Difícil, pues intentando responder la interrogante, empecemos por reconocer  quiénes son hoy nuestros políticos locales. Lo que yo veo es páramo puro; es decir, ya no tenemos los Mostajos, Urquietas y mucho menos Bustamantes. Hoy tenemos Zegarras, Osorios, López y demás que desparraman todo menos brío, capacidad y entereza. Finalizado la era del liderazgo guillenista, lo último que hemos tenido, hoy se vislumbra la nada.  Si así estamos a nivel de liderazgo local, en el plano de las organizaciones políticas la cosa es mucho peor.

Gran contradicción pues la que Arequipa tiene que resolver, pues por un lado queremos dar  ejemplo nacional de dignidad democrática, mostrando al país el rostro de desprecio a la corrupción y mediocridad, pero internamente vivimos siendo cómplices de políticos y autoridades trapaceras y totalmente inútiles.

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *