¿Por qué perdió Ismodes?

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Más allá de la chanza natural que genera papelones como la de festejar salvajemente, maldecir a los críticos y ducharse no sólo con adulaciones sino también con agua del Tuturutu, antes de conocer los resultados finales de segunda vuelta electoral,  creo que deberíamos indagar sobre las razones por las que Javier Ismodes perdió la Presidencia del Gobierno Regional, mucho más sabiendo que días antes era el virtual ganador, según las encuestas de opinión pública.

Definitivamente en ese análisis hay que reconocer las virtudes que tuvo la campaña de ATF, pero en  lo que me gustaría centrarme son en los errores cometidos por la campaña del arbolito. Creo que una de ellas es lo que habíamos advertido: el silencio de Ismodes frente a la serie de acusaciones que desfilaron las últimas semanas cuestionando su probidad. La mudez no es la mejor estrategia cuando faltando días para una elección trascendental aparecen denuncias. Ni siquiera el “mudo” Castañeda lo hizo cuando, en las elecciones capitalinas,  le ocurrió algo similar. Sin embargo, Ismodes recurrió a esa estrategia, no sabemos si por arrogancia o por temor de saberse descubierto.

 Pero esa mudez se trasladó a otros ámbitos, pues vimos un Ismodes que no quería debatir o mostraba desgano de asistir a los debates. Y ni qué decir, sobre sus repentinos cambios humorales  cuando la prensa le hacía preguntas incómodas. Creo que todo eso fue minando  esa imagen de hombre virtuoso y ecuánime que trató de construir, cosa que no dudo que lo sea, pero cuando se es hombre público hay que recordar siempre a Plutarco; es decir, no se trata sólo de ser sino también parecer.

 Pero otra variable que debiera tomarse en cuenta  está relacionado con el discurso ismodista que se usó en esta campaña; es decir, hay que preguntarse cuán efectivo fue asentar la arenga en lo “empresarial”, en términos como “competitividad”, “empoderamiento”, “anillos virtuosos”, “diamante porteriano”.  A veces cuando escuchaba discursear a Ismodes, me preguntaba si se daba cuenta que no estaba en su instituto dictando clases posgraduales a aspirantes pro patronales.

 Finalmente, también hay que considerar la variable organizativa; es decir, “Arequipa Renace” demostró ser un partido que a pesar de una buena performance en la primera vuelta, con varias alcaldías locales y provinciales ganadas, incluso con consejerías regionales, no es una organización de arrastre. El resultado demostró que poco o nada aportó en esta segunda vuelta, así que eso de que será un “partido nacional” como lo han anunciado sus líderes, es mera ilusión.

 Me imagino que más tranquilos, Ismodes y la organización que lo cobijó, evaluarán todo esto, pues se avecina una nueva contienda electoral y es un hecho que  “Arequipa Renace” será nuevamente protagonista del mismo. Lo que resulte de esa valoración servirá para saber si compiten con él o le dan luz verde para que Ismodes busque otro cobijo.

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