Encuestitis

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La política actual funciona con las encuestas de opinión; es más, éstas pautean (y muchos creen que definen) el pulso de la sociedad en su relación con la política y más específicamente con los políticos o autoridades.  Ya nos hemos acostumbrado  convivir con ellas y prácticamente cada semana nuestras agendas públicas están limitadas a lo que nos dice las encuestas. Sin embargo, en periodos electorales como el que vivimos, las encuestas se convierten en un martirio por su imprecisión o resultados tan variados.

Por ejemplo, esta semana he recibido dos encuestas. La primera dice ser de la UNSA,  pues desde hace mucho tiempo, a través de su Facultad de Economía, arrojan resultados acerca del nivel de aprobación y/o desaprobación de las principales autoridades locales, desde alcaldes, presidente regional, hasta nuestros congresistas.  Según esta encuestas casi todos, especialmente los alcaldes, tiene un buen nivel de aprobación. Es más, la mayoría podría ser reelegido sin las elecciones del 5 de octubre se adelantaran para mañana.

 Otra encuesta que he recibido estos días es de una empresa limeña llamada Innova Internacional. En ella, ninguno sale aprobado, todos, desde Guillén hasta inexistentes como el alcalde de Bustamante, salen desaprobados con promedios que acarician el 70%.  La pregunta que salta de inmediato es cómo pueden existir resultados tan opuestos.

 Hay que reconocer que ambas encuestas exponen su metodología de trabajo (más de 1000 fichas aplicadas con técnica personal, con metodologías de manzaneo, muestreos probabilísticos poliétapico estratificado y márgenes de error de 3 a 5%). Hasta allí, todo bien, el problema, como digo, es el resultado final: o es que la población cambia de opinión de un día a otro, o es que los resultados son tendenciosos, según el interesado que ha contratado la encuesta o al que se le ofrecerá la misma.

 Esto no hace más que recordarnos que hay que tener mucho cuidado con la fiebre de encuestas que va a venir presentándose estos meses, pues así como hay empresas serias  que usan este instrumento para un efectivo análisis y proyección de la realidad, hay otros que apareciendo únicamente en estas coyunturas, han convertido a las encuestas  en otra mercancía que se hace al gusto del cliente.

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