CARA 2013

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La postura de un adolescente trémulo, tartamudeante y sudoroso por los nervios, al extremo de olvidarse la letra del himno nacional en el acto inaugural, describe la imagen que deja la séptima edición del CARA (Congreso Anual sobre la Región Arequipa) que empezó hoy, y que gira en torno al tema del desarrollo sostenible.

Sin la contundencia convocante de otros años, y menos sin la fastuosidad y asistencia masiva de ediciones anteriores, el CARA de este año más pareciera haberse realizado para cumplir con un compromiso o rito que expone un desgaste que hay que lamentar porque desde su primera edición, creímos que la idea era buena en el sentido de ser el único espacio que podía juntar empresa, academia, gobierno  y sociedad civil para discutir temas y políticas ligados al desarrollo de nuestra región.

 ¿En qué momento se disolvió o perdió la oportunidad de hacer de este foro un autentico espacio de exposición, debate y definición de propuestas o políticas para nuestro desarrollo? Hay varias respuestas. Una de ellas se me ocurrió cuando escuchaba al Monseñor Javier del Rio demonizando las políticas públicas que no se ajustan al esquema de su iglesia, y  advirtiendo que habría una cruzada anticatólica para destruir al Perú y al mundo. El Monseñor tiene en el CARA las palabras inaugurales que las pronuncia ante una refulgente imagen que le da al evento un carácter casi eclesial.  Me parece que con esa antesala, el ejercicio de la propuesta o debate se amilana; por tanto, lo que de allí se concluya poco o nada puede servir, pues queda encerrado sólo entre los seguidores a la orden del Monseñor.

 Otra respuesta apareció cuando escuché al congresista Juan Carlos Eguren exponiendo sobre la situación de Arequipa e invocando por la construcción de una visión compartida, un trabajo conjunto y unificador en miras a la Arequipa del 2021. Todo eso lo hacía desde su perspectiva partidaria, pero desconociendo totalmente lo que, desde hace meses, se viene trabajando desde el Gobierno Regional para elaborar el Plan de Desarrollo Regional al 2021.

 Es decir, el CARA parece estar desconectada del trabajo que hacen los actores reales de la política local. Los expositores mayormente son limeños o extranjeros que bienintencionadamente nos traen sus ideas y soluciones, pero que no encajan con las que vienen discutiéndose o decidiéndose aquí, con personajes y actores reales. Por ejemplo, debiera saber el congresista Eguren que la visión que ya se tiene de Arequipa para el 2021 es la de ser un territorio  articulado, culturalmente rico y diverso, ambientalmente sustentable y competitivo, con economía sostenible, que aprovecha responsablemente sus recursos naturales, prioriza la agroindustria, manufactura, minería  y  turismo, su población es culta, educada, saludable, con empleo digno y seguridad. A la vez, debiera ser tarea del Gobierno Regional en publicitar esta decisión para dejar de jugar al síndrome de Colón en este tipo de eventos.

 Pero no sólo hay una desconexión con la política local, el CARA también está desunido de la academia, y creo que esa es otra causa que la estaría lapidando. Los expositores locales usualmente aparecen en los paneles, y creo que no hay mucho cuidado en seleccionarlos, pues la mayoría hace todo, menos aportar al tema en debate. El colmo fue, por ejemplo, esta tarde, que luego de la exposición del viceministro de educación, la autoridad local, el señor Marco Montañez, se retiró cuando le tocaba exponer con la excusa de que su jefecito Guillén lo llamó para una reunión.

 Cuando el CARA cumplió su quinta edición, sugerí a sus organizadores que publicaran una especie de libro memoria que recopile las principales exposiciones y conclusiones, pues creo que la existencia de ese documento sería una forma de manifestar que los dos días de exposiciones y debates no se perderán, o por lo menos quedaría como registros para algunos trabajos universitarios.   Creo que ese es también el gran problema del CARA: un evento que se ha ritualizado, dejando de lado su sistematización académica y, principalmente, su incidencia política. Quizás por todo eso, es que cada año el CARA pasa desapercibido; quizás por todo eso, a pocos les importa; quizás por todo eso, es que ni los alumnos de la San Pablo, que antes le daba vida, les interesa asistir.

Puntuación: 4.50 / Votos: 2

2 comentarios

  • una interesante y reflexiva opinion que merece ser tomada en cuenta por los amigos organizadores, que sin duda, han puesto lo mejor de sus intensiones, pero ello no llena un contexto de espectativas de organizaciones que vemos en estos espacios, unas experiencias que no vale la pena desperdiciar; muy bien Jose en tu sana crítica.

  • yo me acabo de enterar que hubo el CARA. vi el programa y me parecio que no era un evento sobre desarrollo regional. ojala salga mucho mejor el proximo año. saludos.

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