Presentación de mi obra

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Tal como lo conté, ayer lunes se presentó parte de mi obra intelectual en el marco del Séptimo Festival del Libro Arequipa. Esta actividad también se sumó a los festejos de la Escuela Profesional de Sociología de la Universidad San Agustín que este mes cumple cincuenta años. Así, se reseñó también la producción de Julio Fuentes y AriostoCarita. A quien solicité la presentación de mi obra fue a Carlos Rivera y esto fue lo que dijo la noche de ayer en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Arequipa.

LO QUE VARGUITAS SÍ DIJO

Conocí a José Luis Vargas en el año de 1996 en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de San Agustín. Recuerdo que un día ingresó a nuestro salón de clases e ipso facto nos dijo que pusiéramos en el piso nuestras mochilas y cuadernos. Deseaba que las carpetas luzcan impecablemente limpias e impolutas como nuestros cerebros ansiosos de saberes. Porque, ahora, él iba a relatarnos (así como contarnos cuentos literarios) la realidad de nuestro país. Luego, podríamos preguntar, cuestionar e intentar algunas reflexiones críticas.

Éramos cachimbos, éramos inocentes, éramos un tanto ingenuos o idealistas, por eso recuerdo aquellas magistrales clases que nos dictaba: fascinantes, locuaces y poniéndonos los pies sobre la tierra. A él le debo conocer a Julio Cotler, Nelson Manrique, Carlos Iván Degregori, Gonzalo Portocarrero entre otros. Y no porque me los presentará en un café, sino porque los citaba y había que saber y estudiarlos para ver porqué las referencias del buen Varguitas (disculpen por estas confianzas).

Es imprescindible asumir que, ahora, en esta difícil tarea que me encomienda José Luis: la de comentar su obra que de una u otra manera conozco y que explicaré desde mis humildes perspectivas. No voy a separar al hombre de la obra, no voy a proponer teorías interpretativas de los textos. Voy a intentar una mirada personal, es decir estar en sintonía con lo que podría resumirse en una palabra de lo que para el suscrito significan sus libros: una miscelánea.
Miscelánea no en el sentido revisteril o mediático sino en el sentido profundo de temáticas con esa mescolanza Académica-Comunicacional y Sociológica.

Esos variopintos intereses de José Luis lo obligan a no desmerecer los distintos discursos que brotan en la sociedad peruana, esas expresiones que aturden o confunden las relaciones de Estado, democracia y ciudadanía. Por eso tal vez fue el único arequipeño que se atrevió – en pleno auge de la dictadura fujimorista- a presentar su trabajo “Adiós a la vergüenza, los talk show en el Perú”, donde muestra el descarno y la suciedad de esa llamada televisión basura. Pero con estadísticas y trabajo de campo que otorgue sustento a la investigación. Pero Varguitas ya venía de haber fundado “Arequipa al día”, además de ser director editorial y escribir artículos sobre distintos temas en dicho diario que fue reflejo de una perspectiva moderna y ágil de hacer periodismo. Igualmente, podíamos verlo animando debates, mesas y –como siempre y hasta hoy- enseñado en la universidad. En eso hay que hacer un hincapié y agradecer la actitud servicial del mencionado para cualquier conclave académico. Entonces, mientras unos se atrevían con el articulismo a criticar a la mafia televisiva, Varguitas lo hizo con un libro.

Luego pude leer “Cuarto de hora: ensayos de cultura, comunicación y política del Perú contemporáneo” libro ya pleno de una temática y genero diversos: ensayo, articulo, reflexiones comentarios de libros, conferencias y presentaciones. Mientras leía dicho libro, descubrí a mi gran amigo Orlando Mazeyra Guillén quien aparecía en estas páginas como símil de la representatividad cultural literaria arequipeña: reclamante y descontenta. Me interesaron esas perspectivas sobre el discurso popular, el comentario sobre los cómicos ambulantes y del trabajo que iniciara Víctor Vich. La presentación sobre el libro de Henry Pease “Los años de la langosta”. La escena política del fujimorismo en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Arequipa. Eran perspectivas atrevidas aseveraciones del modus social arequipeño y peruano.

Con “Mundo Ordinario” el autor recoge sus escritos del blog que le otorga de cierta “famita mediática” (lo digo con cariño y sin envidia) donde escribe de todo y para todos. Nos muestra esa microsociología, esa vida cotidiana, ese mundo ordinario donde convivimos día a día. Entonces hallamos el amor, la navidad, las relaciones de poder, inclusión, pobreza literatura, sociedad. Que el libro se circunscriba al comentario no le quita méritos de precisión o puntualidad ante el hecho noticioso o la coyuntura política y social. Sabemos que tiene otros libros de especialidad sobre el Estado y sociedad y gestión pública. Como él dice, escritos por encargo pero con notables afanes didácticos, ilustrativos y de meritoria exposición en fuentes y teorías que dan sustento a los temas abordados.

En fin, no pretendo con esto decir que Varguitas es un diletante o un comunicador nato, lo suyo es las Ciencias Sociales, específicamente la Sociología, sólo que entre los modos y maneras que tiene de aleccionarnos lo hace con esas armas de la comunicación, la historia, la política para hacernos más ameno el asunto. Y digo recalcando su profesión de sociólogo por que no le perturba estudiar cualquier fenómeno de la sociedad peruana. Lo hace sin complejos ni culpas: a través de una película, una canción, un libro o alguna paparruchada de un político o autoridad, ese enorme abanico de los peruanos que es tan rico y sustancioso estudiarlo con matices.

Estas cosas nos dijo (con sus libros) José Luis Vargas Gutiérrez. Estamos seguros que tiene muchas más por escribir. Mi estimado amigo, a veces afirma, que no tiene discípulos y aquí uno que lo grita con orgullo dándole un adiós a la vergüenza en este mundo ordinario que ya reclama su cuarto de hora.

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