Feliz 2013

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Cuarto día del 2013 y no dejo de escuchar y leer lo auspicioso que será este año para nuestro país. Los economistas nos dicen que creceremos a un ritmo del 8% o 9%; los políticos nos dicen que un cuajado Ollanta se pondrá los pantalones y dejará el piloto automático para tomar las riendas y hasta las pitonisas auguran un buen año, bajo el aura de la serpiente.

Me parece bien que la gente se llene de entusiasmo o “vibras positivas” al comenzar el año. En ese aspecto, nuestro país está, incluso, tomando la vanguardia del optimismo, según una reciente medición internacional, situación curiosa en una sociedad como la nuestra acostumbrada al pesimismo, o a la cultura del “más o menos”. Sin embargo, todo ese entusiasmo no debiera nublarnos para tener en cuenta varios riesgos que se vienen este 2013.

Económicamente, por ejemplo, sería mejor esperar un ritmo de crecimiento del 6% como lo ha planteado el mismísimo BCR, en lugar del entusiasta 8% ó 9%, pues no hay que olvidar que en el plano internacional, la cosa no pinta bien y la nuestra es una economía muy dependiente, así que lo que sucede fuera nos va a repercutir, tarde o temprano.

Políticamente, no veo a un Humala que decida tomar el timón para gobernar; al contrario, todo el escenario político lo veo más complicado, en especial en Lima, ya que se viene la revocatoria que, querámoslo o no, será traumático. Por otro lado, como lo estamos viendo, el Congreso ahondará su desprestigio por el tema de sus ingresos, agudizando la ya difícil relación entre Estado y sociedad peruana. Si a eso le sumamos que a mediados de año tendremos la decisión de la Corte Internacional de La Haya y luego los preparativos para el año electoral 2014, que incentivará la protesta y los conflictos sociales, entonces el espacio político estará muy movido.

Finalmente, aunque los esotéricos creen que siendo este el año de la serpiente, reptil considerado sagrado, afortunado, protector y sabio por la cultura oriental, lo real es que un año es eso, un simple año que no viene signado por fortunas, protecciones o milagros; en todo caso si eso es lo que deseamos tener en los próximos trescientos y tantos días que siguen, eso no dependerá de una serpiente o culebra, sino del esfuerzo y trabajo responsable que despleguemos cada uno de nosotros. Así de simple. Es en ese marco que sí creo que éste será un buen año.

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