Julio Cotler

En el reciente congreso de la LASA (Latin American Studies Association) nuestro colega, amigo y, principalmente, maestro, Julio Cotler ha sido distinguido por su trabajo sociológico. Quienes hemos sido sus estudiantes y luego trabajado con él, no podemos más que sentirnos felices por tan reconocido reconocimiento, que se suma a los muchos que Cotler ha recibido y, de seguro, seguirá recibiendo por el trabajo de hacer de la sociología y las ciencias sociales en general, un instrumento valioso para entender nuestra realidad.

Su obra, vasta y siempre inquietante, ha sido y seguirá siendo fundamental en la formación de los científicos sociales. A pesar de los años, su Estado, clase y nación, con el que me formé, sigue siendo de lectura imprescindible y debiera serlo de manera obligatoria para todos nuestros políticos o que fungen de ello. Les dejo una reseña que Eduardo Dargent ha escrito sobre Cotler, convertido hoy, además, en uno de los más importantes visionarios y pensadores de nuestro país.

Cotler.- El viernes último, la Latin American Studies Association, asociación de académicos enfocados en América Latina, entregó su prestigioso premio Kaltman Silverta a Julio Cotler por su contribución “al conocimiento de las ciencias sociales en América Latina”. En su discurso de aceptación, Cotler realizó un fascinante repaso de su trayectoria, resaltando cómo distintos eventos sociales y políticos marcaron su desarrollo intelectual y sus posiciones políticas.
Fue muy emocionante escuchar estas reflexiones, así como ver el cariño y admiración de diversas generaciones de estudiosos de la región presentes en el auditorio. Cotler narró, por ejemplo, cómo desde sus tiempos de estudiante en un contexto radicalizado, una serie de eventos lo fueron vacunando contra promesas autoritarias de cambio social y de culto a la personalidad, desde los excesos del totalitarismo soviético hasta los abusos de caudillismos y gobiernos autoritarios de toda laya en América Latina. Estas experiencias lo llevaron hacia el liberalismo y la valoración de la democracia como régimen político.

Asimismo, discutió cómo sus estudios doctorales en Francia lo expusieron a diversas aproximaciones teóricas que buscaban entender un mundo en vertiginoso cambio social, así como a ardientes debates sobre el fin del colonialismo y la guerra fría. Tras graduarse como doctor en sociología en los sesenta, Cotler participa en una serie de proyectos en Estados Unidos y Europa que investigaban la política en sociedades en desarrollo. Nos contó cómo su exposición a aproximaciones teóricas diversas –como las teorías de la modernización y la dependencia– fue marcando su visión de estos procesos.

Con este bagaje, Cotler retorna al Perú en los sesenta para iniciar, desde el Instituto de Estudios Peruanos, una serie de investigaciones sobre los cambios y continuidades de un país en ebullición. De este periodo nos quedan algunos trabajos fundamentales que años después servirían como base para Clases, Estado y Nación, su principal texto. Exiliado por el gobierno militar debido a sus críticas al proyecto modernizador autoritario de Velasco, se vincula por esos años con los estudios sobre régimen político y transición democrática en América Latina.

Años después, regresa al país y presencia la debacle del Perú en los ochenta. Las críticas a las élites políticas de esos años en su discurso fueron demoledoras, resaltando cómo tanta irresponsabilidad fue una de las causas del fujimorismo. Concluyó discutiendo la situación actual del país, comentando algunos cambios que considera positivos, pero alertando sobre los enormes costos y riesgos de nuestra debilidad estatal e institucional.

Personalmente, recojo tres facetas de la vida y obra de Cotler que se celebraron ese día. Primero, se aplaudió al intelectual que está por encima de posiciones ideológicas o analíticas fáciles, posiciones que explican todo y no cuestionan sus propios límites. La obra académica de Cotler, así como sus opiniones públicas, no ha seguido modas, sino que siempre ha estado en diálogo permanente con nuevas teorías y con la realidad, aprendiendo y revisando sus ideas.

Segundo, celebramos al académico cosmopolita que se vinculó a comunidades de estudio del mundo y en cuya obra sitúa al caso peruano en un contexto amplio para así poder entender mejor las particularidades de su país. Al vincularse a debates que en ese momento atravesaban el mundo y comparar el caso peruano con países como México, Argentina y Venezuela, logró resaltar diversos aspectos que hacen al Perú un caso interesante de estudio.

Finalmente, se celebró a un demócrata. Julio Cotler ha sido una de las pocas referencias de coherencia democrática par

a muchos de mi generación. No se dejó seducir por autoritarismos de ningún tipo, ni por promesas de cambio acelerado que sacrificaban la libertad, ni por mesías iluminados. Su denuncia a los costos de estos proyectos autoritarios y excluyentes ha marcado su actividad pública en las últimas décadas. Es esta desconfianza del poder y la búsqueda de límites claros a la acción del Estado, bases de la tradición política e intelectual del liberalismo clásico, las que hacen a Cotler un demócrata consecuente en un país donde no abundan. Por todas estas razones, un merecido reconocimiento.

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