¿Quiénes pararon hoy?

Los sindicatos obreros nacieron con la revolución industrial en el s. XIX y fue la mejor expresión organizativa de esa nueva clase social para luchar por sus reivindicaciones. Con el afianzamiento del capitalismo, los sindicatos también se tornaron poderosos, al extremo que algunas ideologías como la marxista, vio en ellos los adalides de una nueva etapa socio-histórica: el socialismo. En nuestro país nunca hubo un proceso capitalista serio, mucho menos una revolución industrial; por tanto, los sindicatos nacieron parapléjicos.

Con el advenimiento de una nueva sociedad, como la postindustrial o infocomunicacional que estamos viviendo, los sindicatos han perdido más peso aún, y en países como el nuestro, son casi imperceptibles para el poder. Por eso, cuando escucho, como hoy que, “los sindicatos de trabajadores salieron a las calles a luchar por los intereses del pueblo”, suena realmente a risa. En conclusión, un paro como el ocurrido hoy en Arequipa, no tiene ningún peso sindical y mucho menos político.

Para confirmarlo, solo bastaba salir a ver quiénes llegaron a la Plaza de Armas a dar algunas gritas: el gremio profesoral, trabajadores municipales, miembros de AUPA y punto. ¿Dónde han estado los sindicatos de trabajadores, los obreros o clásicos proletarios que buscan transformar la sociedad previa organización partidaria? Brillan por su ausencia, simplemente porque cada vez existen menos y si los hay, no están agrupados en ningún partido político, porque, a la vez, éstos sencillamente no existen en nuestra ciudad.

¿Entonces, qué es lo que ha ocurrido hoy en Arequipa? Algo más claro que el agua: una demostración de fuerza, una pulseadita de algunos dirigentes encaramados en ciertas organizaciones gremiales y populares, muchas de ellas fantasmales, para decirle al gobierno humalista que están allí, esperando en mesa para negociar algunas prebendas de poder, del cual se sienten marginados. Nada más.

De paso, el desfile de hoy de profesores sutepistas eternamente resentidos y municipales; es decir, Estado contra Estado, les ha servido a los dirigentes, también, para demostrarle al Gobierno Regional, principal fuente de su manutención, que sirven para algo, que allí radica su personal fuerza: en movilizar esas masas ignaras y desleales que manejan al gusto del potencial cliente político.

Para eso ha servido el paro de hoy. Esta noche, los señores Dominguez y López dormirán con una sonrisa dibujada en sus rostros por la supuesta fortaleza readquirida de sus endebles organizaciones e imaginando cuándo los llamarán desde Palacio para una reunión, y también con el pecho hinchado pasarán a recoger el chequecito del Gobierno Regional, cuyos funcionarios se sentirán más protegido por el supuesto “apoyo popular” que le dan los Dominguez y López. Real politik le dicen algunos; manejos de familia, le dicen otros.

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