Arqueo del 2011

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Prácticamente a horas de finalizar el 2011, es inevitable hacer un arqueo o balance de este singular y especial año. Singular y especial, porque este no ha sido un año cualquiera para el mundo y en especial para nuestro país. Muchos especialistas coinciden en señalar, por ejemplo, que para el mundo este es un año marcado por un punto de quiebre de un capitalismo desmesurado por la usura, por una lógica irracional del mercado que ha puesto en jaque a varias economías del mundo y que en el Perú deberíamos mirar con atención porque sus efectos negativos los vamos a sentir a lo largo del 2012.

Para nuestro país, el 2011 ha sido un año singular porque, como sabemos, ha sido un año marcado por las elecciones nacionales que nos ha permitido no sólo tener a nuevos gobernantes, sino también nos ha permitido reencontrarnos con aquellos fantasmas que hacen aún muy difícil una mirada en conjunto como país; es decir, este es un año que nos ha enseñado descarnadamente , en primer lugar, que no tenemos vocación democrática al haber elegido para presidente entre dos opciones con pasados sinuosos y vergonzantes; y en segundo lugar, nos hemos vuelto a demostrar que tenemos una vocación suicida como país al terminar eligiendo como gobernantes a clanes familiares cuyo aprendizaje de la cosa pública, la hacen estando en el Palacio de Gobierno.

A pesar de esa incertidumbre y espíritu suicida demostrado en las pasadas elecciones nacionales, el país, luego de cinco meses del nuevo mandato, respirar tranquilamente, ya que Humala y familia parecen haber aprendido que una cosa es con guitarra y otra con cajón, y, por lo menos, han garantizado, que el modelo económico seguirá invariable, premisa básica que les permitirá poner en marcha su gran proyecto de inclusión social. Sin embargo, no hay que descartar que justamente esa nueva actitud gubernamental, le reste apoyo al nuevo gobierno que se traducirá no sólo en mayor desencanto, sino en un agitado clima de protesta social.

A nivel local, este 2011 es de un total chasco, pues el fin de este año coincide con el primer año de mandato de nuestras nuevas o reelectas autoridades locales, principalmente en lo provincial y regional. Como sabemos ha sido un año inútil para Arequipa, donde nuestras autoridades han hecho gala de su total incapacidad. Concretamente, pareciera que Alfredo Zegarra es bueno sólo para gestionar un distrito clasemediero como José Luis Bustamante y Rivero donde las preocupaciones básicas son el club de ancianos o la plantación de florecitas en los parques. Es una pena decirlo, pero parece que el sillón municipal le queda muy grande a Zegarra, frustrando así no sólo las expectativas que generó ante una Arequipa que exige de un auténtico mando edil, sino sus propias expectativas como político.

Y del Gobierno Regional y en especial, de Juan Manuel Guillén Benavidez, este 2011 nos ha demostrado cuan funesta son las relecciones de gente o equipos que no tienen una visión seria de Arequipa. El 2011 ha sido, en términos de desarrollo para nuestra ciudad, totalmente perdido. No hubo un milímetro de avance en relación a los grandes proyectos anunciados como el Puente Chilina o Majes Siguas II. Lo peor es que todo parece indicar que los próximos años de este reelecto gobierno regional, serán lo mismo de inútiles para el desarrollo de nuestra región. Ojalá esté equivocado; y si es así, entonces que el 2012 sea un feliz año para nuestra Arequipa.

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