El origen

Luego de semanas interminables de muñecos, ogros verdes, villanos amigables y adolescentes mononeuronales, llega al fin una cinta para gente adulta o por lo menos para gente que quiere ver buen cine y, a la vez, experimentar con cosas novedosas. La espera se vuelve más interesante aún si se trata de una película de Christopher Nolan que, como sabemos, tiene un notable cartel que mostrar.

El origencumple a cabalidad esos requisitos: es una cinta, técnicamente, impecable y preciosista, lo cual demuestra lo sistemáticamente escrupuloso que ha sido el director británico, a pesar que anunció que esta cinta la iba ser “de relajo”. Si a eso se le suma una vitrina de actores, de primera y también impecables, como Leonardo DiCaprio, Marion Cotullard, Michael Caine, solo por mencionar a una constelación de estrellas, entonces la cinta merecería ser perfecta. Pero no lo es.

Para nuestro gusto, la propuesta de Nolan es atractiva, pero termina siendo abrumadora y… pesada, pues retoma una historia basada en el mundo onírico; es decir, esos relatos que se zambullen en el imaginario y en los sueños de los protagonistas creando así realidades alternativas que llegan a marear y a confundir si es que uno pierde un solo segundo de atención a la proyección. Allí empieza otro de los problemas, pues a la historia ya enredada se le suma una serie de galimatías “científicos” que confunde mucho más, no porque estemos desatentos o seamos ignaros en el tema, sino porque deliberadamente eso es lo que ha buscado el director. Si a todo eso, le agregamos las dos horas y pico que dura la cinta, entonces, llegará un momento en que la película nos parecerá insufrible.

Nolan demuestra pues, que no sólo está haciendo el cine que le gusta, lo que lo convierte en un director de culto, sino también que está experimentando con historias, filmaciones y también con los espectadores. Si queremos ser parte de ese proyecto, entonces rindámonos incondicionalmente, pues nada malo nos pasará.

Puntuación: 5.00 / Votos: 2

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