La riqueza de El Búho

Pero, cómo es posible que no hayas ganado plata?, me pregunta asombrado un amigo cuando, sacando pecho, le cuento que el semanario El Búho acaba de cumplir diez años. No entiendo qué es eso de dedicarse a difundir cultura tantos años, es de locos, me vuelve decir este amigo, próspero empresario que corta la conversa porque ya tiene que viajar rumbo a Miami donde inaugurará una nueva sucursal de su empresa.

Yo quiero detenerlo para hacerle entender que en la vida no todo es riqueza económica, pero será en vano, pues no me entenderá ya que nuestras valoraciones y conceptos son totalmente diferentes. Para él su mundo conceptual está basado en hacer plata, acumular capital y luego detentar poder basado en sus cuentas bancarias. Lo mismo pensaba con un ex primo que no entendía cómo es que yo me preocupaba en ahorrar para publicar un libro. ¿Un libro, pero para qué gastar en un libro?, me preguntaba mirándome como un bicho raro. Ahora, lo cierto es que como ellos piensan una gran, inmensa mayoría.

Por eso es que no entenderán un proyecto como El Búho, semanario que nació hace diez años y que desde el primer número se dedicó a difundir cultura, que para mí es su principal componente, el otro es el análisis político de los principales hechos de la semana. Nunca pensé que una aventura que se planeó para unos cuantos meses y con un objetivo inmediato (frenar la corrupción fujimorista que tentaba su tercer e ilegal gobierno) fuera durar tantos años. Sin embargo, haber persistido diez años significa que esa apuesta fue la correcta, a pesar de todos los problemas que, tanto a Mabel, su directora, como a mí, nos ha causado.

Yo siento, por ejemplo, que mi tozuda apuesta por El Búho y la tarea inquisidora que durante años hicimos denunciando inútilmente la descomposición de mando de la universidad agustina, aquietó mi carrera universitaria. Diez años después, sigo como simple profesor con ascenso frenado, sin ningún cargo universitario, y trasladándome en combi. La suerte de mis colegas que hace diez años estaban en lo mismo ha cambiado: hoy ostentan cargos y no ocultan sus mejoras materiales y menos su creencia que yo soy un traidor por criticar y fiscalizar a una universidad pública. Es decir, ellos están peor que el amigo que reseño al principio, pues no sólo no entienden de los varios tipos de capital, sino que su medianía les impide comprender que los cargos públicos no son sinónimo de feudalidad que pueden manejar a su antojo apropiándose de sus dineros o repartiendo puestos a sus hijos, hijas y romances furtivos.

Al igual que el empresario hotelero, siento que detenerse a conversar con esos colegas universitarios es una tarea vana, pues también sus valoraciones y conceptos son tan diferentes que no entenderán que, parafraseando a Bourdieu, existe un capital simbólico, una riqueza personal que está basada en la honestidad, competencia y solvencia moral. Esa es la riqueza que he acumulado estos diez años con El Búho, riqueza que me obliga a trasladarme en combi y muchas veces comer un menú, pero que a la vez me gratifica dándome un viajecito anual a cualquier parte del mundo para conferenciar esa experiencia, sacar pecho por aportar minimamente a la formación ciudadana con análisis social y promoción cultural, dormir tranquilo, mirar de frente a la gente y, fundamentalmente, tener la seguridad que mis hijos no sentirán vergüenza cuando oigan hablar de su padre.

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4 comentarios

  • Coincidencia mayor no podría haber;
    Hay gente que aprecia lo material, lo pasajero. Pero jamás entenderán lo simbólico, lo trascendente.
    Aquello que, irremediablemente rico, nos proporciona la lectura, la cultura.
    La actitud servil trae consecuencias materiales en el corto plazo, pero crea una pobreza simbólica insalvable en el largo plazo. Esa indigencia es la que se recicla en la universidad…

  • Coincidencia mayor no podría haber;
    "Hay gente que aprecia lo material, lo pasajero. Pero jamás entenderán lo simbólico, lo trascendente.
    Aquello que, irremediablemente rico, nos proporciona la lectura, la cultura.
    La actitud servil trae consecuencias materiales en el corto plazo, pero crea una pobreza simbólica insalvable en el largo plazo. Esa indigencia es la que se recicla en la universidad…"
    WALDIS, tienes tv plasma? usas directv?, tines blackberry?, donde vives?, en que colegio terminaste la secundaria?; que prefieres un mp4 o un ipod? (lo tienes?), que marca y modelo de auto posees?, que marca de reloj usas?, comes tres veces al dia?, cuantas veces al año sales del pais para vacacionar? (no a bolivia), cuanto ganas al año?, tienes tarjetas de credito (no estilos ni vea); si la rpta es si, ¿que tarjeta tienes? y por ultimo para que trabajas? , solo para comer?.. crees ser muy culto? tons habla con mi papá. Cuantos libros lees al año? (con que los compras?)

  • Hola hola;
    Bueno, al escribir: "coincidencia mayor no podría haber". Me refería a la frase contundente con la que José Luis Vargas termina su artículo. Y, ¿cuál es? "…parafraseando a Bourdieu, existe un capital simbólico, una riqueza personal que está basada en la honestidad, competencia y solvencia moral".
    Pues tales palabras las hago enteramente mías.
    Guardando las distancias pienso que Pierre Bourdieu lleva razón.
    Por otro lado, estudié en tres escuelas de la universidad San Agustín (Comunicaciones, Literatura y Derecho) y, perdón por lo que digo, pero sospecho que he conocido un poco su realidad. Ahí concuerdo con José Luis cuando indica la "…descomposición de mando de la universidad agustina".
    Disculpen por lo que escribo…pero, pero, eso pienso. Y como decían los latinos COGITATIONIS POENAM NEMO PATITUR.
    Gracias, gracias José Luis por la tribuna.
    Waldis Ayamamani Torres

  • que comentario tan desatinado el de kike debe precisar a donde quiere llegar con sus preguntas. El poseer o carecer de esos bienes que relevancia tiene? debe explicarlo

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