Dragonball: Evolution

“Sabemos que será mala, pero igual hay que verla, para recordar nuestra infancia”, es lo que escuché repetidamente en la cola del cine a púberes o jóvenes que, de hecho, crecieron con esta manga nipona creada por Akira Toriyama, y considerada como una de las cien mejores series de animación de toda la historia.

Eso es lo que también nos animó a verla; es decir, rememorar, algunos pasajes adolescentes y además ver la adaptación, en personajes de carne y hueso, de Gokú, Bulma, Krilin, entre otros.

La historia original, la que pasaron y que puede seguir viéndose por la televisión peruana, es larga, incluso dividida en tres partes, Dragon Ball, Dragon Ball Z y Dragon Ball GT. La cinta ha querido unificar todo y quizá eso es lo que la hace caer; es decir, no ha sabido respetar la esencia de los personajes que hicieron que la búsqueda de las esferas del Dragón fuera tan popular en el mundo y también en nuestro país.

En otras palabras, si es que esperan reencontrarse con el Gokú inocentón parado sobre su nube, comiendo pantagruélicamente, o al calvo Krilin, o a Bulma con su radar, todos ellos envueltos en bastos paisajes naturales vistos generalmente desde el aire, si creen que se reencontrarán con todo ese universo mágico, es mejor que no vayan.

Quizá lo único que salva la cinta son algunas secuencias de acción que están bien concebidas, pero, en su totalidad, por el vacío argumental, diálogos tontos, incluso escenario y vestuario, todo termina arruinando no sólo la cinta sino la ilusión, aquella que nos animó a ir al cine para reencontrarnos con una parte de nuestra infancia o adolescencia.

Puntuación: 5.00 / Votos: 1

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