El Oscar de Slumdog millionaire

Aunque somos parte de ese séquito incondicional que año tras año está pegado al televisor viendo la fastuosa fiesta del Oscar, como millones de televidentes en el mundo, siento que nosotros participamos de esa ceremonia de manera desventajosa, pues muchas de las principales candidatas o no han llegado o simplemente nunca llegarán a salas mistianas.

Es decir, participamos de la ceremonia casi a ciegas, apostando por alguna candidata sin haberla visto o simplemente guiados por cierto comentario leído u oído, nada más. De alguna manera la piratería nacional, ha menguado en algo esa orfandad; es decir, algunas cintas que están en competencia las vemos gracias a la genialidad de nuestros piratas que sin entender cómo tienen algunos títulos, y si se los pedimos, vía delivery, nos hacen llegar todo lo que queramos, pero no es igual, pues varias cintas o están mal copiadas o aún no se encuentran en dvd, o simplemente, nunca será igual ver una película en pantalla grande, para lo que fueron originalmente hechas, que en televisor, por más plasma o lcd que tengamos en casa.

Así, el Oscar 2009 ocurrida la semana pasada, la he visto con esa desventaja, pues de las cinco nominadas a mejor película y toda la secuela que eso origina, sólo una he visto en cine (El curioso caso de Benjamin Button). Del resto, sólo vi dos en dvd piratas (Slumdog Millionaire, y El lector). Quizás porque

la disfruté en pantalla grande, la cinta de David Fincher, me pareció que debía ser la gran ganadora el domingo pasado; además, estaba antecedida por la mayor cantidad de nominaciones y porque, en realidad, me pareció una película que se ajustaba a los gustos de la Academia; es decir, una cinta hecha para tocar las puertas del Oscar a la mejor cinta de 2008 por ser preciosista, meticulosa, con sus buenas dosis de sensiblería y moralina, etc. Pero no fue así, como sabemos la gran favorita, resultó la gran fracasada de la noche.

El campanazo lo dio Slumdog millionaire, (Perro de choza con mucha plata, pero que ha sido traducida a ¿Quién quiere ser millonario?), es una cinta dirigida por un inglés (Danny Boyle), pero hecha con cierto formato del cine hindú, una de las grandes mecas productivas del cine en el mundo. Slumdog millionaire, es una buena película, no hay que negarlo. Conserva esa vena clásica del cine indio: el enfoque profundo, sin explicarlo ni contextualizarlo, tanto a la miseria y la riqueza social, dos realidades que se contraponen hoy en ese país que, junto a la China, viene dominando al mundo.

Recuerdo que la primera película hindú que vi fue de niño. Madre india se titulaba y era una bomba lacrimógena, pues trataba de una familia pobre que cae en la trampa de un prestamista que intenta quedarse con lo poco que tienen. Luego vendría Jocker y una secuela de títulos que duraban meses en la cartetelera limeña, todos publicitados por el Trampolín a la fama de Augusto Ferrando. Tiempo después, ese circuito del cine indio cayó de manera oficial, pero no desapareció pues se que se mantiene efervecente en círculos piratelires donde, incluso, se imita y compite con los bailes y vestidos. Es decir, Slumdog millionaire puede que en nuestro país reavive, oficialmente, el cine hindú por contar con gran cantidad de seguidores, tal como ocurre con la telenovería coreana. De ocurrir eso, sí podríamos acercarnos al cine indio, pues hay que reconocer que Quién quiere ser millonario, no representa el cine de ese país. Por eso hay que comprender que en la propia India se dice que esta cinta es de los 150 millones de clasemedieros emergentes que hay hoy en ese país. El resto, más de mil millones, incluso la han rechazado hasta por el título que consideran ofensivo.

Como entenderán, todo esto aumenta las expectativas para que vean a la película sorpresa de la reciente edición del Oscar. Pero eso sí, como lo haré yo para reivindicarme, véanla en el cine, como debe ser.

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