Advertencias económicas

Lunes negro, crisis mundial de la bolsa, entre otros titulares aparecidos estos últimos días, no sólo daban cuenta de la crisis económica norteamericana (especialmente la quiebra de Lehman Brothers), sino de las repercusiones que habrá en la nuestra. Los especialistas dicen que hay que tomar las cosas con calma, mientras nuestro ministro de economía, ocultando su miedo, toma más medidas de ajustes

Como cualquier fenómeno social, de esta crisis (la americana) ya se sabía desde hace tiempo. Que los políticos y especuladores financieros no hayan hecho los correctivos necesarios para enriquecerse desmesuradamente, es otra cosa. Para corroborarlo, les paso un artículo tomado del New York Times acerca de Nouriel Roubini, el nuevo gurú de la economía mundial y quien predijo qué le sucedería a EEUU y lo que se vendrá, así que a estar preparados y ojalá que nuestra autoridades del sector hagan los correctivos necesarios, aunque lo dudo, pues siempre es comodo echarle la culpa al Factor externo. Advierto que el artículo es un resumen antojadizo, pero si les interesa leerlo completo, háganlo aquí.

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Doctor fatalidad

Nouriel Roubini, profesor de economía de la Universidad de New York advirtió en septiembre del 2006, en el FMI, que la crisis estaba en efervescencia. Tiempo después, anunció que la crisis se centraría en el sector inmobiliario, el alza fuerte de los combustibles y finalmente una profunda recesión. La secuencia, dijo, sería la siguiente: propietarios de casas dejando de pagar hipotecas, billones de dólares de títulos respaldados en hipotecas al descubierto, crisis financiera mundial cercana a la parálisis. Esta secuencia de eventos podría dañar o destruir fondos mutuos o los bancos de inversión y otras mayores instituciones como Fanny Mae y Freddie Mac. La audiencia no le creyó.

Roubini era conocido por ser un pesimista perpetuo. Un economista dijo que las predicciones de Roubini no descansaban en modelos matemáticos y menospreció sus predicciones. Pero Roubini fue rápidamente reivindicado. El año siguiente los prestamistas de las hipotecas subprime entraron en bancarrota, los fondos mutuos comenzaron a bajar pronunciadamente, hubo una declinación del empleo, un deterioro del dólar y el siempre creciente mercado inmobiliario se acercaba a una catástrofe, mientras crecía un ambiente de pánico en los mercados financieros.

El año pasado mientras los optimistas declaraban que lo peor de la crisis ya había pasado, Roubini persistía en su firme pesimismo. En febrero los conocedores reconocidos de Walt Street mantenían que las firmas tradicionales de inversiones capearían la crisis. Roubini advirtió que una o más de ellas se hundirían, y seis semanas más tarde el banco Bear Steams colapsó. Siguiendo una inusual y extraordinaria serie de medidas, en la primavera, la FED abrió línea de créditos disponibles para los bancos de inversión selectos y para las casas de brokers. Muchos economistas dieron cuenta de que la crisis de crédito había terminado y que la recesión se había evitado. Roubini dio poca importancia a estas medidas, dijo que esto no eran más que unas medidas autocomplacientes, y siguió firme en su guión pesadillezco de eventos: una ola de quiebra de corporaciones, un colapso en los mercados de inmobiliarios y de presupuestos municipales, la posible quiebra de una gran cantidad de bancos regionales colapsarían generando pánico en los depositarios.

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Como consecuencia, Roubini, un respetado pero oscuro académico había devenido en una figura mayor del debate público sobre la economía: el profeta que vio lo que venía.

Roubini fue invitado para hablar en el congreso, el Consejo de Relaciones Internaciones del World Economic Forum en Davos. Él ahora trabaja como un consultor. Invierte mucho de su tiempo en reuniones con los gobernadores de los bancos centrales y de finanzas, y ministros de finanzas de Europa y Asia. Aunque él continúa manteniéndose en sus profecías apocalípticas, de una decidida línea que va a contra la corriente- especialmente en su popular y polémico blog donde da visiones de la masacre ” de la equidad del mercado” y ” la ruina del sistema bancario de EE.UU”, que está por venir.

Los años 90 fue una década de muchos sucesos internacionales para un economista como Roubini .A través de la década, una economía emergente después de otra, fueron asediadas por las crisis comenzando con México en 1994. El pánico arrasó Asia incluía Tailandia, Indonesia y Corea, en 1997 y 1998 las economías de Brasil y Rusia implosionaron en 1998. Argentina siguió en el 2000.Roubini comenzó estudiando a estos países y rápidamente identificó que debilidades tenían en común. En las vísperas de las crisis, notó que la mayoría tenían un gran déficit en cuenta corriente (gastaban mucho más de lo que obtenían) y típicamente financiaban estos déficit con prestamos del exterior. Muchos de estos países también tenían regulaciones muy pobres y estaban cargadas de un excesivo y descuidado sistema de préstamos; el gobierno de las corporaciones era siempre débil mientras el amiguismo era abundante.

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Roubini establece cuál será la próxima economía que sucumbirá a las mismas presiones. Su sorprendente respuesta: los EEUU Roubini dice que EEUU se veía como el más grande mercado emergente de todos. Por supuesto que los EEUU no eran un mercado emergente; era y es todavía la grande economía del mundo pero Roubini estaba inquieto de cómo vio la economía de EEUU en particular en el año 2004, sobre todo en cuanto al déficit que llegó a seiscientos mil millones de dólares. Él empezó escribiendo largamente acerca de los peligros del déficit y sus ramificaciones investigando los efectos diversos del boom del crédito – incluyendo dividido la más grande burbuja inmobiliaria en la historia de la nación que comenzó después de que la Fed rebajó las tasas de interés a cero en el año 2003. Roubini se convenció que la burbuja inmobiliaria iba estallar.

¿Que acontecimientos económicos espera Roubini y que piensa que debemos hacer acerca de ellos? El primer paso es reconocer la extensión del problema “estamos en una recesión y negarlos sería una tontería”. Cuando Jim Nussle el director de presupuesto de la Casa Blanca anunció el último mes que el país había evitado la recesión, Roubini fue incrédulo. Por meses el había predicho que EEUU atravesaría una recesión de 18 meses, que eventualmente podría llegar a ser “la peor desde Gran Depresión”. El cree que esto se recuperará técnicamente para fines del próximo año. Sin embargo, dice que las pérdidas de trabajo, que las quiebras y otros obstáculos sobre el crecimiento continuarán pasando factura por años.

Roubini ha aconsejado a varios hacedores de política, incluyendo al gobernador de la FED y del Departamento del Tesoro, aplaudió la baja de intereses hasta el 2% desde 5.25% al comienzo del verano, también apoyo la voluntad de la FED en diseñar un plan para el tomar el Bear Sterns. Roubini las acciones de la FED esquivaron una catástrofe, aunque el piensa que en un futuro los rescates deberán ser focalizados en los tenedores de hipotecas y no en los inversores.

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Consecuentemente, ve la situación como dolorosa pero simple y si el gobierno respalda con un billón de dólares más, el valor de las hipotecas de alto riesgo (un intercambio, llegar aun acuerdo con los prestamistas para reducir los pagos mensuales de las hipotecas), los bancos e instituciones que tienen estas hipotecas, se hunden.”O se nacionaliza los bancos o las hipotecas”, dice” de otro modo estamos fritos”. Por meses Roubini ha estado diciendo que el problema de las hipotecas no es de 300 mil millones de dólares sino de una cantidad entre 1 billón y 1.5 billones de dólares.

Pero lo más importante de la opinión de Roubini, es darse cuenta que el problema es más profundo que una crisis inmobiliaria.”El descuido público ha generado este autoengaño”, dijo.” “Pero tenemos problemas de deuda de las tarjetas de crédito, de préstamos de estudiantes, de inmuebles comerciales, préstamos para autos, deudas corporativas y créditos para adquisiciones”.Todas estas formas de deuda, sostiene, sufren de una parte o la totalidad de las mismas características que primero aparecieron en el mercado de la vivienda: pobre respaldo, seguridad, negligencia por parte de las calificadoras de riesgo y negligencia de la supervisión estatal. “Tenemos un sistema de hipotecas de baja calidad (subprime) no un mercado de hipotecas de baja calidad”.

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Roubini arguye que la mayoría de las pérdidas de estas malas deudas todavía tiene que ser registradas, y la cuenta de las malas deudas de los inmuebles comerciales solamente, puede mandar a cientos de bancos locales a los brazos del seguro federal. “Una buena tercera parte de los bancos regionales, no lo harán. En cambio, estos rescates añadirán cientos de miles de millones de dólares a la ya desmesurada deuda federal, y alguien, en alguna parte, va a financiar esa deuda, junto con la deuda acumulada por consumidores y corporaciones. “Nuestros grandes financistas son China, Rusia y los estados del golfo. Estos son rivales, no aliados. “Los EEUU, continúa Roubini, probablemente sufrirá confusión por la crisis pero saldrá una nación diferente con un lugar diferente en el mundo. “Una vez que caes en déficits en cuenta corriente, tú dependes de la generosidad de los extraños” dice mientras descansa con un resignado suspiro. “Esto podría ser el comienzo del final del imperio Americano”

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