Ángel Aníbal Rosado

El mundo de la música popular en nuestro país está de duelo. Falleció Ángel Aníbal Rosado. Los medios nacionales han presentado la lamentable noticia (mucho más penosa aun al saber cómo murió) ligándolo sólo al mundo de la chicha o cumbia; pero eso es injusto, pues el aporte de Aníbal Rosado sobrepasó al de ese género, que hoy vuelve a gozar de amplia popularidad gracias a los nuevos vientos (o cantares) que vienen, en esta ocasión, del norte peruano.

Es cierto que Aníbal Rosado ganó un espacio en el cancionero de la cumbia peruana. Quizá es lo que más lo popularizó, pues quién no ha escuchado o bailado Cariñito (yo lo he visto interpretar en varias partes del mundo), pero ese tema es una parte minúscula de su obra, la grande se ubica más en el campo del vals, lo cual significa que hubiese sido más justo que sea el mundo del criollismo quien lo homenajeara o reivindicara su obra. Composiciones como Voluble, Mis celos, Adiós a mi guitarra, Falsa indiferencia, y un largo etcétera, interpretados por famosos como Eva Ayllón, Maritza Rodríguez, Lucha Reyes, y otro largo etcétera corroboran esta afirmación. ¿Porqué, entonces, es el mundo de la cumbia y no del vals quien ha reivindicado la figura y obra del este compositor popular? Es posible que eso se deba a que la cumbia está nuevamente de moda, y vaya qué se ha metido hasta el hartazgo en varios contextos; es decir, tenemos cumbia hasta en la sopa.

Conocí a Aníbal Rosado no personalmente, sino por referencias o, en todo caso, por su popularidad casi iconográfica en la GUE Pedro A. Labarthe, uno de los colegios de mi infancia limeña, lugar donde, veinte años

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antes, también estudió Rosado. En el recreo, así como comentábamos o tarareábamos con un pésimo inglés el Video killed the radio star, de The Buggles, o Centerfold, de J. Geils Band, también se hablaba de Los Pacharacos, grupo que formó Rosado y que todo el mundo creía que era quienes interpretaban la cumbia La Pacharaca y que era uno de los discos infaltables en las fiestas de nuestros padres.

Si La Pacharaca no fue de Aníbal Rosado, sí lo fue Cariñito, tema que grabó con su banda cumbiambera Los hijos del Sol que lo catapultó a la fama. Es así como Rosado se mete al mundo de la cumbia y prácticamente, sólo con ese tema, se inmortalizó, al extremo que lo han calificado como El padre de la cumbia. En ese tema, el compositor barrioaltonero cuaja un género musical que en la década de los setenta ya venía imponiéndose: la chicha, variedad musical que, para los científicos sociales, es producto y punto de encuentro de matrices culturales locales y globales, como nuestro huayno, la cumbia colombiana y los
ritmos cubanos.

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Sobre la chicha o cumbia peruana hay una bibliografía inmensa que no tocaré, sólo resaltaré que hoy tiene una nueva bocanada de popularidad por los vientos o cantares norteños. Antes vino de la sierra central con Los Shapis como máximos exponentes, luego vino de la selva con Rossy War y hoy, cuando creíamos que la chicha se aguó, resurge con el Grupo 5. ¿Hasta cuándo estará vigente? No lo sabemos, pero parece que es allí, aunque muchos se corten las venas, donde puede encontrarse uno de los puntos que nos aproximen en la utópica búsqueda de la identidad nacional. Si aceptamos eso, entonces a Aníbal Rosado también tendríamos que reconocerle como un ídolo no sólo popular sino nacional por habernos acercado como peruanos.

Puntuación: 3.5 / Votos: 6

2 comentarios

  • No cabe duda que fue un gran maestro y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente

  • d.angel anibal nos alegro la vida con sua canciones cariñito loa angeles estaram dichos de tenerloarriba y su familia estaran orgullso de haber tenido a na persona tan reconocida yo paso los 40 ycuando escucho cariñito mi ser vibra de emocion mis respetos a toda la familia gracias pordejarme escribir

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