Concurso literario

Serán mil doscientos, le dije a Jenny, quien recibía los trabajos de los primeros postulantes al II Concurso literario de El Búho. Lo dije, confieso, en broma, pero resultó premonitorio: el día del cierre, jueves 31 de julio, como estipulaban las bases, cientos de concursantes hacían cola desde las oficinas del semanario hasta la calle. Mabel, entre confusa y alegre, ordenaba ampliar las horas y los escritorios de recepción de sobres y renegaba conmigo diciéndome que qué hacía yo en Yura conferenciando sobre desarrollo humano en lugar de estar participando del éxito de nuestro segundo concurso literario.

El año pasado organizamos, junto con la Alianza Francesa nuestro I concurso literario. Esa fue una decisión nuestra porque creemos que El Búho ya debe dejar de ser simple divulgador de la cultura local y/o regional para pasar a ser hacedor de la misma. Esa primera experiencia fue satisfactoria, pues recibimos cerca de quinientos concursantes en cuento y ensayo breve. Lo mejor es que son de una gran calidad.

Este año, decidimos probar e ir solos en la organización ampliando el concurso: le sumamos el género poético. Los resultados nos demuestran que no nos equivocamos: cerca de mil quinientos participantes, venidos de toda la región sur se han presentado a nuestro concurso. ¿A qué se debe el éxito? ¿Es por el premio? No, a las justas vamos a repartir S/. 3,000.00 (uno por cada género). Creo que los concursantes no han gastado tinta y tiempo pensando en esa insignificante cantidad, sino en la posibilidad de que sus obras, inquietudes poéticas cuentísticas o ensayísticas sean conocidas. Nada más.

Es decir, ocasiones como esta nos demuestran que, contra toda visión apocalíptica, en nuestra ciudad y región sur hay talento, inquietud, ganas. Lo único que hay que hacer es crear espacios, dar oportunidades y esas ganas se volcarán llenando esos espacios, sin importar lo crematístico. Lamentablemente, eso lo entienden muy pocos y mucho menos nuestras autoridades. A mí me ha tocado visitarlos, convencerlos, animarlos a que apoyen en

concurso con los premios y la respuesta siempre es: no hay plata. Lo paradójico es que lo dicen en medio de papeleos para devolver los millonarios recursos con los que hoy cuentan y que tienen que retornarlos porque simplemente no saben qué hacer con ellos.

Esas son las paradojas: la cultura local más aislada y huérfana en medio de tanta oportunidad. Si supiéramos aprovecharla la cosa sería distinta; es más, hasta podríamos convertir a nuestra ciudad en la gran agitadora cultural del país, sólo es cuestión de tener un buen premio. Pero eso es quimérico mientras tengamos autoridades que sigan pensando que la cultura es de ociosos o que rinde menos votos que la canchita de fútbol, y guerrilleros radiales o televisivos que exhortan achicharramiento popular a quienes organizan o apoyan los eventos culturales.

A pesar de todo, seguimos. Ahora estamos preparando, con el Centro Loyola, un nuevo concurso, el de fotografía e historieta. De seguro, Jenny nuevamente tendrá que quedarse hasta las 10 de la noche, el último día de entrega, para recibir los sobres. Y es que los artistas esperan el último momento.

Puntuación: 3.33 / Votos: 3

Un comentario

  • Hasta ahora, las menciones honrosas en poesia, ya publicadas en el semanario, dejan mucho, pero mucho que que desear. Ya veremos si hay verdaderamente poesia en el primer puesto.

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