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Los abogados
Para el clásico abogado litigante,
papel del bueno que todo lo aguante.
Algunos sacan lustre al título de letrados,
pues de dotes narrativas están dotados.

Mezclan la fantasía con la realidad,
dejando volar la imaginación,
dejando a veces la sensación
que lo que dicen podría ser verdad.

Ambos culpan al contrario del problema,
poniendo al Señor Juez en un dilema:
o creer al primero que dijo medias verdades
entre yerros y necedades,
o al segundo que exulta fantasías y delira,
porque solo dice medias mentiras.

Sin embargo, no podemos ser incautos,
sólo el buen estudio de autos
nos permitirá desvirtuar
al que nos pretenda engañar.

Otros, abogados, limitados intelectualmente,
recurren con frecuencia al fácil expediente
de reproducir escritos farragosos,
redactados en términos engorrosos,
que hacen llorar al mismísimo papel.
Y esto no lo digo de la nada,
ya lo decía don Manuel González Prada
crítico acérrimo de letrados y magistrados:
lo que hubo en la Torre de Babel,
no fue confusión de lenguas,
sino mescolanza y rebujiña de abogados.

Confunden la narración de los hechos,
con las citas de la legislación y los fundamentos de derecho.
Este es para los jueces el pan nuestro de cada día,
escritos infractores de gramática, sintaxis y ortografía.

La narración del actor es una fábula,
de pronto será porque lo defiende un rábula.
Aunque no tenga ninguna moraleja,
que al final del relato siempre aconseja.
La versión demandado es un estribillo,
de seguro porque lo patrocina un tinterillo.
Los corrillos de los juzgados, están llenos
de letrados y tinterillos viviendo de líos ajenos.

La improcedencia de las demandas
Al magistrado que al desaguisado, osa declarar improcedente,
sus superiores le acusan de violar la tutela judicial efectiva,
citando ejecutorias del Tribunal Constitucional,
ordenando reservar la improcedencia para el final.
¿Es que debe permitirse acaso que esa demanda sobreviva,
como si el caos tuviera derecho a convertirse en expediente?

¿No es acaso más razonable,
tramitar sólo las causas jurídicamente viables?
¿Acaso no tiene límites todo derecho fundamental,
aún cuando esté en el texto constitucional?
De seguir con esta política tan permeable,
los expedientes todos versarán sobre casos no justiciables,
¡Que le den a Eugenia Ariano, un mes de suplencia
y verán como las demandas fulminará con improcedencias!
Van a ver qué pronto renegará de sus escritas opiniones
cuando recursos confusos le traigan en camiones,
entre cientos, casi miles de expedientes
que sus colegas le hayan dejado pendientes.
Entre tantos escritos por resolver y por dar cuenta,
entenderá ahora porqué la justicia es tan lenta.

Los “jueces” gerentes

Muchos creen que el Juez no debe resolver,
porque el secreto esta en hacer
las veces de un Gerente,
que haga trabajar como esclava a toda su gente,
un implacable capataz,
que del personal esté siempre detrás.
Toda su actividad,
en aras de la productividad.
Sin importar para nada la calidad,
únicamente la celeridad.
Tomen nota, señores legisladores,
para ser juez no hay que saber derecho,
basta ser administradores,
y policías celosos siempre al acecho.
Mejor hagan programas para ordenadores
que resuelvan los casos como los mejores.

De esa manera ser juez es muy sencillo,
podría serlo hasta Pepe Grillo.
Solo hay que saber firmar,
delegarlo todo sin revisar,
cual fabricante de resoluciones,
arbitrarias, prevaricadoras carentes de motivaciones,
Total, siempre serán apeladas
y los superiores hallarán las soluciones.

Sin embargo, no reparan en que el superior tiene la misma escuela,
por ello en la instancia superior no cambia la secuela.
Se busca la nulidad, a como de lugar
y no ir de frente al punto,
para de una vez por todas decidir el asunto,
porque en todo caso, la suprema lo habrá de arreglar.
Así el proceso que se resuelve en el plazo fijado,
vuelve pronto a su anterior estado.
¿Hubo celeridad Procesal?
En teoría sí, en la práctica sólo dilación descomunal.
En lugar de revocar al inferior la decisión,
la anulan y lo ponen en el trance,
de repetir otra vez el lance
contradiciendo su anterior resolución,
aunque de ella tenga convicción,
y las razones del superior sean sólo ficción.

Si el asunto llega a la casación,
mucho tardará la resolución.
Cuando el expediente regrese después de varios años
el cumplimiento de los plazos será un gran desengaño.

Por eso muchos abogados,
medianamente ilustrados,
hacen mofa y escarnio en sendas publicaciones,
de las ejecutorias supremas y otras resoluciones,
que a los cultores del Derecho causan confusiones,
sin tener ningún problema.
Es un desajuste del sistema.
Y es que el trabajo del asistente,
Por mucho que presuma de inteligente,
jamás podrá competir con el de un buen profesional,
pues la diferencia entre ellos es muy abismal.

No hace falta ser un experto,
para descubrir el entuerto,
darse cuenta de lo arbitrario,
de lo absurdo, del análisis deficitario,
de lo falso, de lo carente de fundamento,
de los vicios de procedimiento,
de la argumentación aparente,
de las fracturas lógicas, de los falsos precedentes.

Hemos de cambiar esta mentalidad.
Estoy hablando en serio,
y no es comicidad,
Esto no es ningún misterio:
Si el juez no resuelve porque no sabe o no quiere hacerlo
estamos fritos,
y esta es una verdad a gritos,
que es de temerlo,
aunque muchos no quieran reconocerlo.
Nunca aprenderá de superior ni de supremo,
y justicia de auxiliares será lo que tendremos,
Justicia de segunda sin motivación,
Justicia de tercera carente de argumentación,
Justicia de cuarta arbitraria, inconstitucional,
vergüenza siento de la judicatura nacional.

Los coimeros
En este río revuelto, ganancia de pescadores,
aparecen de pronto los auxiliares estafadores:
– “Para que su causa se resuelva al instante,
prometo ayudarle fielmente, señor litigante,
deme usted su dinero en donación
a cambio de mi leal colaboración.
Olvídese de su abogado,
que es un despistado,
(al igual que mi magistrado).
Yo sí estoy de su lado”.

Estos hijos de Dimas de la Tijereta
son verdaderos ases de todas las tretas:
Se presentan como el Ángel de la Guarda
a los ansiosos de justicia que tarda.
Y dicen “el Juez esta esperando el dinero
para sacarle la resolución favorable,
y si usted no le paga, por entero,
que pierda el juicio será lo más probable”.
Y los incautos les pagan,
sin que ellos nada hagan,
Creen haber comprado la justicia,
cuando el juez ya había resuelto,
antes del ilegal requerimiento
del auxiliar venal y avariento.

Y es que el sindicato que los representa,
no defiende al trabajador decente,
del maltrato de los malos magistrados.
siempre los dejan abandonados,
y nunca los toman en cuenta,
ni los tienen presentes.

Aquellos han difundido la leyenda,
de que el juez no lee y sólo firma,
y el auxiliar es el que dicta la sentencia,
que el superior confirma,
y que el supremo hace jurisprudencia,
sin que ninguno de ellos lea ni entienda.

Este el país de las maravillas de Alicia:
son los auxiliares los que imparten justicia.

Pero estos caballeros tienen un Código de Honor,
solo ayudan al que tiene la razón,
pues siempre juegan a ganador,
luego de sondear o conocer el criterio del juzgador.
Así su conciencia queda en paz,
de haber colaborado con la justicia
aunque haya sido a cambio de las albricias,
que arrebatan como un ave rapaz.

Si fracasan sus gestiones,
y el Juez no firma el desaguisado,
o si el contrario enterado,
de las torvas negociaciones,
realiza una oferta mejor,
le dan a este la buena pro,
como sucede en las licitaciones.
Y a veces devuelven después el dinero
¿ven qué honrado es el coimero?

A los justiciables les digo en verdad,
y no me dejarán mentir sus abogados,
que podrían ser condenados
a pena privativa de libertad,
pues el soborno es delito de corrupción,
y podrían terminar en prisión.

Al Poder Judicial hacen gran daño,
la coima y el tráfico de influencias,
los abogados y litigantes corruptores,
los jueces y auxiliares corruptos,
Y esto no es un exabrupto,
ni son mis versos calumniadores,
pues doy fe que en mi propia presencia,
quienes debían ser los inquisidores,
usan guante de hierro contra los honrados,
y guante de seda con los descarados.

Suena el teléfono en plena audiencia,
por una llamada de la Oficina de Quejas,
por retardo en la expedición de una sentencia,
A ellos no les interesan las recargadas labores,
ni que se hayan despedido a los mejores trabajadores,
sin tener a la vista el expediente,
sin saber si existe o no alguna prueba pendiente,
si son o no voluminosos los actuados,
si han sido correctamente tramitados,
si la materia es sencilla o compleja.

Ay del juez al que han abierto proceso disciplinario,
desesperado, llama al señor actuario,
y pide le traigan pronto el mamotreto,
para absolver la queja y salir del aprieto.
Si gana el proceso el quejoso,
le harán fama que de control es temeroso.
Si gana el contrario, se creerá que tomó venganza.
Porque es tanta la desconfianza,
que existe en los litigantes,
y sus letrados patrocinantes,
que cuando un juez motiva la resolución que les es adversa,
piensan que ello fue una maniobra perversa,
fruto de un contubernio, cohecho, o soborno,
de la parte contraria y de su entorno.

Otras veces se recibe los llamados
o se acercan los enviados
del Ministro, el Congresista, o el Asesor,
o algún colega, par, inferior o superior,
Y una causa que no es la suya recomienda,
con la facilidad que se envía una encomienda.
Y lo que es peor, en el colmo del atrevimiento,
uno queda absorto en ese momento,
de la vergüenza perdida,
de la reciprocidad ofrecida,
Y el tema es tan natural y tan frecuente,
que lo sabe toda la gente;
eso constituye falta grave,
y delito de tráfico de influencias,
el mal contralor y el mal fiscal
dudan de su existencia
les es indiferente y les da igual.

Los coimeros tienen al día el Despacho,
y por ello pueden actuar impunemente,
la patente de corso reciben sin empacho,
y como pez en el agua actúan libremente,
Con un buen volumen de producción logran comprar,
el cómplice silencio del “honesto” magistrado,
que cual fisiócrata les deja hacer, les deja pasar
mientras le cumplan la carga que hayan estipulado.
O al menos logran un pacto de no agresión,
si es que no llegan a “trabajar” en sociedad,
Juez y auxiliar unidos en la misma maldad.
La justificación es la baja remuneración.
Si ese es el problema y tienen buena calificación,
¿por qué no se dedican a otra actividad
en que den rienda suelta a su creatividad?
Es que al que tiene corazón de rata
le encanta vivir a salto de mata.
Y esto no es ficción,
hemos de darle pronto una solución.

El órgano de control
Rabia me da, y esto me desborda,
ver a los de control haciéndose de la vista gorda.
Al novel juez impresionan diciendo saber quienes son los coimeros,
que andan tras sus pasos y los destituirán sin miedo,
Sin embargo al momento de la verdad son los primeros
en no mover contra ellos ni siquiera un dedo.
Esto creerlo no puedo
¿Se trata de pura incapacidad,
miedo o temor a la banda, o en la realidad
sólo será involuntaria complicidad?
Algún día se sabrá la verdad.

A sabiendas de que existe una delictiva organización,
mafia, banda, gavilla o camorra,
al que los denuncia lo mandan al bombo o a la porra.
A los inquisidores no les importa combatir la corrupción
porque dicen que sólo existe en la imaginación,
Sin embargo las respuestas
que la gente da a las encuestas
es que existe y goza de buena salud,
aunque la quieran ocultar bajo el alud
de decir que son pocos casos.
aislados y muy escasos.
El sol no se puede tapar con un dedo,
esto no es mucho más que un simple enredo.
No hay que ser un genio para darse cuenta
que el corruptor que abonó en cuenta
y recibió la inicua contraprestación,
jamás se quejará de la corrupción.
Los pocos que denuncian, son ignorados,
Mecidos o desorientados
inducidos a no denunciar,
y pacientemente esperar
y a creer en el cuento del pronto operativo,
para atrapar in fraganti a Pepe el vivo.

Contra los jueces independientes,
que no aceptan la recomendación
ni la interferencia en su función
les abren absurdos expedientes
por queja o investigación.
Si un pobre juez salió en televisión,
o en un medio de prensa,
sin permitirle ninguna defensa
se le abre de oficio la investigación
con medida cautelar de abstención en el cargo,
para que no pueda trabajar,
y causarle malestar,
mientras dura el proceso largo.
Esto no es mentira, esto no es engaño.
hay abstenciones que duran más de un año.
En retardo incurren los contralores,
y a ojos de la prensa son los mejores.
Siempre cantan la misma canción:
que complace a los medios de comunicación.

Claro, siempre más fácil será el retardo controlar,
pues para ello solo hace falta un calendario mirar.
Los días contar y sin más trámite sancionar.
y es más fácil cuando el magistrado suele consignar
la verdadera fecha de la resolución,
y no una fecha atrasada como hacen muchos en la misma situación
De no ser así, ¿Cómo se explica que una decisión
tenga una fecha de cuatro meses anterior al acto de notificación?
Y esto sucede, en todas las instancias, en trámite o apelación,
aún en el órgano de control y en el recurso de casación.

Los que quieren trabajar honradamente,
son reprimidos ejemplarmente,
con apercibimientos, multas y suspensiones.
aunque hayan expedido fundamentadas resoluciones,
para ellos no existe la socialización
del proceso; que el débil quede en indefensión.
Los nuevos jueces se complican demasiado,
si la demanda está mal es culpa del abogado,
se declara la demanda infundada
y aquí no pasó nada.
Lo que importa es el cumplimiento del plazo procesal,
aunque con ello se expida un fallo ilegal.
No puedo negar que la cantidad
va de la mano con la mediocridad.

Tener el Despacho al día, es la bandera,
y contento al litigante que se desespera,
aunque los decretos sean oscuros o ininteligibles,
y los autos y sentencias, arbitrarias e inexequibles.

Si quieres que la corrupción desaparezca,
no aceptes invitaciones a ofrecer dinero,
a cambio de cualquier resolución que se te ofrezca.
acude al Ministerio Público y denuncia el cohecho,
sea quien sea el de la propuesta indecente,
actúa de manera prudente:
acude al órgano de control,
exige a gritos que cumplan con su rol,
y que conste en actas tu dicho,
Para que no quede impune ése bicho,
y exige un de inmediato operativo,
contra aquel que quiera hacerse el vivo.

Si quieres una justicia imparcial y transparente,
sé honesto y actúa de manera inteligente.
déjate de ofrecer y dar regalos y propinas,
de agasajar auxiliares en cantinas,
de esperarlos a la hora de salida,
de llevarles cigarros, chocolates o invitarles la comida,
de abonar dinero en las cuentas bancarias
de terceros compinches del corrupto.

Si eres abogado, no le mientas a tu cliente
diciendo que el juez te pidió dinero,
diciendo que es un coimero
al igual que toda su gente.
Ese dinero que va a tu bolsillo
demuestra que no eres más que un pillo.
Si salió en contra de tu patrocinado
La solicitud cautelar o la sentencia,
Dejante de tanta pendencia.
Asume tu responsabilidad,
Con toda virilidad
Y si perdiste el caso por tu impericia,
no le digas a tus patrocinados
que su contraparte y sus abogados
corrompieron a la justicia.

Si sabes de alguien que es coimero,
no le tengas miedo, señálalo con el dedo.
peor es que en el puesto lleguen a viejos,
volviéndose cada día más trejos,
porque en caso que asciendan,
lleguen o se ratifique en la magistratura
a aquellos que no son más que caraduras,
no habrá quiénes nos defiendan.

Esto es lo que hemos de cambiar,
ese es el reto que hemos de afrontar:
los honestos han de unirse y ser la fuerza,
para que el Derecho nunca más se tuerza.
Solo unidos lo lograremos
todos los que nos sumemos,
aunque nos pongamos en aprietos,
a esta cruzada a favor del respeto
de la justicia, del Derecho, de la norma.
¡Esta ha de ser la inspiración de la reforma!
Necesitamos del apoyo de vos
y del auxilio de Dios.
Hazlo por tu Patria, hazlo por el Perú,
que el cambio también lo haces tú.

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