Category: Descubriendo vocación

In memoriam – Henry Pease

Por error, ingresé a la antigua Facultad de Ciencias Económicas. Quería estudiar Economía, pero allí formaban básicamente contadores públicos. Tuve que esperar tres años a que se abriera la Facultad de Ciencias Sociales y entonces ingresé a Ciencia Política. Un recordado profesor de Historia del Arte que me enseñaba el curso de Metodología en mi primer año me sugirió como tema: “Misión de la universidad”. También el secretario del Padre Mac Gregor, S.J., Pepe Chichizola, tempranamente fallecido, me prestó libros, y me hizo pensar y escribir hasta que me fui enamorando de la problemática de la universidad.

 

Entender que la universidad no solo suponía asistir a clases y rendir exámenes fue fácil. Comprender que en ella hay que estudiar, debatir y opinar sobre los más diversos temas, y pensar siempre los problemas del país para discutirlos, y ofrecer diagnósticos y salidas moduló mi vocación por las Ciencias Sociales. Pero esto iba de la mano con la convicción de que la universidad solo puede dar una formación integral si hace política, es decir, si se ocupa de pensar la polis y dice lo que piensa de lo que pasa en la polis.

 

No tiene sentido para mí formar estudiantes que simplemente buscan un cartón y un sueldo. Eso es necesario, pero esos profesionales serán una columna vertebral del Perú de mañana; de ellos dependerá lo que cambie y lo que se mantenga. Tiene sentido, pues, realizar el esfuerzo de una formación integral y esta incluye ciencias, letras y artes pero también la formación política y la comprensión de los problemas del Perú. Amar al Perú es conocerlo, pensarlo y luchar por algún ideal o servicio en que nuestras capacidades sirvan en algún sentido a los demás.

 

La universidad es todo eso respetando los rigores de las ciencias y de las artes, y sus pautas propias de avance académico. Pero esta es una universidad católica y, por tanto, ese amor al Perú y el proyecto de cada uno adquieren rostros humanos concretos por el mandato de amor al prójimo, que es la medida del amor a Dios. Nuestra universidad no exige a nadie esta confesión, y respeta todas las religiones y creencias. Respeta las diferencias, pero propicia el compromiso con la persona de Jesús, que es la mejor manera de entender el cristianismo. Sé que en este tema hay diversas posiciones incluso dentro de mi Iglesia y las respeto, pero en la PUCP respiramos un ambiente de libertad que es esencial para construir universidad y, a la vez, muestra un cristianismo ajeno a la intolerancia y, por eso mismo, capaz de dialogar con todos. Por eso les expreso lo que pienso y siento.

 

Henry Pease (1944 – 2014) – Inauguración del año académico 2011 EE.GG.LL.

Lee la completa “Lección Inaugural: Universidad y política en la sociedad peruana” aquí Leer más

¿Por Qué Derecho?

¿Aún inseguro por la elección de Derecho como tu carrera?

La Asociación Civil “Derecho & Sociedad” te invita al conversatorio “¿Por qué Derecho?”.

Haz que este jueves cultural sea diferente, no esperes llegar a la Facultad para decidirte.

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Dimes y diretes

El profesor de Desarrollo Personal dijo:
“Tienen que ver a la ‘elección de carreras’ como un matrimonio: a veces tendrá altibajos, de eso dependerá su acercamiento o alejamiento con la pareja. Deben correr con las responsabilidades que atañe esa elección”
║ Pensé: ¿Cuándo viene el divorcio?

Alguien en el salón dijo:
“Pero creo que sea cual sea la carrera que elijas, si eres feliz ahí entonces te desarrollarás con éxito”
║ Pensé: ¡Qué fácil suena!

El Profesor de Artes Plásticas dijo:
“Si estás loco entonces debes ir a Arte”
║ Pensé: ¡Sí! Estoy un poco loco

Un compañero dijo:
“¿Vas a Derecho? ¡Yo creo que quieres ir a Arte!… ¡Quieres-ir-a-Arte! Acuérdate de mí: por más que sigas Derecho, vas a terminar dibujando caricaturas”
║ Pensé: ¿Arte?

Yo digo:
“Tengo que tomarlo con calma. Encontraré mi vocación tarde o temprano”
║ Pienso: Es broma. Tengo que encontrarla ya mismo Leer más

¿Test vocacional?

Conversación en la rotonda:

Test vocacional

– ¿A que carrera me dijiste que vas?

– Jaja… a Derecho… supuestamente.

– ¿Supuestamente?

– Es que no estoy seguro aún. Quiero tomar ese test vocacional de Letras para decidirme recién. Nunca he dado uno, que yo sepa.

– Bueno… la verdad, no me confío mucho en el test vocacional. Pero fácil a ti te servirá. A mí me salió algo completamente opuesto a lo que estoy siguiendo y no me arrepiento hasta ahora.

– Ya veo. Pero necesito ayuda urgente y por eso recurro al test.

– Ya te dije. No te le confíes mucho. No te dirá nada nuevo: no te impondrá una carrera, sólo te orientará. Aunque no necesariamente acertará.

– … ¡Qué complicado resultó el bendito test! Leer más

La cancioncilla

Hace un año que estoy en Estudios Generales Letras… sin rumbo definido.

Mi historia comienza así:

  • En tercer año de secundaria era el extraño muchacho que le gustaban todos los cursos (aparentemente). Sin embargo el curso de computación me pareció excelente: Aprender diseño web fue genial. Me sentía un experto en Macromedia Flash.
    Todos me decían: ‘Tú estudiarás diseño ¿verdad?’. Yo no respondía.Me encanta imaginar nuevos mundos, crear personajes inexistentes, soñar… ser infantil.
    De pequeño decía que quería ser bombero o abogado. Me creí la de abogado (y por pertenecer a los primeros puestos, esta idea siempre satisfacía al resto).
    Con el bombardeo de una carrera de Diseño Gráfico o Ingeniería de Sistemas (aunque no se mucho al respecto), me sentía confundido, pero todavía tenía 2 años para pensarlo detenidamente.
    Sin embargo, juraba mi prioridad por las leyes ante otras carreras.

Me quedó la duda… ¿debía cambiar de carrera?

  • El tiempo pasa rápido. En quinto año de secundaria, no me importó realmente mi vocación hasta terminar el primer semestre de estudios. Me dije: ‘Ya es momento de que elija una carrera universitaria’.
    Verdaderamente ‘no la pensé mucho’.
    Me engañé a mi mismo desde un principio y esto repercutió en los demás: mis padres se alegraron (en parte) por mi elección, me propusieron estudiar en la de Lima o en la Católica (según ellos, mejores en esta carrera).
    No tuve tiempo para razonar una adecuada elección, no tuve tiempo para investigar más sobre otras carreras, simplemente no tuve tiempo. Postulé a la Primera Opción bajo carrera ‘Derecho’ (debía escribir algo en aquella hoja de inscripción en el rubro CARRERA).

Me quedó la duda… ¿debía cambiar de carrera?

  • En la inscripción para carreras el encargado de llenar mis datos en el carné de postulantes me dijo: ‘¿A qué carrera vas?’. Respondí: ‘Derecho… creo’. A lo que contestó: ‘La mitad de los que están en la cola me han dicho Derecho, ¿estás seguro?’. Lo pensé unos minutos, pero no pude elegir otra más por falta de información. El joven aclaró: ‘Te voy a inscribir como que vas a Derecho, no te preocupes, tienes dos años para elegir tu carrera. Igual, el 50% de los que eligen Derecho se cambian’.

Me quedó la duda… ¿debía cambiar de carrera?

  • La ‘agarré’, me sentí el muchacho más feliz de la tierra. Mi esfuerzo valió la pena.
    Mi tío llamó de Estados Unidos para felicitarme. Luego de muchas palabras de felicitaciones emitidas por un difuso auricular, me pregunto sobre la carrera que había elegido. Al decirle ‘Derecho’ hubo un momento de silencio. Me reclamó por elegir una carrera saturada en este país. Yo no le presté atención del todo. Me dio una solución: que vea todas las posibilidades de un cambio de carrera a otra más rentable para mi futuro.
    Le mencioné acerca de una primitiva aproximación al diseño o a Ingeniería Informática, a lo que le pareció estupendo y prácticamente tomó como punto débil mi indecisión para que elija alguna carrera de Ciencias.
    Me opuse, le dije que me deje terminar mi ciclo de cachimbo y que vea como es el panorama en Letras. Respetó mi postura.
    Sin embargo me hizo pensar sobre mi carrera en el ámbito laboral. Quedé insatisfecho.

Me quedó la duda… ¿debía cambiar de carrera?

  • En la entrevista personal de ingreso por Primera Opción, los profesores me preguntaron a que carrera voy. Yo les dije lo que tenía en mente. Me preguntaron luego: ‘¿Qué opinas del poder judicial?’. Di mi respuesta un tanto básica como para estar a una altura académica.
    Al concluir mi entrevista, reflexioné más sobre las preguntas que me hicieron, mis débiles respuestas y mi futuro.

Me quedó la duda… ¿debía cambiar de carrera?

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