Day: febrero 9, 2008

Perro sarnoso

Martín dijo ‘¿Le damos vuelta?… para que no sufra más’.

Sus ojos nublados apuntaban algo en el aire. La muerte estaba cerca.
A duras penas de pie sobre sus cuatro patas. Carne viva carcomía un casi inexistente pelaje bicolor. Qué heroísmo, vivir así: costra y sarna alimentándose del cachorro cuerpo.
Reducido, temblaba. Pensaba quizás que así se le iba a quitar el escozor. Una flaquísima pata vibraba más que las otras tres. Simulaba el inútil movimiento de una rascada.

 

Me negué por dentro. No quería pensar en más dolor ajeno. Fui cobarde. Tuve miedo a la muerte. No quise jugar a ser un dios.
De igual modo pronto no tendría más remedio que morir.
Fijé mi mirar hacia otro punto tratando de olvidar lo que había visto. Arena, piernas, pisadas y huellas. Pronto no hubo más que eso, ni otros perros sarnosos.
Ninguna otra persona vio algo conmigo esa tarde aparte de Martín. Nadie más.

¿Qué hace que te mantengas vivo? ¿Qué le pasó a tu alma? ¿Por qué caíste tan bajo? No te acuerdas qué eras antes. Casi ya ni sabes qué eres ahora.
¿Qué serás mañana? ¿Un insecto, una paloma u otra vez un ser humano?, deplorable. Tratas de vivir hasta después de muerto. Ven. Una vez más.
Sé que me ves. Sé que me temes. La sarna es nada. Cae. Tienes que hacerlo para volver a una nueva aventura.

Le respondí ‘Paso’. Leer más