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“¿Soy un individualista?”, con estas palabras me saludó Amartya Sen cuando me lo presentaron por primera vez en junio de 2003 en una cena en el St. Edmund’s College de Cambridge. Me sorprendió su pregunta. Más tarde, una fuente cercana a él me dijo cuán lastimado y malentendido se había sentido por un artículo que escribimos mi supervisora ​​de doctorado, Frances Stewart, y yo. En dicho documento, ambas sostuvimos que tanto su libro “Desarrollo como libertad” como su enfoque de las capacidades ponían demasiado énfasis en la libertad individual, y no se enfocaban lo suficiente en los grupos humanos, las estructuras y las instituciones [2].

Las críticas a la obra de Sen por ser supuestamente demasiado individualista y basarse excesivamente en la preeminencia de la libertad individual y la racionalidad son aún muy populares, especialmente en regiones como América Latina. Hoy en día empatizo con Amartya Sen y siento que su rico y complejo cuerpo de pensamiento ha sido profundamente malinterpretado. En esta nota presento algunos argumentos acerca de por qué el enfoque de capacidades de Amartya Sen no es realmente individualista.

No es posible entender el pensamiento de Sen separándolo del contexto social, cultural, político, y personal en el que se escribió su obra. Sen a menudo atribuye los comienzos de su pensamiento académico a una escuela en Bengala Occidental que fue creada por el poeta y Premio Nobel de Literatura, Rabindranath Tagore. De igual modo, episodios como la hambruna de Bengala de 1943-45 y los conflictos entre comunidades de hindúes y musulmanes posteriores a la independencia de la India son experiencias a las que Sen a menudo se refiere como influencias importantes en su trabajo académico.

Amartya Sen es esencialmente un pensador ecléctico. En su libro titulado Las Raíces Intelectuales de Amartya Sen: Aristóteles, Adam Smith y Karl Marx, Pablo Sánchez Garrido concluye que Sen no puede ser vinculado a ninguna escuela de pensamiento específica, sino que es esencialmente alguien que toma prestado ideas de varias escuelas. En ese sentido, no podría ser etiquetado como marxista, aristotélico, kantiano, anglosajón liberal o de otra forma. Amartya Sen es en sí mismo una escuela de pensamiento. El pensamiento de Sen es ecléctico en su esencia y, sobre todo, abierto. No se le puede etiquetar de ninguna forma, ya sea como liberal-individualista u otro.

Una característica del enfoque de las capacidades con la que se asocia hoy en día a Amartya Sen y por la que se le podría juzgar de “individualista”, es la que Ingrid Robeyns, en su reciente libro Bienestar, libertad y justicia social: el enfoque de capacidad reexaminado, denomina como el principio de “cada persona como un fin”, también denominado en la literatura como “individualismo ético”[3]. De acuerdo a este principio, al evaluar cómo les va a las personas en sus vidas lo que importa en última instancia no es lo que le sucede a un grupo de personas en su conjunto, sino a cada persona individual que conforma dicho grupo. Siguiendo a Martha Nussbaum[4], Robeyns (2017)[5] considera al individualismo ético como parte del tratamiento de todos los seres humanos como iguales morales. Esto no significa que las estructuras económicas, las normas sociales, las instituciones informales y formales, el sistema de castas o las relaciones familiares no sean importantes, sino que deben evaluarse solo de acuerdo con su impacto en las libertades individuales, como por ejemplo en las oportunidades que tienen las personas para estar empleadas, estar bien alimentadas, estar sanas, obtener conocimientos, etc.

Una razón para este “individualismo ético” es que el enfocarse en grupos o instituciones puede ocultar formas de opresión y desigualdad dentro del grupo. Centrarse en la familia como grupo, por ejemplo, puede ocultar el hecho de que esta permita que los hijos varones prosperen, pero que a la vez sea opresiva con las hijas mujeres y evite que estas sean y hagan aquello que tienen razones para valorar.

A pesar de este individualismo ético, no se puede concluir que el enfoque de las capacidades de Sen es individualista. Si se profundiza un poco más, se descubre que el enfoque contiene una antropología relacional fundamental. Para Amartya Sen, ser un ser humano implica interactuar con los demás, y esta interacción es constitutiva de lo que una persona valora ser y hacer. Las capacidades para expresarse libremente, comunicarse con los demás, ser escuchados y pensar, tomar decisiones y actuar colectivamente son fundamentales en el pensamiento de Sen. De igual modo, el “razonamiento público”, que es tan central en la obra de Sen, es un proceso relacional que se basa en algo que se comparte y que no pertenece a ningún individuo involucrado en dicho proceso de razonamiento público. Como Sen (2009: 244-5) lo señala en La idea de la Justicia, es difícil “imaginar de manera convincente cómo las personas en la sociedad pueden pensar, elegir o actuar sin ser influenciados de una forma u otra por la naturaleza del funcionamiento del mundo a su alrededor”, o como lo menciona en otra parte, “somos criaturas socialmente interactivas”[6].

Con el fin de abordar el carácter aparentemente “individualista” del enfoque de las capacidades de Sen, en la literatura empezaron a aparecer términos como capacidades “colectivas” y agencia “colectiva”. El termino inglés de “agency” es difícil de traducir. No significa “acción”, sino algo más como poder de acción, poder de decisión. Personalmente, siempre he tratado de usar términos como “agencia sociohistórica” y no “colectiva” para enfatizar que cualquier agencia, cualquier poder para la acción, siempre está incrustado en un contexto histórico y social que hace posible ciertas decisiones e imposibilita otras. Las organizaciones cambian porque los individuos que se relacionan dentro de ellas deciden actuar de cierta manera. Sospecho que la resistencia de Sen a usar el concepto de “capacidad colectiva” tiene mucho que ver con su deseo de enfatizar que los seres humanos siempre permanecen libres, y que la dignidad y libertad individuales corren el riesgo de perderse en lo “colectivo”. En su libro, Robeyns señala tambien la contradicciones del termino “capacidad colectiva”, pero concluye que el termino puede enfatizar todo aquello que las personas pueden ser y hacer únicamente como resultado de la acción colectiva, o sea de un grupo, y no de la acción individual solamente.

A modo de conclusión diría que, en lugar de perderse en discusiones detalladas sobre las capacidades colectivas, introducir el término “florecimiento humano en común” en la literatura sobre el enfoque de las capacidades sería mucho más relevante. Ante la amenaza del cambio climático, necesitamos más que nunca una concepción de vida compartida, de que mi florecimiento como individuo no es posible sin el florecimiento de los ecosistemas y de otras personas. Lo que hace el enfoque de las capacidades es resaltar la importancia de la libertad humana, pero no es lo único que importa. Como Sen ha insistido, “sería engañoso ver al enfoque de las capacidades como una guía para la justicia que se vale por sí misma, ya que se centra solo en algunos aspectos específicos del bienestar y la libertad, y hay otras cosas que interesan […]”, esto necesita ser tomado en cuenta para obtener una comprensión más completa de la justicia que aquella que se puede obtener exclusivamente dentro del “enfoque de las capacidades”[7].

Séverine Deneulin es Profesora Asociada en Desarrollo Internacional de la Universidad de Bath (Reino Unido); Directora de Investigación en Desarrollo Humano Integral del Laudato Si’ Research Institute, Campion Hall, de la Universidad de Oxford; y miembro del consejo consultivo internacional del IDHAL-PUCP. 

[1] Este texto está basado en un resumen de una ponencia presentada en la Universidad Cátolica del Chile el 21 de agosto de 2019 como parte de un panel titulado “Comunidades, Políticas Públicas y Desarrollo Humano”. Los créditos de la fotografía son de Alex Fernández <https://puntoedu.pucp.edu.pe/entrevistas/los-procesos-de-desarrollo-son-procesos-hacia-una-sociedad-mas-justa/>

[2] F. Stewart and S. Deneulin (2002). ‘Amartya Sen’s Contribution to Development Thinking’, Studies in Comparative International Development 37(2): 61-70. with response by Amartya Sen.

[3] Robeyns, I. (2008) ‘Sen’s capability approach and feminist concerns’, in S. Alkire, M. Qizilbash and F. Comim (Eds) The Capability Approach, Cambridge University Press, Cambridge.

[4] Nussbaum, M. (2011). Creating Capabilities. The Human Development Approach. Cambridge, Massachusetts, and London: The Belknap Press of Harvard University Press.

[5] Robeyns, I. (2017), Wellbeing, Freedom and Social Justice: The Capability Approach Re-Examined, Open Book Publishers, Cambridge, https://www.openbookpublishers.com/product/682.

[6] Amartya Sen (2015). The Country of First Boys and Other Essays. New Delhi: Oxford University Press, p. 81.

[7] Amartya Sen (2017), Collective Choice and Social Welfare, London, Allen Lane, p. 358.

 

 

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¿Es individualista el enfoque de las capacidades de Amartya Sen?

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