El 11 de noviembre del 2011 la Municipalidad Metropolitana de Lima lanzó uno de los más ambiciosos proyectos de su gestión: el Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima al 2025, posteriormente bautizado como “Lima somos todos”. Mediante el Decreto de Alcaldía n.° 15, la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, nombró a Henry Pease, ex congresista y ex teniente alcalde de Lima durante la gestión de Alfonso Barrantes, comisionado especial para la elaboración de este Plan. Pease tiene la ardua labor de concertar con los 42 municipios distritales de la provincia de Lima, así como lograr la participación de la sociedad civil, incluidos los sectores empresariales.
¿Cómo así recibió el encargo y cuál será su rol en la elaboración del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima al 2025?
La alcaldesa Susana Villarán me pidió que lo lidere y lo conduzca. Lo más resaltante es que esta es la primera vez que se hace un plan de Lima como región. En este sentido, mi rol es el asumir la conducción política; es decir, liderar el equipo y organizar un proceso de participación ciudadana que permita que todos los ciudadanos de Lima le digan a sus autoridades “esta es la ciudad que tenemos, esta es la ciudad que queremos, estas son las políticas que pueden llevar a un cambio y estos son los grandes proyectos”.
Realiza esta labor en paralelo a su trabajo en la Universidad Católica.
Efectivamente. Además, hay que precisar que estoy haciendo este trabajo ad honórem, En la Universidad Católica soy director de la Escuela de Gobierno. Esto me permite también invitar a especialistas de esta casa de estudios, junto con otros expertos, para darle una mirada crítica a la metodología y así aportar al Plan.
¿En cuánto tiempo se trabajará el Plan Regional?
Tenemos hasta noviembre del 2012 para hacer un proceso de consulta y participación ciudadana que logre transmitirle a la Municipalidad de Lima qué dice la ciudadanía sobre cada capítulo que aborde el documento: educación, salud, seguridad ciudadana, urbanismo, etcétera.
Tengo entendido que ya se ha reunido con varios alcaldes de Lima. ¿Qué puede resaltar de estas reuniones?
He visitado a más de 36 alcaldes de Lima, es decir, ya tengo el 75 por ciento de reuniones realizadas. Lo más importante es que en cada reunión he encontrado a un ciudadano montando a caballo y conduciendo su distrito como puede, pero muy comprometido con la idea de este Plan.
¿Qué hacer ante esta situación de las autoridades locales, de tener que adaptarse así para gobernar su distrito?
Pues para eso es el Plan. Será la brújula de la ciudad y, a la vez, dará un conjunto de herramientas a las autoridades para caminar todos juntos hacia la misma dirección. Ese proceso se tiene que dar en etapas. Por ejemplo, nos acercamos ya al primer mes de eventos, que corresponde a Lima Norte. Ahí nos estamos reuniendo con los siete alcaldes que conforman este sector, y estamos estableciendo qué encuentros vamos a convocar en cada distrito. Habrá diez mesas temáticas y cuatro foros, con presencia de autoridades de Lima Metropolitana y de todos los distritos. Un dato importante es que los planes distritales son nuestro punto de partida para el gran Plan Regional.
¿Cómo se logrará que las futuras autoridades sigan los lineamientos del Plan?
El Plan Regional normará la vida de la ciudad; por lo tanto, será obligación de todos los alcaldes cumplirlo. En la práctica este documento será respetado si cumple con dos condiciones: la primera, que se haya realizado con la participación de la ciudadanía y que esta tenga mecanismos para cuestionar a la autoridad que ignore el Plan; este es un componente importante. La segunda es encontrar un mecanismo que, de ser necesario, haga posible ir cambiando algunos puntos del Plan —objetivos o políticas—. Para ello se tiene que respetar el mismo camino que seguimos para formularlo, es decir, consultar a la gente. Nosotros elegimos autoridades para que actúen en continuidad, pero no tienen que cambiar los grandes objetivos; y si quieren hacerlo, tienen que consultárselo a la gente. Por eso confío mucho en nuestra página web, porque es una manera de comunicar este proceso, ya que a la hora que entreguemos el Plan todos los ciudadanos podrán hacer seguimiento de lo que se programó y de lo que está pasando.
Sin duda, para elaborar este Plan se tendrán en cuenta experiencias exitosas de otras ciudades latinoamericanas o europeas
Se han hecho muchos estudios de otras ciudades, así como comparaciones. En febrero hubo acá en Lima un Seminario Internacional de Urbanismo, en el que participaron especialistas de Barcelona, Medellín, Quito, etc. Aprendimos mucho, pero, eso sí, nunca se encontrarán dos ciudades iguales. Lima tiene 8 millones de habitantes y su gobierno involucra a 43 alcaldes no provinciales y a 42 distritales; eso no existe en otros lados. Tampoco existe otra ciudad en la cual cada ministro de Estado se siente un alcalde sectorial de la ciudad e impone lo que desea sin consultarlo. Precisamente es ahí donde se producen una serie de irracionalidades. No puede haber, por decir, dos autoridades de transporte en una ciudad, porque cuando eso pasa todos los ciudadanos pagamos el costo.
¿Qué hacer entonces ante esa situación tan común?
Estamos pensando crear una Autoridad Metropolitana de Lima y Callao, porque las provincias del departamento de Lima son otro gobierno regional, y las cuencas que alimentan de agua a la ciudad de Lima y al Callao están allí. Entonces, tiene que haber una especie de autoridad de concertación, donde estén el alcalde de Lima, no sé si el alcalde o presidente regional del Callao y el de Lima Provincias, Incluso, según indica la experiencia, debería estar el Presidente de la República. Esto ayudaría a que, cada vez que desde cualquier instancia de poder se quiera hacer algo en la ciudad de Lima, por lo menos, se converse y no sea una pata que se impone.
La imposición sin consulta previa es algo común en nuestra política diaria.
Efectivamente. Por ejemplo, cuando Eduardo Orrego era alcalde, se hizo un plan que definió las áreas verdes y los parques zonales, pero vino el Ministerio de Vivienda con el ministro responsable, que además era del mismo partido del alcalde Orrego, y construyó las Torres de San Borja y las de Limatambo encima de un parque zonal. Se tiraron abajo todo el planeamiento. Por eso Lima tiene barbaridades. Independencia, Surquillo, son distritos que no pueden crecer hacia ningún lado, no pueden tener áreas verdes ni otros servicios porque no hay planificación. Entonces: ¿los vecinos qué somos? Ese es el resultado de la improvisación. Como me dijo alguna vez un funcionario mexicano: los peruanos primero ejecutan y luego planifican. Esto es lo que no debe volver a pasar.
¿Cómo se imagina nuestra ciudad en el futuro?
Espero que podamos decir que en Lima no hay ningún niño mendigando ni tampoco niños desnutridos. Esta debe ser nuestra prioridad. Es inconcebible que, con el crecimiento que tenemos, en Lima siga habiendo niños desnutridos. Seamos claros: acá en Lima podemos llegar hasta el último rincón en carro y darles a los niños lo que necesiten. Antes que nada tenemos que asegurar eso. Lo pongo por delante porque es la única manera de hablar de progreso en el Perú. Ese es el punto de partida, pero así tenemos que ir trazando los objetivos en cada uno de los ámbitos.
La situación no puede seguir como hasta ahora…
Obviamente, Lima no puede seguir creciendo como lo está haciendo, sin un Plan Regional. No pueden seguir haciendo lo que quieren el que pone la pata ni el que invade ni el que quiere invertir así como así. Todos son ciudadanos y tienen que ser consultados, pero juntos definiremos qué quiere hacer y dónde se quiere hacer. Ahora, ese dónde es clave, porque aquí se pierde mucho tiempo y dinero en hacer y deshacer. Mire lo que significó poner en funcionamiento el Metropolitano, la batalla campal que se dio en Lima Norte y que explica por qué en nuestro país pasaron 50 años entre la suspensión de los tranvías y el primer transporte rápido. En esos 50 años el Estado dijo “entiéndanse ustedes”; entonces ellos llenaron ese vacío. Cuando pasa eso, poner orden es mucho más difícil que empezar haciendo las cosas bien. Ese es el sentido del Plan Regional de Desarrollo Concertado de Lima al 2025. Sigue leyendo