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Evaluacion a docentes: una mancha llamada sutep

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En esta semana se llevó a cabo la evaluación a los docentes de escuelas públicas en el Perú acompañado por una serie de dimes y diretes sobre si esta bien o no y la dignidad de los maestros y el peligro de la liquidación y que debemos buscar la mejora de la calidad educativa, etc, etc, etc. Y, ello ha traido nuevamente la cuestión sobre la situación de la educación en nuestro querido Perú. Al respecto, tengo algunos comentarios que me gustaría compartir.

En primer lugar, quiero decir que estoy de acuerdo con los procesos de evaluación para la mejora de la educación nacional, sin embargo, lo que se ha hecho poco tendra de beneficioso al igual que las otras evaluciones que se han hecho en los últimos años y que tampoco han ayudado en nada.

La evaluación no debe ser una prueba de conocimientos para los docentes, se debería tratar de todo un proceso a la educación en general: maestros, directivos, alumnos, padres de familia, infraestructura, organismos del Ministerio, etc. Obviamente, priorizando el desarrollo de las instituciones educativas y sus actores principales. Pero no es pues tan simple como ponerle una nota, en toscos terminos, a un profesor.

La evaluación a un docente, para concretar las cosas, no se puede limitar a ello. Se trata de un profesional a quien se debe realizar una evaluación más completa y eficaz: ¿Cómo enseña? ¿Cómo es su relación con los alumnos? ¿Cómo piensa actualizarse y proseguir su formación profesional?, por mencionar apenas algunos aspectos.

La calidad educativa no saldra como resultado de una evaluación escrita para la cual uno puede paporretear. Este es un trabajo que debe realizarse mediante un plan estratégico que empiece por reconocer a la educación desde nuestra propia problemática y no desde las exigencias de organizaciones foráneas, que busque la autonomia de las insitituciones educativas y que se centre en los maestros y alumnos, no en cuanto a los contenidos memoristicos, sino en cuanto a seres humanos completos; porque el alumno sigue siendo una persona y no un frasco vacio, y el maestro no es un martir, sino un profesional.

Aunque, lamentablemente, el SUTEP ha mostrado una cara pésima que ha dejado mal parados a los docentes peruanos (la palabra maestro queda muy grande). Esa organización tiene un pensamiento sumamente arcaico y no presenta señal de vida real. Es un muerto viviente porque sus esquemas son caducos y obstructivos. No ayuda al docente, sino que lo atrasa. No se preocupa por el alumno, sino que lo asume como una suerte de accesorio a la carrera. La calidad educativa poco le importa. En verdad, aquel “gremio” no está conformado por profesionales, sino por gente argollera, egocéntrica y desfasada.

Lo que me queda claro es que no debemos esperar nada de ellos y que no podemos contar con su contribución, al menos mientras siga el círculo que busca permanecer en el poder.

La acción debe venir desde los protagonistas, para empezar. Ahi, los padres de familia como primeros involucrados, deben llevar un papel más activo en cuanto a demandas y contribuciones para la mejora de la educación. No es problema de los profesores o del Ministerio. Todos estamos involucrados. Asimismo, la sociedad civil debe presionar más al gobierno mismo y a las instituciones para la acción, contribuir en la misma; y no limitarnos a un menear de cabezas eterno. Sigue leyendo