Traducen la segunda parte de ‘El Quijote’ al quechua

Entrevista  a  Demetrtio Túpac Yupanqui en 2013

 Cuatrocientos años después de su publicación, la segunda parte de ‘Don Quijote de La Mancha’ (1615) ha sido traducida al quechua, la lengua nativa más extendida del continente americano y desde ahora uno de los 70 idiomas en los que se puede leer íntegramente la obra insignia de las letras españolas.

El artífice de la traducción es el periodista y profesor de quechua Demetrio Túpac Yupanqui, de 91 años, quien explicó que empleó dos años en traducir del español antiguo a su lengua materna los 74 capítulos que componen la segunda parte de la obra más famosa de Miguel De Cervantes.

Túpac Yupanqui, descendiente del inca del mismo nombre que gobernó el Tahuantinsuyo (imperio inca) a finales del siglo XV, ya invirtió otros dos años hace una década para traducir la primera parte del Quijote y conmemorar así el cuarto centenario de la publicación del primer volumen, aparecido en 1605.

Con el título ‘Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan’ (El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha), el célebre inicio de la obra de Cervantes dice así en quechua: “Huh k’iti, La Mancha llahta sutiyuhpin, mana yuyarina markapi” (En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme).

El intérprete del Quijote indicó que “no fue una tarea fácil porque Cervantes usa algunas palabras en español que son difíciles de traducir al quechua”.

“Un ejemplo es el término hidalgo, que en español significa hijo de noble, pero cuya traducción más similar al quechua refiere a la persona que tiene autoridad en la sociedad, y en ocasiones es mejor respetar la palabra original”, explicó.

Yupanqui recordó que la adaptación al quechua de ‘Don Quijote’ puede llegar a más de diez millones de personas que actualmente hablan el idioma andino, no solo en los ambientes rurales de Perú y Bolivia, también en otras zonas de Ecuador, Colombia, Argentina y Chile que formaron parte del Tahuantinsuyo.

La primera parte

En 2005, tuvo el honor de traducir al quechua la primera parte de la célebre novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra. La tituló Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan, y se presentó en Madrid y París ese mismo año.

“Fue como terminar la batalla más importante a la que me he enfrentado”, resume el amauta con la misma hidalguía de aquel enloquecido personaje que se enfrentó a gigantescos molinos de viento. Poco tiempo después de aquella victoriosa contienda, don Demetrio recibiría el reconocimiento del entonces rey de España, Juan Carlos I. Sus ediciones, dice, las publicó durante un tiempo el diario El Comercio, pero se agotó y “ya no se vende”.

El traductor del Quijote expresó su deseo de que la nueva traducción pueda plasmarse en una edición de lujo como la que tuvo el primer volumen, cuyo ejemplar conserva como paño en oro, con coloridas ilustraciones andinas de artistas de Sarhua, distrito de la región peruana de Ayacucho, que presentan a Don Quijote bajo una visión andina.

“Antes de que se imprima una edición en quechua del segundo volumen de ‘Don Quijote’, es necesaria una nueva revisión donde se realicen las últimas correcciones. Es un trabajo muy laborioso”, destacó Yupanqui.

El encargo

La traducción del Quijote al quechua fue un encargo personal del reportero español y promotor de la Ruta Quetzal, Miguel De la Quadra-Salcedo, quien buscó a Demetrio en su academia de quechua “Yachay Wasi”, que regenta en un barrio del Callao, la ciudad portuaria de Lima.

“Un día llegó Miguel y, con su acento vasco, me dijo que venía para que le tradujera ‘Don Quijote’ porque en varias partes como Argentina y Cuzco le dijeron que yo era la persona que mejor lo podía traducir. Me sorprendió, pero le dije que lo haría con la dedicación que merecía la tarea”, relató Túpac Yupanqui.

El traductor, originario de la región de Cuzco, recordó que leyó por primera vez el Quijote cuando, con alrededor de 15 años, estudiaba secundaria en el Seminario San Antonio Abad, donde “los profesores españoles tenían mucho interés en difundir la obra de Cervantes”.

“Ahí tuve una primera oportunidad para saber admirar esta obra, y luego en la universidad también analizamos la misma novela en un curso de gran complejidad”, señaló.

Gracias a la traducción de la primera parte de ‘Don Quijote’, Túpac Yupanqui recibió el pasado año el título inca de “Amauta Capac Apu” (gran maestro y señor) por parte la asociación ‘Consejo de los cuatro Incas’ que reúne a los descendientes de la realeza del Imperio de los Incas en el Cuzco.

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