El padre franciscano Francois Murad tenía 49 años y vivía en el convento de la Custodia de Tierra Santa en Gassanieh
Las imágenes de la ejecución en un descampado de Edlib son estremecedoras, y dan fe de una vez más de cómo actúan los rebeldes sirios contra todo aquel que es sospechoso de colaborar con el régimen de Bashar al-Assad.
ERA CONSCIENTE DEL PELIGRO
El padre Murad, como adelantó ‘Religión Digital’, había expresado días antes su temor al diácono Pierre Batista Betsabila,
custodio del monasterio cenobítico de la Custodia de Tierra Santa de Gassinieh, situado al norte del país y en donde el primero vivía como ermitaño, tras haberlo construido con sus propias manos para honrar al santo asceta cristiano Simón Estilita.
También había comunicado su temor al arzobispo Jacques Behnan Hindo, titular de la Archieparroquia siro-católica de Hassaké -Nisibis. Fue en balde.
Y es que el también presidente de la orden Franciscana en Jerusalén, según informa el Daily News, advirtió a Murad de que era mejor que abandonara el convento ante la preocupante escalada de violencia en la zona, aunque el aludido prefirió aguantar el tipo y ofrecer, llegado el caso, su vida: “Por la paz en Siria y en todo el mundo”.
El destino quiso que así fuera.
EL SACERDOTE
El padre François Murad, de 49 años, había dado los primeros pasos en la vida religiosa con los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, y con ellos continuaba compartiendo estrechos vínculos de amistad espiritual.
Después de ser ordenado sacerdote en el pueblo de Ghassanieh había comenzado la construcción de un monasterio cenobítico dedicada a San Simón Estilita, en el seno de la Iglesia siro-católica.
Tras el inicio de la Guerra Civil en Siria, el monasterio de San Simón había sido bombardeado y el padre Murad se había trasladado al convento de la Custodia por razones de seguridad y para apoyar a los pocos que quedaban, junto con otro sacerdote y las religiosas del Rosario.
A RASTRAS
Emboscado el lugar hace dos domingos por militantes vinculados al grupo yihadista Jabhat al-Nusra, el sacerdote católico fue sacado a rastras y llevado hasta la zona referida, donde junto con otros dos condenados escuchó de rodillas su sentencia de muerte mientras una turba enloquecida, entre la que incluso había niños, gritaba a todo pulmón pidiendo “justicia”.
Según parece su delito radicó en llevar anotados consigo varios números de teléfono que le vinculaban presuntamente con el régimen sirio, algo que hizo que los opositores no se lo pensaran dos veces y decidieran pasarle a cuchillo .
NO OFRECIÓ RESISTENCIA
Murad aparece ahora en un vídeo que filmaron los espectadores de la ejecución con sus teléfonos móviles, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, ataviado con una túnica azul y entregado sin ofrecer resistencia alguna a su atroz destino.
El verdugo, tras leerle a pleno pulmón la condena, le agarra de la cabeza y le degüella con un pequeño estilete para, después, guardar su cabeza a modo de trofeo ante un ensordecedor griterío.
LAS DUDAS DEL VATICANO
La Custodia de Tierra Santa pone en duda sin embargo las noticias que circulan sobre el presunto asesinato de tres frailes franciscanos que al parecer habría ocurrido en Siria en las últimas 48 horas.
Como informa un comunicado oficial enviado a la Agencia Fides, la Custodia se mantiene constantemente informada sobre los acontecimientos en Siria y sobre las noticias relativas a sus miembros que todavía están en el país, y en base a estas verificaciones rigurosas descarta que los tres ejecutados sean tres frailes franciscanos.
“Todos los días circulan por la web vídeos de presuntas ejecuciones de cristianos por parte de grupos islamitas en Siria, pero es imposible verificar la veracidad de tales vídeos, dado el caos que existe en el territorio”.
(Fuente: Religión Digital)